El Presidente ya lo demostró con sus largas vacaciones en la Patagonia. Es un valiente. Un temerario. O la RAM no existe. O no existe más allá de cinco o seis delirantes incapaces de generar peligro real. Ahora le toca al Papa el turno de tomar su riesgo. El miércoles 17 celebrará misa en Temuco, dentro del corazón de la Araucania chilena. El riesgo no es físico sino político: Francisco dirá misa en medio de una tensión profunda entre los intereses históricos de los mapuches, que quieren tierra, y los intereses de las grandes empresas. Que también quieren tierra. La misma.
La presencia de Mauricio Macri en Cumelén le quitó todo su potencial bélico al informe sobre Resistencia Ancestral Mapuche producido en conjunto por el Ministerio de Seguridad y los gobiernos provinciales de Neuquén, Chubut y Río Negro. El informe del Ministerio de Seguridad realizado con las tres provincias ignora los episodios de represión y muerte como los que remataron en el fallecimiento de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. Pone el foco, más bien, en las relaciones entre la presunta organización RAM y la Coordinadora Arauco Malleco que funciona en Chile. Dice el texto que “la CAM es la organización madre de la RAM”. Indica que “la Justicia chilena ha imputada a la CAM por crímenes por armas de fuego y actos de terrorismo”.
Temuco, 800 kilómetros al sur de Santiago de Chile, será el sitio que albergará una misa del Papa y una rogativa araucana. (Ver más información en estas mismas páginas.) Allí se concentrarán movimientos populares del propio Chile y movimientos sociales de la Argentina, entre ellos la Confederación General de Trabajadores de la Economía Popular que orienta Juan Grabois, la Corriente Clasista Combativa, el Movimiento Evita y Barrios de Pie. Otros encuentros de movimientos sociales, uno de los puntos de la agenda papal en América Latina, ya se produjeron en Paraguay y en Santa Cruz de la Sierra.
“Solo el Papa sabe qué va a decir en la misa, pero conociéndolo uno sabe que siempre buscará poner los conflictos en un eje de solución pacífica”, dijo uno de los dirigentes al tanto de los detalles de la visita. Con un pedido de reserva de su nombre explicó que la CAM es una organización realmente existente, al revés de RAM, que tiene posiciones duras y que al margen de la CAM funcionan pequeños grupos radicalizados o anarquistas. Sin embargo hasta la misma presidenta chilena, Michelle Bachelet, calificó de “raro” el ataque incendiario contra algunas iglesias del sur.
Sobre 17 millones de habitantes en Chile viven cerca de 700 mil mapuches, limitados a un 5 por ciento de las tierras que les pertenecían antes del momento de la conquista española. Francisco hará la misa en Temuco no porque la sociedad chilena tenga algo para festejar sino porque hay un conflicto no resuelto. Chile aparece así, para la Argentina, como un fantasma. Más allá del informe de tono policial sobre el supuesto RAM, no hay en el gobierno argentino una evaluación de la política oficial chilena ni una medición de si fue fallida o no y en qué términos.
Serruchos
¿La Argentina quiere evitar una “chilenización” del conflicto mapuche? El reporte de 180 páginas, que lleva en su carátula el escudo nacional y los escudos de las tres provincias, sostiene que “nos encontramos frente a un grupo de individuos organizados que recurre a la violencia extrema para alcanzar sus objetivos”. Agrega el texto que los hechos no son aislados: “Forman parte de una organización de carácter ilícito que intenta solaparse en la reivindicación legítima de los pueblos originarios presentes en territorio argentino y reconocidos por la ley 26.160”.
La 26.160 fue prorrogada por el Congreso argentino a fines de 2017. Se propone terminar de relevar los territorios ocupados por pueblos originarios, a menudo en conflicto con el Estado nacional, con los Estados provinciales o con empresas petroleras, turísticas, mineras o de energía. La ocupación tradicional está contemplada en el artículo 75 de la Constitución pero sin relevamiento no habrá títulos de tierras que terminen con el conflicto. En todo el país desde 2006 fue relevado solo un tercio de las tierras ocupadas.
Según el informe, la Justicia federal y las administraciones provinciales de justicia buscan alcanzar “una perspectiva penal acorde a la amenaza que representa este grupo violento para la sociedad, afectando la seguridad, el comercio, las economías locales, el turismo y la libre circulación tanto de argentinos como de extranjeros que se encuentran en nuestro país”.
El propio texto es oscuro. Por lo pronto, no da más de diez nombres que estarían vinculados con RAM. Uno es el de Facundo Jones Huala, actualmente preso, el único que lo admitió. Otro nombre es el de Moira Millán, que consultada por la radio 750 dijo que “el informe es una obra de delirium tremens”.
Si el presunto RAM “intenta solaparse” en las reivindicaciones legítimas, dos cosas quedarían claras. Una, que a pesar de la antigüedad del conflicto el dichoso RAM no logró solaparse, o sea que su nivel de peligrosidad real es bajísimo. Otra, que las reivindicaciones legítimas no fueron resueltas.
La falta de solución a los intereses encontrados genera efectos como la amenaza permanente de la Gendarmería a la comunidad Lof Campo Maripe en la zona de la explotación petrolera de Vaca Muerta. Los mapuches de esa comunidad lograron un habeas corpus.
La muerte de Santiago Maldonado fue otro de los efectos. Maldonado desapareció inicialmente en medio de un operativo ilegal de la Gendarmería, antes de morir en el Río Chubut. La causa todavía está en proceso. De paso: la familia Maldonado fue recibida por Francisco en el Vaticano el 5 de diciembre. “Los acompaño en el reclamo de verdad y justicia por Santiago”, les dijo el Papa a Stella Maris Peloso, la madre del chico muerto, a Sergio Maldonado y a su esposa, Andrea Antico. Andrea relató que Francisco dijo estar “muy preocupado por lo que estamos pasando nosotros, la familia, y también la familia de Nahuel”.
Rafael Nahuel fue asesinado en noviembre durante una incursión represiva de los Albatros, el grupo de élite de la Prefectura Naval, en Villa Mascardi, cerca de Bariloche. Tenía 22 años y venía de la zona de El Alto, una de las aglomeraciones urbanas de mayor vulnerabilidad de la Argentina.
El reporte incluye decenas de fotos sobre el peligroso arsenal del supuesto RAM. A veces hay armas de fuego exhibidas pero por lo general las fotos son de cuchillos, como los “elementos secuestrados en el Pu Lof en Resistencia Cushamen, Chubut, agosto 2017”. O, en el mismo lugar, martillos, un hacha, una hoz vieja y tres serruchos oxidados. Y una perforadora, una pinza común y tres sierras eléctricas, útiles tanto para realizar descuartizamientos como para cortar troncos en una zona donde hay bosques y madera. Hay un afiche que muestra al terrateniente Luciano Benetton (un millón de hectáreas en la Patagonia) aunque carece de retrato el riquísimo súbdito de la corona inglesa Joe Lewis, quien insiste en mantener cerrado el acceso público a Lago Escondido.
La torta estadística del Gobierno nacional y los gobiernos provinciales dice que sobre 96 hechos judicializados desde 2010 hay un 23 por ciento de daños y un 17 por ciento de abigeato. O sea que el 40 por ciento tiene una gravedad menor. El informe da cuenta de una nota del diario pinochetista “El Mercurio” sobre armas recibidas por los mapuches chilenos desde la Argentina. Pero el comercio ilegal de armas y el contrabando no figuran en la lista de 96 hechos ilícitos.