El coordinador nacional del Movimiento Barrios de Pie, Daniel Menéndez, afirmó ayer que “Francisco insta a organizarse, a frenar la exclusión social actual, y eso molesta mucho”, momentos antes de partir rumbo a Chile junto a una delegación de militantes populares que viaja para presenciar la misa que el Papa dará en la ciudad de Temuco, en el sur chileno. Allí serán parte de un contingente de 500 militantes, integrado también por la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), entre otras organizaciones que viajan desde distintos puntos del país.
–¿Con qué expectativas parten al encuentro con Francisco?
–Con las ganas de acompañarlo, por lo que representa para nosotros: el poner sobre la mesa un mensaje crítico al orden social actual. Coincidimos con su reprobación al grado de exclusión que expresa el capitalismo financiero, a la adoración del “dios dinero” y el impulso al consumismo. Sobre todo, creemos en su acompañamiento a los excluidos, que no nace desde una mirada puramente caritativa. Su mensaje no los toma solo como sujetos a los que la Iglesia debe dar su misericordia.
–¿Qué rol les da?
–Los entiende como sujetos de transformación, como el germen de la modificación del orden vigente. Por eso su ideario nos hace sentir alentados a seguir nuestra tarea de organización comunitaria. En línea con esa mirada se explica el impulso que el Papa da a la necesidad de organización de los sectores más humildes, en Argentina y en el mundo. Francisco propicia un encuentro de movimientos populares del que participan organizaciones de un tipo nuevo, que tienen como objetivo no sólo el sindicalismo tradicional del siglo XX, sino la sindicalización y organización de los pobres: de los campesinos que no tienen tierra, los trabajadores sin empleo, los habitantes sin acceso al suelo, los pueblos originarios y los migrantes.
–¿En esa línea interpretan el gesto del Papa de convocar a los mapuches y otras comunidades aborígenes a un encuentro privado luego de la misa?
–Totalmente. Si bien su tarea es sacerdotal, como líder religioso, también tiene y tuvo un rol decisivo en los conflictos que hay en distintas partes del mundo: en la disputa en Europa con los migrantes y el crecimiento de la xenofobia, fue un factor clave en la reducción del embargo de Estados Unidos a Cuba, en el conflicto por la paz en Colombia, en los distintos conflictos al interior de África y también entre Israel y Palestina. Seguramente el conflicto del pueblo mapuche con los Estados argentino y chileno va a encontrar en Francisco una intervención central, como siempre propiciando el diálogo y el respeto a los derechos de los más humildes.
–¿Cómo ven el tratamiento de los medios a la figura del Papa en Argentina?
–Tenemos claro que es un actor molesto, que su mensaje choca contra factores de poder importantes que quieren encontrar en los excluidos un sujeto pasivo. El Papa invita a buscar un modelo de sociedad mucho más integrador, por eso ese fenomenal ataque de los últimos días desde los medios hegemónicos, tanto a su figura como a quienes adoptan su ideario. Con esos embates buscan edulcorar sus ideas, ocultar su mensaje. Porque la mirada del Papa es absolutamente posicionada, no es neutral, es un mensaje que opta por el cese de la construcción de estas sociedades cada vez más excluyentes y por darle un valor altamente positivo a lo que deviene de la organización de los excluidos. Esas oposiciones mediáticas tienen una enorme hipocresía y cinismo porque, como no les da la cara para hacerlo de frente, buscan maneras y atajos para criticarlo indirectamente.
–El miércoles Barrios de Pie participará de un encuentro con otras organizaciones sociales en una comunidad mapuche de San Martín de los Andes. ¿Cuál es el objetivo de la reunión?
–Vamos a ir los militantes que viajamos a Chile para intercambiar las experiencias de organización que hay en diferentes barrios del país y para construir un diagnóstico sobre la situación argentina y organizar el planteo de los reclamos que venimos esbozando: la emergencia alimentaria, la necesidad de que se implemente la emergencia social, además de la preocupación por la escalada represiva y la forma en que el Gobierno está interviniendo en relación con la protesta social.
Entrevista: Inés Fornassero.