Desde Bogotá

Terminó la tregua, el conflicto se reactivó y con ello se ahondó la crisis en los Diálogos de Quito. Las comunidades aisladas en los territorios con presencia del Ejército de Liberación Nacional (ELN), donde la guerra ha vuelto a mostrar los dientes son las más preocupadas. Una visita del nuevo Secretario General de las Naciones Unidas anunciada para este fin de semana es la esperanza para destrabar los diálogos suspendidos y la desconfianza en la voluntad de paz del ELN que en las últimas horas, según el Ministerio de Defensa, realizó doce atentados violentos, mató a un soldado y dejó heridos a dos marines. 

Desde Quibdó, la capital del empobrecido departamento del Chocó, el líder de víctimas Jimmy Rodríguez se muestra angustiado ante la coyuntura actual. Esa provincia al igual que Arauca, Antioquia, Casanare, Cauca, Nariño y Norte de Santander son las más afectadas por el accionar del ELN. “Se habla mucho de paz desde hace mucho tiempo, pero nosotros acá en las regiones no alcanzamos a verlas. Para los que estamos acá levantarse de la Mesa no son muestras de paz. Ahora tenemos un miedo que nos embarga a todos, porque si los diálogos no continúan definitivamente se viene un conflicto más fuerte, por lo tanto nosotros vamos a sufrir más”. 

Los cien días de tregua entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el gobierno de Juan Manuel Santos acordados en Quito terminaron el pasado 10 de enero, mientras los equipos que negocian la paz en Ecuador estaban a punto de sentarse nuevamente para dar inicio al siguiente ciclo de conversaciones. Todo quedó en veremos después del atentado a infraestructura petrolera y el ataque a la Armada realizados por el Frente Domingo Laín, del que se ha dicho no le juega a la salida negociada que se inició en febrero del año pasado en el vecino país. Hasta ayer, el jefe del equipo negociador nombrado recientemente, Gustavo Bell, seguía en Bogotá tras el pedido presidencial de abandonar Quito al conocerse que los “elenos” reactivaron los atentados en Arauca y Casanare.

“Desde las zonas más afectadas por el conflicto le pedimos a las partes que hagan una evaluación de lo que ha venido ocurriendo, que determinen cada cuál en qué se falló, y sobre todo que piensen bien qué es lo mejor pensando en las comunidades. Los Diálogos de Paz se deben reanudar prontamente”, expresó a PáginaI12 Rodríguez, de la ONG Conafro. Para el líder social, aunque haya habido errores o incumplimientos al cese al fuego de ambas partes, hay que mirar al futuro y tomar cautela por la coyuntura electoral que se aproxima. Jimmy teme que, reactivándose aún más la guerra en Chocó, “los muchos grupos armados ilegales que están aprovechando la salida de las Farc y la clase política corrupta y que se favorece de la guerra, aprovechen para ganar terreno y miedo a favor de sus intereses, y nosotros como siempre quedamos en la mitad pagando los platos rotos”.

Por su parte, comandantes y delegados de paz del ELN aseguran en comunicados y redes sociales que ha sido “el régimen” el culpable de que los alivios humanitarios que trajo el cese al fuego hayan quedado a medias, y los acusan de haber violado los protocolos del cese bilateral atacando dos campamentos “elenos” en Chocó y movilizando sus tropas de guerra cuando la guerrilla citó a una reunión a civiles también en ese departamento. 

Las discrepancias sobre cómo medir, interpretar y registrar los incumplimientos al cese al fuego llevaron incluso a la guerrilla a retirarse del Mecanismo de Monitoreo que, en el caso del proceso de paz con Farc, trabajó con éxito y en unión hasta el día de la dejación final y destrucción de armamento de la ex guerrilla hoy partido político. “Durante diciembre se trabajó en una mesa transitoria para solucionar las diferencias en cuanto al Mecanismo y el gobierno. Tras no poder subsanar las diferencias debido a la negativa del gobierno, el ELN toma la decisión de retirar sus integrantes de ese mecanismo”, le explicó a este diario Oscar Serrano, jefe de prensa de la Delegación de Paz en Quito. De septiembre a enero, periodo de la tregua bilateral, hubo cuarenta incidentes violatorios. Cinco casos nada más fueron tramitados por el Mecanismo. En la actualidad Naciones Unidas espera que gobierno le informe si continuará el cese para mantener el personal del Mecanismo en Colombia. 

Gustavo Bell, quien apenas estrenándose como jefe del equipo de gobierno toma las riendas de una crisis, dijo ayer a los medios que Santos le pidió asistir a la reunión del fin de semana con el Secretario General de ONU y que espera instrucciones del Presidente al término de ese encuentro para saber qué sigue en los Diálogos de Quito. El balón está en la cancha del gobierno, aseguran desde los campamentos del ELN como lo dijo en la red social Twitter el comandante Uriel, del Frente de Guerra Occidental que domina gran parte de Chocó.

Para analistas como Víctor DeCurrea Lugo “los elenos están creciendo en las regiones, por las torpezas del gobierno, la falta de Estado en las zonas dejadas por las FARC y la desprotección gubernamental ante el avance del paramilitarismo”. El médico, que ha escrito varios libros sobre el conflicto y esa guerrilla en particular, asegura que, además de discutir el cese al fuego, este Proceso de Paz tiene urgencias mayores “pero todo esto se margina por el afán de hacer demostraciones de fuerza en el terreno, por demás innecesarias”. Rodríguez por su parte insiste en que el rumbo que tomaron los Diálogos de Quito es desacertado. “Recordemos que esta región del Pacífico le apostó a la paz, por donde usted lo mire un cese bilateral lo único que trae son ahorros de sufrimientos para el país, y al mantener un conflicto vigente en el Pacífico será más difícil recobrar la confianza más adelante”.  El joven afro le pide al ELN “que reconsidere, que si es un Ejército de liberación Nacional que piense en la gente más estropeada, que no se dejen llevar por las rencillas y el choque armado”.  

Entre tanto el gobernador de Arauca, Ricardo Alvarado lamentó que “volvimos a los errores del pasado, con las balas como argumentación y mecanismo para imponer las ideas”. En ambas regiones, y según cartas que envían desde diversos rincones de Colombia, la sociedad civil  pide una pronta salida a esta crisis que ya empezó a cobrar vidas.