El Partido de los Trabajadores (PT) inició una campaña de movilizaciones en todo Brasil para apoyar al ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, que este mes afrontará un juicio decisivo por corrupción que podría inhabilitar su candidatura para las elecciones presidenciales de octubre.
Simpatizantes de la formación socialista, que gobernó Brasil por trece años (2003-2016), instalaron cientos de comités populares en varias ciudades del país “en defensa de la democracia y del derecho de Lula a participar en la carrera electoral de este año”, según dijo ayer la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, en redes sociales.
Las concentraciones tendrán continuidad hasta el próximo día 24, cuando un tribunal de segunda instancia decidirá si ratifica o no la condena a nueve años y medio de prisión que Lula recibió por corrupción pasiva y lavado de dinero en un caso relacionado con la trama destapada en la petrolera estatal Petrobras.
Ayer se registraron actos de apoyo al carismático líder en al menos ocho estados brasileños bajo lemas como “Elección sin Lula es golpe” o “Democracia siempre, dictadura nunca más”, si bien tuvieron un impacto relativo en cuanto a adhesión. En Fortaleza, capital del estado de Ceará (noreste), un desfile de precarnaval, bautizado “Bloco tô com Lula”, recorrió las calles de esa ciudad al lado de movimientos sociales y sindicatos para defender al político. También se registraron diferentes actos en San Pablo, la mayor ciudad del país, Belo Horizonte y Curitiba, entre otras.
El juicio del día 24 se presenta como decisivo, ya que en caso de una ratificación o incluso un aumento de la pena, la candidatura de Lula, que ha manifestado su intención de presentarse a los comicios de este año y además aparece como líder en todos los sondeos electorales, podría ser anulada. La octava sala del Tribunal Regional de la 4ª Región (TRF4), que ha tramitado el recurso en un tiempo récord, será la encargada de analizar la sentencia emitida en julio del año pasado por el juez Sergio Moro, de primera instancia, quien permitió a Lula responder en libertad.
Moro dio por comprobado entonces que la constructora OAS, implicada en la red corrupta, entregó al expresidente un tríplex en el balneario paulista de Guarujá a cambio de ser favorecida en contratos con Petrobras.
Para el PT, Lula, de 72 años y con un total de siete causas abiertas con la Justicia, la mayoría relacionadas con el caso Petrobras, es su único candidato y lo seguirá siendo hasta agotar todos los recursos en la Justicia, según manifiestan sus dirigentes. En este sentido, la formación de izquierda proseguirá su campaña mediante reuniones de trabajo y actos públicos en las calles como los que tendrán lugar el próximo martes y jueves en Río de Janeiro y San Pablo, respectivamente.
Para el día 24, coincidiendo con el juicio, que se celebrará en la ciudad de Porto Alegre, el partido ha convocado manifestaciones en las capitales de los 27 estados del gigante sudamericano.
En el caso de Porto Alegre, sede del TRF4, habrá un gran acto la noche anterior, seguido de una vigilia que se prolongará hasta el mismo día del juicio y que coincidirá además con protestas convocadas en contra de Lula.
Las opciones del PT de volver al Palacio de Planalto –sede del gobierno– a través de la candidatura del ex jefe de Estado (2003-2010) son reales, pues este aparece como líder destacado en las encuestas.
Una encuesta de Datafolha otorgó el mes pasado a Lula el 34 por ciento de las preferencias en la primera vuelta y una victoria aplastante, con alrededor del 50 por ciento de los sufragios, en la segunda vuelta contra cualquiera de los posibles adversarios.
Lula, que fundó el PT en 1980, continúa despertando simpatías y se mantiene como el político más popular del país a tenor de los sondeos, pero al mismo tiempo es el más rechazado por otro sector de la sociedad que percibe con miedo su vuelta al poder.
En tanto, el juez Carlos Eduardo Thompson, presidente del tribunal de segunda instancia que decidirá si ratifica o no la condena por corrupción contra Luiz Inácio Lula da Silva, en un fallo determinante para sus aspiraciones presidenciales, pidió “manifestaciones pacíficas” durante el juicio al ex mandatario brasileño. El magistrado hizo el llamado en una reunión con un grupo de diputados del PT, en la que solicitaron un espacio para seguir el pleito dentro del tribunal, con sede en la ciudad sureña de Porto Alegre.
“Aceptamos prontamente la colaboración para asegurarnos la seguridad de todos los implicados en el juicio del día 24 y también pedimos que divulguen el mensaje de manifestaciones pacíficas”, dijo Thompson a los legisladores de la formación progresista.
Por su parte, los diputados ofrecieron su cooperación a la institución y se comprometieron a que “todo transcurra dentro de las normas de la Constitución y de las garantías individuales”, apuntó Paulo Pimenta, líder del partido petista en la Cámara Baja.
Lula, que fundó el PT en 1980, continúa despertando simpatías y se mantiene como el político más popular del país a tenor de los sondeos, pero al mismo tiempo es el más rechazado por el sector privilegiado de la sociedad. que percibe con miedo su vuelta al poder.