“El predicador con sandalias de pescador y boina negra es uno de los grandes poetas místicos de la humanidad. (...) No volverá todo al vacío del que vino/ Hará una creación nueva nos ha dicho/ Un mundo nuevo sin entropía/ no éste en el que todo se gasta/ liberados del tiempo esa ilusión/ que dijo Einstein/ en un perpetuo hoy/ transformados por el Amor/ hasta ser una especie nueva/ En espera de la nueva creación/ Santa Teresita de Lisieux/ murió con una tentación de ateísmo/ venció la tentación diciendo:/ aunque no existas yo te amo”. El poeta nicaragüense Ernesto Cardenal celebrará sus 93 años, el próximo 20 de enero, con la publicación de su último libro Así en la tierra como en el cielo (Anamá Ediciones), una especie de oración y un canto a la vida y al universo, lo definió su asistente Luz Marina Acosta. “Es el último poema escrito por Cardenal... Es hermoso como una oración, emocionante, y es su poema de despedida”, declaró la colaboradora del exministro de Cultura de la Revolución Sandinista y voz destacada de la teología de la liberación, que creyó en la revolución, el marxismo y el cristianismo contra viento y marea.
El autor de Oración por Marilyn Monroe y otros poemas (1965) ha sido “un hombre religioso empapado en la ciencia”, que aprendió todas las novedades del universo y “aún hoy sigue con sus lecturas”, declaró Acosta, y confirmó que el libro, una edición ilustrada, se presentará en febrero en el Festival Internacional de Poesía en Granada (Nicaragua), ciudad donde nació el poeta el 20 de enero de 1925. La editora Salvadora Navas comentó que este último poema–oración de Cardenal habla sobre “el cosmos, la creación, vida y muerte y resurrección”. Navas, que fundó Ediciones Anamá en 1993, fue creadora de la desaparecida librería El Parnaso, mencionada en una canción de Enrique Bunbury, “Palo de mayo”.
Los versos “sueltos” anticipan un poemario bellísimo. “Billones de galaxias con billones de estrellas/ (hay más de cien mil millones de galaxias)/ nuestra galaxia de trillones de estrellas/ apenas una entre millones de galaxias/ un gas de estrellas/ y un gas de galaxias/ abro la ventana y miro/ las estrellas de donde venimos/ parece que el universo tuvo un propósito/ en el que estamos nosotros/ el universo consciente de sí mismo:/ polvo de estrellas/ que puede en la noche/ mirar las estrellas/ Nacidos de explosión de supernovas/ Hijos del Sol y del Sistema Solar/ ¿Tenemos un rol en el universo?/ Yo diría que sí”, afirma Cardenal en Así en la tierra como en el cielo. “La poesía ha sido mi vida. Soy poeta, sacerdote y revolucionario, pero la primera vocación con la que nací fue con la poesía. Si algún impacto tiene mi obra es por razones extraliterarias. No soy grande como escritor, pero es grande la causa que inspira mi poesía: la causa de los pobres y de la liberación”, dijo Cardenal, que fue ordenado sacerdote en Managua, en 1965. Desde entonces enlazó escritura y militancia religiosa-política. Un año después, junto a Thomas Merton, su mentor espiritual, fundó una pequeña comunidad contemplativa en una isla del archipiélago de Solentiname, donde se fomentó el desarrollo de cooperativas, se creó una escuela de pintura primitiva y un movimiento poético entre los campesinos, además del trabajo de concientización sobre la base del Evangelio interpretado revolucionariamente.
Luchador infatigable contra la dictadura de Anastasio Somoza, Cardenal colaboró estrechamente con el Frente Sandinista de Liberación Nacional. El 19 de julio de 1979, el día de la victoria de la Revolución Nicaragüense, fue nombrado ministro de Cultura del nuevo gobierno del FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional), cargo que ocupó hasta 1987. En 1983, cuando Juan Pablo II visitó oficialmente Nicaragua, el pontífice –frente a las cámaras de televisión que transmitían a todo el mundo– amonestó e increpó severamente al poeta y sacerdote, arrodillado ante él en la misma pista del aeropuerto, por propagar doctrinas apóstatas según la fe católica y por formar parte del gobierno sandinista. Cardenal rompió con el FSLN en 1994, en protesta contra la dirección autoritaria de Daniel Ortega, y denunció la corrupción y apropiación de bienes del Estado por parte de los líderes de la exguerrilla. Posteriormente manifestó su apoyo moral al MRS (Movimiento Renovador Sandinista), fundado por el escritor Sergio Ramírez.
El autor de Hora 0 (1957), Gethsemani Ky (1960), Epigramas (1961) Salmos (1964), Mayapán (1968), Homenaje a los indios (1969), Canto Nacional (1973), Oráculo sobre Managua (1973), Canto a un país que nace (1978), Tocar el cielo (1981), Vuelos de victoria (1984) y Canto Cósmico, entre otros poemarios, ganó el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2009 en reconocimiento a su larga trayectoria y obra poética, el primero que recibió quien hasta entonces se consideraba “el poeta menos premiado de la lengua castellana”. En 2012, para atemperar esta sentencia o prejuicio, le otorgaron el Premio Reina Sofía. “Chesterton decía que el cristianismo no ha fracasado porque no se ha puesto en práctica. Yo digo lo mismo del marxismo, no se ha puesto en práctica –comparó Cardenal–. El cristianismo y marxismo se parecen en eso: son proyectos que no es que hayan fracasado sino que no han sido realizados todavía. Y yo sigo siendo cristiano y marxista”.