El ex presidente Rafael Correa se desafilió ayer de Alianza País (AP), el partido que fundó y con el que gobernó durante una década (2007-2017), con lo que se consumó la fractura del oficialismo en Ecuador.
Su esperada desvinculación marca un punto sin retorno en la lucha de poder que mantiene con su sucesor en la presidencia y antiguo vicepresidente, Lenín Moreno. “Podrán quedarse con el nombre, con las sedes, con el casillero de AP, pero las convicciones, el pueblo, la Revoluci¢n y el futuro están con nosotros”, escribió Correa en su cuenta de Twitter.
Correa presentó su solicitud en rechazo a la resolución del Tribunal Contencioso Electoral (TCE), que desconoció a una directiva “correista” de AP. El ex gobernante calificó la medida como un robo y pidió no olvidar a las autoridades que tomaron esa decisión. “Compañeros queridos, nunca olviden estos nombres, de una supuesta ‘comisión de ética’, que dio sustento a un ‘litigio interno’ para que TCE haga lo que le de la gana, y nos roben AP: Mery Verduga. Mónica Guevara. José Tenesaca. Todo fue ilegal, y ellos lo saben”, publicó en Twitter.
Los seguidores de Correa se sumaron al ex mandatario y pidieron la desafiliación. La asambleísta leal a Correa, Gabriela Rivadeneira, anunció que se dará paso a la conformación del Movimiento Revolución Ciudadana (MRC), el denominativo del gobierno del ex presidente. “Ya se había planteado el hecho de que si el gobierno lograba apoderarse de Alianza País, nosotros continuaríamos a través de la organización de un nuevo partido”, declaró Rivadeneira. Y apuntó que “el proyecto de Correa tiene que continuar” y que las desafiliaciones “seguirán durante las próximas semanas a lo largo y ancho del país”. “Ahora nuestra prioridad es ganar las elecciones el 4 de febrero”.
Sin la atadura partidista, Correa atizará seguramente la campaña contra un referéndum promovido por Moreno, que busca suprimir la reelección indefinida. De ganar el Sí en la consulta, en teoría Correa se quedaría sin opciones de recuperar el poder.
“La ruptura es la crónica de una muerte anunciada” pero “no va a generar problemas de gobernabilidad” en Ecuador, opinó el politólogo Santiago Basabe, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) de Quito. “Lo que sí podría generar inestabilidad sería que Moreno no ganara con mucha holgura la consulta popular, sobre todo en la pregunta de la reelección indefinida”, agregó. Sobre todo, luego de que fue elegido presidente con apretado margen.
Correa, quien puso fin a una época de inestabilidad política con un gobierno confrontativo con los grandes grupos económicos y muy popular entre los pobres, presentó su desafiliación en la población costera de Babahoyo. Aunque todo apunta a que encabece un nuevo partido, su regreso al poder depende de la suerte que corra el exmandatario en el referendo.
“Puede ser que Correa cree un nuevo partido, pero que no pueda presentarse a las presidenciales de 2021”, añadió el analista Basabe.
AP fue fundado en 2006 por Correa, Moreno y otros líderes socialistas y se mantuvo como principal agrupación política ecuatoriana durante los diez años de gestión de Correa.
Correa y Moreno fueron aliados hasta mayo último, cuando asumió el nuevo gobierno y el actual mandatario comenzó a distanciarse de su ahora excompañero de partido. En las elecciones de 2017, AP ganó 74 de los 137 escaños de la Asamblea Nacional, pero con la fractura del oficialismo la mayoría del bloque se volcó a respaldar a Moreno.
En octubre, dirigentes de AP afines a Correa destituyeron a Moreno de la presidencia del partido, pero el Consejo Electoral desconoció la decisión alegando que no fue tomada en una convención nacional del movimiento.
El TCE legitimó a la directiva de Moreno en AP al rechazar una apelación de Rivadeneira, quien fue removida de la Secretaría del partido en noviembre pasado.
El mismo movimiento llevó también al poder en 2017 a Moreno, quien imprimió cambios de estilo y de organización administrativa y provocó una fuerte ruptura con su antecesor.
La directiva reconocida del Movimiento Alianza País queda conformada por Moreno como presidente, María Fernanda Espinosa como vicepresidenta y Ricardo Zambrano como secretario ejecutivo.
Correa se encuentra estos días en Ecuador para participar en la campaña electoral por el NO en la consulta que convocó el gobierno para cambiar temas constitucionales, económicos y ambientales del que dependerá en buena parte el futuro político del exmandatario. Su residencia habitual está en Bruselas, Bélgica.