Otra petrolera aumentó ayer el precio de los combustibles y el resto de las empresas aguarda por lo que pueda hacer la estatal YPF, que anunció un cambio agresivo en su estrategia de comercialización. Luego de que Oil allanara el camino siendo pionera este año en ajustar los valores en un 6 por ciento, la holandesa Shell, de la que fuera CEO el ministro de Energía, Juan José Aranguren, aplicó un incremento del 6 por ciento para sus naftas y gasoil. Tras los aumentos, el precio de la súper de Shell en la Ciudad de Buenos Aires llegó a 24,32 pesos el litro, la nafta premium pasó a 28,42 pesos, el diesel premium, a 25,15, y el gasoil, a 21,47, según la comunicación oficial de la empresa. En otras provincias, como Córdoba, la nafta premium supera los 30 pesos. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, sostuvo ayer que a los consumidores no les queda alternativa que soportar estos aumentos. “Los costos son los costos y tenemos que convivir con eso”, aseguró el jefe de los ministros en una conferencia en la Casa Rosada.
La desregulación del mercado de combustibles liberó a las compañías para que apliquen los ajustes que consideren oportunos sobre la base de una supuesta fórmula que incorpora los cambios en el precio internacional del crudo y la variación del dólar contra el peso. Ayer el crudo Brent del Mar del Norte, que sirve de referencia para el mercado argentino, cedió 1,35 por ciento a 69,31 dólares el barril, luego de que en la rueda anterior superara por primera vez en tres años la marca de los 70 dólares. “Desde el Gobierno estamos trabajando con el sector para ver la mejor forma de construir una política de información, transparencia y competencia en el mercado para que se afecte de la menor manera posible el bolsillo de los argentinos”, aseguró Peña.
A esto se suma que la petrolera estatal, que cumplía el rol de empresa testigo, dado que cuenta con el 56,1 por ciento de las ventas globales, anticipó que ya no anunciará los próximos cambios en los precios de sus combustibles, al tiempo que esos precios serán diferentes según el barrio, el horario de la venta, la disponibilidad de combustible y la oferta y la demanda. Otras petroleras aguardan por la puesta en marcha de este esquema de negocios para la estatal, pero algunas ya se anticiparon con aumentos en sus combustibles.
La petrolera Oil, de Cristóbal López, en proceso de venta al fondo de inversión OP Investment, fue la primera con un aumento del 6 por ciento que entró en vigencia el sábado pasado. El precio de la nafta súper se ubicó a 26,92 pesos el litro; la versión premium, a 30,52; el diesel premium, a 26,80 y el diesel, a 22,62. Ayer le siguieron los aumentos de Shell, que promedian el 6 por ciento. Así la nafta súper pasó de 22,94 a 24,32 pesos; la nafta premium (V-Power) de 26,81 a 28,42; la premium del gasoil (V Power Nitro), de 23,79 a 25,19 y la fórmula diesel, de 20,25 a 21,47 pesos.
Estos valores son tomados de las estaciones de referencia de la Ciudad de Buenos Aires, según aclararon en el sector. Si bien en el resto del país se replican estos porcentajes, hay mucha disparidad de precios por región y localidad, una práctica que YPF pretende institucionalizar con su nueva estrategia de ventas. Por ejemplo, en Córdoba el precio del litro de nafta súper de Shell quedó en 26,50 pesos, y el de la Premium superó los 30, debido al diferente impacto de los impuestos internos. Otro caso es Chaco, donde el precio de la nafta V-Power llegó a 32,97 pesos por litro, informaron medios locales. Con estos valores, la nafta argentina medida en dólares (1,23) se mantiene entre las más caras de la región, sólo después de Uruguay (1,76), Chile (1,30) y Brasil (1,30), según el relevamiento de Global Petrol Prices.