Las protestas y los incidentes nocturnos se repitieron a por tercer día consecutivo en Túnez, un país sacudido por una ola de movilizaciones contra la política de ajuste impuesta por el gobierno tras presiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), con un saldo provisional de 328 detenidos que las autoridades calificaron como “subversivos”, además de 21 agentes de seguridad heridos y 10 vehículos policiales dañados.
Los detenidos participaron en saqueos de propiedad privada y pública en varias partes de Túnez, afirmó un portavoz del Ministerio del Interior.
Menos intensas pero más numerosas que en los dos días precedentes, las movilizaciones y disturbios se extendieron en la últimas horas a zonas de la capital que aún no había sido afectadas, como el barrio Ibn Jaldum y localidades del cinturón industrial, donde grupos de jóvenes manifestante pretendieron impedir el paso de un tren. En paralelo, se produjeron intentos de asalto a edificios públicos y quema de neumáticos y contenedores en urbes de la costa norte, como Beja, Nabeul, Kebily o Bizerta ante una creciente presencia policial y militar en las calles.
Fuentes del Ministerio de Interior y de Defensa negaron que se haya impuesto un toque de queda pero admitieron que el despliegue de efectivos para proteger espacios públicos y edificios oficiales se multiplicó en las últimas horas. “El objetivo es garantizar la seguridad, especialmente en los cuarteles, comisarías y edificios públicos, y evitar actos de sabotaje, saqueos o robo. Estamos en coordinación con la Policía”, explicó una fuentes de seguridad.
Las protestas sociales se suceden en Túnez desde hace más de un año, pero se volvieron especialmente violentas cuando, con el inicio de 2018, entraron en vigencia los nuevos Presupuestos del Estado ajustados a la demanda de austeridad exigida por el FMI a cambio del crédito de 2.500 millones de euros concedido al Gobierno. El martes se recalentó el conflicto cuando se difundió que un hombre de 55 años había muerto durante la represión policial de una manifestación nocturna en la ciudad de Tebourna, a unos 40 kilómetros al oeste de la capital. Al difundirse la noticia, grupos de jóvenes salieron a las calles de todo el país, mientras grupos organizados perpetraban actos vandálicos como el saqueo de una tienda de una conocida cadena de supermercados francesa en la localidad de Ben Arous, en el Gran Túnez. Para el domingo está convocada una gran manifestación.