El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, negó ayer haberse referido a Haití, El Salvador y algunos países africanos como “agujeros de mierda”, aunque reconoció haber utilizado un “lenguaje duro” durante la reunión sobre inmigración que mantuvo con un grupo de senadores demócratas.
“El lenguaje utilizado por mí en la reunión de DACA fue duro, pero ése no fue el lenguaje empleado”, aseguró el mandatario en Twitter, tras el escándalo que se generó luego de que el diario The Washington Post revelara detalles del encuentro.
“Lo que fue realmente duro fue la extravagante propuesta hecha, un gran paso atrás para DACA”, agregó Trump, en referencia al Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia. El DACA, implementado en 2012 por el ex presidente Barack Obama, protege a los extranjeros que llegaron al país siendo menores de 16 años, estudian (o tienen certificado de estudios secundarios finalizados) y no tienen antecedentes penales.
Según el Post, Trump llamó “agujeros de mierda” a El Salvador, Haití y varios países africanos, y sugirió que preferiría recibir en Estados Unidos más inmigrantes de Noruega en lugar de los de esas naciones, provocando una nueva ola de indignación en las redes sociales, en las que lo acusaron de racista. Pero Trump, acostumbrado a los escándalos, salió del paso tirando la pelota para el otro lado: ‘Lo inventaron los demócratas’, aseguró. “Nunca dije nada despectivo de los haitianos más allá de que Haití es, obviamente, un país muy pobre y con problemas. Nunca dije ‘Sáquenlos de aquí’. Inventado por los demócratas”, afirmó en Twitter. “Tengo una maravillosa relación con los haitianos. Probablemente debería grabar futuras reuniones, desafortunadamente no hay confianza”, agregó.
En otro mensaje en Twitter, insistió en que quiere “un sistema migratorio basado en el mérito y gente que ayudará a llevar a nuestro país al siguiente nivel”. “Quiero seguridad para nuestra gente. Quiero detener la masiva entrada de drogas”, dijo según el Washington Post, que cita testigos presentes en la reunión con los legisladores, donde Trump se preguntó: “¿Por qué tenemos a toda esta gente de países que son un agujero de mierda viniendo aquí?”.
Trump admitió que había usado un lenguaje “duro” durante la reunión sobre los inmigrantes de Haití, El Salvador y algunos países africanos, pero negó haber usado la expresión “agujero de mierda. Sin embargo, el senador demócrata Richard J Durbin, de Illinois, que estuvo presente en la reunión, dijo que la negativa de Trump era falsa. Asimismo, el diario Los Angeles Times confirmó el informe del Post, y agregó que, antes de proferir el insulto, Trump exclamó: “¿Para qué queremos a haitianos aquí? ¿Para qué queremos a toda esta gente de Africa aquí?”. El mandatario sugirió que Estados Unidos debería atraer a más inmigrantes de países como Noruega, con cuya primera ministra se reunió este miércoles, de acuerdo con el The Washington Post.
El mandatario reaccionó así cuando dos senadores le plantearon un proyecto de ley migratorio que otorgaría visados a algunos de los ciudadanos de países que han sido retirados recientemente del programa de Status de Protección Temporal (TPS), como El Salvador, Haití, Nicaragua y Sudán. Ese programa, que rige desde 1990, concede permisos de forma extraordinaria a los nacionales de países afectados por conflictos bélicos o desastres naturales.
Las palabras de Trump han desatado una nueva ola de indignación y acusaciones de racismo contra el mandatario. La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos calificó ayer de “racistas y vergonzosos” los comentarios del presidente de Estados Unidos.
“Estos comentarios del presidente de Estados Unidos son sorprendentes y vergonzosos. Lo siento, pero no pueden ser definidos de otra manera que como racistas”, afirmó en una rueda de prensa el portavoz de la Oficina, Rupert Colville. “No se puede rechazar un país entero o un continente como ‘agujeros de mierda’, cuyas poblaciones enteras, que no son blancas, no serán bienvenidas”, agregó. Según Colville, estos comentarios de Trump no son aislados y se enmarcan en un posicionamiento claramente xenófobo. “Como los anteriores comentarios sobre los mexicanos o los musulmanes, las propuestas políticas contra grupos enteros en base a la nacionalidad, la religión, y su rechazo a condenar claramente las acciones antisemitas y racistas de los supremacistas blancos en Charlottesville, todo esto va contra los valores universales que el mundo tanto ha luchado por establecer desde la Segunda Guerra Mundial”, insistió.
El portavoz continuó explicando que los comentarios de Trump no se refieren a un tema de falta de respeto y de mal gusto sino “de abrir la puerta a la peor parte de la humanidad. Se trata de aceptar y apoyar el racismo y la xenofobia que potencialmente destruirán la vida de muchas personas. Esta es la consecuencia más peligrosa de este tipo de lenguaje usado por una importante figura política”, alertó.
En el mismo contexto, Colville recordó que el máximo responsable de derechos humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein, ha pedido al Congreso de Estados Unidos que ofrezca una solución legal duradera a los llamados “Dreamers” (soñadores), inmigrantes que llegaron a Estados Unidos de forma irregular cuando eran niños y que no cuentan con documentos en regla. “El futuro de los ‘Dreamers’ no debería usarse como moneda de cambio para negociar una severa y restrictiva ley migratoria y de seguridad. Son personas, no mercancías”, subrayó.
Colville también se refirió al TPS y dijo que la Oficina del Alto Comisionado está muy preocupada por la decisión de acabar con los programas de TPS para los salvadoreños, los haitianos y los nicaragüenses. Especificó que estas decisiones afectarán a 180.000 salvadoreños, 59.000 haitianos y 5300 nicaragüenses. Y, en las redes sociales, decenas de personas repudiaron los dichos del mandatario con las etiquetas #Haiti, #ElSalvador, #shithole y #shitholepresident.