La actividad industrial avanzó 2,6 por ciento en noviembre respecto de igual mes del año pasado, al tiempo que acumuló un alza de apenas el 1,2 por ciento en los primeros once meses del año. En todo 2016 la producción había bajado 4,9 por ciento contra 2015. El crecimiento de noviembre se concentró en la producción de minerales no metálicos (25,4 por ciento) y metales básicos (21,1 por ciento), utilizados centralmente en el sector de la construcción. También subieron la metalmecánica, un 3,0 por ciento, y el sector de edición e impresión, 1 por ciento. Los datos fueron estimados por la Unión Industrial Argentina (UIA).
En el informe sectorial de la entidad que agrupa a las empresas manufactureras se destacó que la construcción fue una de las actividades que impulsó la industria en 2017. Esto se debió al año electoral, en el que se ampliaron las obras públicas en los primeros meses del año y generaron un efecto de expansión en ramas como producción de asfalto, cemento y otros minerales no metálicos. A partir de octubre, sin embargo, referentes del sector de obras públicas aseguran que hubo un fuerte parate. Para 2018 se espera una actividad mucho más moderada en la construcción.
Los sectores que se dedican a abastecer con bienes al mercado interno sufrieron la competencia importada. Una de las principales caídas la registró el rubro textil, con una baja de 4,5 por ciento interanual en noviembre. El informe del UIA aseguró que la menor producción se acompañó con baja del empleo. Este es uno de los rubros que sufre la llegada de bienes importados sin restricciones. En el caso de sustancias químicas, se anotó una baja de 3,5 por ciento, mientras que refinación de petróleo cayó 0,3.
La industria manufacturera es una de las principales perdedoras del modelo económico de los últimos dos años. Bajó su producción, perdió empleo y se desgató la rentabilidad. Se trata de la situación opuesta a la de los grandes bancos y los sectores dedicados a la extracción de materias primas (granos y minería).