La división de Asuntos Jurídicos de la Policía Federal instó a un testigo a falsear sus dichos en la causa que investiga la represión del 18 de diciembre a los manifestantes que protestaban contra la reforma previsional. Así surge de la declaración testimonial del agente Alejandro Irarzábal, a la que tuvo acceso Página12, quien declaró: “Les conté lo que había pasado, que era el acompañante de la moto con la que (Dante) Barisone había atropellado a una persona y me dijeron que, en caso de que el juzgado me cite a declarar, brinde una explicación de los hechos similar a la que había efectuado Barisone, es decir, que negara los hechos y no identifique a nadie”. Primero, el policía imputado y detenido por haber arrollado a Alejandro “Pipi” Rosano le pidió que negara todo y no lo reconociera. Sin embargo, Irarzábal no estaba dispuesto a hacerlo y acudió a Asuntos Jurídicos, donde tampoco sintió que fuera “justo” lo que le proponían. Así decidió, sin abogado, ir al juzgado. Allí dijo que estaba asustado por su integridad física y el magistrado dispuso que la misma Policía Federal le diera protección.
De los mensajes de WhatsApp surge, además, que la defensa de Barisone solicitó identificar a Irarzábal antes de su ingreso a Tribunales y también pidió estar presente en su testimonial, lo cual fue rechazado por el juez Torres. Es por todo esto que la denuncia por encubrimiento y falso testimonio contra algunos policías del GOMF (Grupo de Operaciones Motorizadas Federales), informada por este diario, podría alcanzar a la cúpula de la fuerza. El “apriete” denunciado por el policía testigo motivó que pidiera protección especial a la justicia.
Barisone había sido identificado por el jefe de Asuntos Internos, comisario Oscar Hipólito, y el principal Gabriel Ortega, que estaba a cargo del GOMF 1, el grupo de motos que estuvo en la calle Hipólito Yrigoyen donde fue arrollado Rosado. Al ser indagado, Barisone dijo que no se podía reconocer a sí mismo en las imágenes y filmaciones como quien conducía la moto que atropelló a Rosado. Tenía a su favor, hasta ese momento, que todos llevaban casco y trajes hasta el cuello.
Cuando Hipólito y Ortega fueron citados por el juez se desdijeron de su relato inicial y sostuvieron que no habían dado certezas de nada, y que en rigor no sabían quién era. En ese momento el magistrado decidió liberar por falta de pruebas a Barisone, quien contaba con que Irarzábal seguiría la cadena de mando para encubrirlo por lo ocurrido en aquella jornada represiva, que terminó con centenares de heridos de gravedad y tres militantes imputados por intimidación pública.
La defensa de Barisone –el agente que en Facebook se jacta de su accionar represivo con frases como “ahí tenés garantista de mierda” o “mato terroristas villeros”, además de burlarse de la desaparición y muerte de Santiago Maldonado– pidió la nulidad de la declaración testimonial del policía-testigo, y exigió estar presente en una nueva audiencia. En su rechazo a esta solicitud, el magistrado dejó sentado que el propio Irarzábal se negó a que estuvieran presentes “por el ‘estado de nerviosismo’ que vivió: el día anterior había recibido comunicaciones de Barisone por WhatsApp a los fines de que se comunicara con el imputado desde ‘un teléfono público’”. Tal como publicó PáginaI12, Barisone le había cho a su compañero: “tenés que negar todo, no tenés que reconocer a nadie”.
Torres aclaró que “Irarzábal ratificó que Barisone le había indicado que debía negar ‘haber visto cualquier situación’, agregando que personal de la División Asuntos Jurídicos de la Policía Federal –de la cual dependen los letrados presentantes (defensores de Barisone)– que aún no ha sido identificado le refirió que ante una citación de este Tribunal debía brindar ‘una explicación de los hechos similar a la que había efectuado Barisone’”.
En su testimonial, Irarzábal explicó que estaban en Casa de Moneda cuando los enviaron a la zona de Congreso. “Entre esas tres motos estaba la “número 1625 que conducía Barisone y yo era su operador”. Cuando ya estaban sobre Rivadavia, el testigo describió: “Sentí que Barisone direccionó la moto hacia un costado y subió el cordón, el vehículo perdió el equilibrio, trastabillé y caí de pie. Barisone también cayó. Pensé que había pasado por encima de la vereda, pero cuando miré hacia el vehículo vi que debajo de la moto había una persona acostada sobre el piso, a quien mi conductor había pasado por encima. Como el vehículo seguía sobre esta persona, con Barisone y otro compañero levantamos la moto, y ante las directivas para que nos fuéramos del lugar, nos terminamos yendo”.
En ese momento le preguntaron quién dio tal orden, e Irarzábal respondió que no se acordaba porque “estaba en shock” porque no podía creer “que Barisone lo había pisado”. Sobre las investigaciones preliminares de la Federal, expresó que le pareció extraño que no lo citaran, dado que había sido el acompañante del ahora imputado. Las fuentes consultadas por PáginaI12 destacaron que en estas revelaciones Irarzábal dejan en claro que fue presionado, pero el hecho de haber actuado en sentido contrario no lo exculpa de no haber hablado antes.
Al ordenar la detención de Barisone, Torres tuvo en cuenta “el accionar que habría desplegado tendiente a dificultar la obtención de elementos de prueba que permitan esclarecer los sucesos investigados”.
Los jefes policiales Hipólito y Ortega, que inicialmente había identificado a Barisone y luego se desdijeron, fueron denunciados por Torres y serán investigados por encubrimiento en una causa que le tocó al juez Marcelo Martínez de Giorgi.