El designado embajador argentino en Washington, Fernando Oris de Roa, adelantó ayer que el Gobierno llevará a la Organización Mundial de Comercio (OMC) una demanda por la prohibición de importación de biodiésel que aplicó en los hechos el gobierno de Estados Unidos. De todos modos, aseguró que se mantendrá por la vía diplomática el pedido de que se reduzcan los aranceles para el biocombustible. Tal como había anticipado el año pasado, en los primeros días del 2018 el gobierno de Donald Trump oficializó el impuesto al biodiésel argentino, con gravámenes que llegan hasta el 72,3 por ciento, lo que prácticamente cerró la puerta a las exportaciones nacionales equivalentes a 1600 millones de dólares. La pérdida genera un desbalance aún mayor en la relación comercial con ese país, pese que el Gobierno celebra la posibilidad de volver a exportar limones por unos 20 millones de dólares anuales.
El gobierno estadounidense concluyó que su industria de biodiesel se veía “materialmente perjudicada” por las importaciones “subsidiadas” del combustible argentino, así como las provenientes de Indonesia, por lo que aplicó aranceles diferenciados para esas compras. El recientemente designado embajador confirmó que se llevaría el reclamó a la OMC. “Pero este camino no impide buscar un nuevo acuerdo entre las partes”, aseguró Oris de Roa, en una entrevista a Infobae, quien consideró que eso no será un escollo para la relación bilateral. “Se trata de madurez en la relación. Lo que molestan son los golpes de timón pero no los procesos establecidos. Creo que ambos países entienden que se deben utilizar las alternativas disponibles” agregó.
Según confirmó el diplomático antes de arribar a suelo estadounidense, se pretende encarar “una inserción inteligente y activa”, que genere confianza y respeto. “Los empresarios norteamericanos observan nuestro comportamiento y ya han reaccionado favorablemente”, aseguró Oris de Roa, pese a que aún no se materializan decisiones concretas de desembolsos en Argentina.