Circula en YouTube un clip que, tras repasar las películas de la trilogía original de La guerra de las galaxias (léase Una nueva esperanza, de 1977; El imperio contraataca, de 1980; El regreso del Jedi, de 1983), compila los diálogos dichos por personajes femeninos, exceptuando los de la estelar Princesa Leia. El clip es... breve. Reuniendo todos los parlamentos de mujeres de los tres films primeros, salvando –repetimos– los de la icónica doncella, el video tiene una duración final de… un minuto. De incluir las líneas de la encantadoramente impertinente Leia Organa, pronta a espetar a un presunto stormtrooper “¿No sos un poquito bajo para ser un soldado imperial?”, asciende levemente el porcentual: en Una nueva esperanza, la cinta que lo inició todo, las mujeres tienen el 6,3 por ciento de los diálogos…
Al menos estaba ella, gloriosa y atípica princesa, de túnica blanca y tocado intergaláctico: descollante dama que, interpretada por la inigualable Carrie Fisher, era capaz de estrangular al gusano esclavista Jabba The Hut usando las mismas cadenas que la ataban. O resistir estoicamente la destrucción de Alderaan, su planeta natal, con suficiente espalda para –colmo de la paciencia– consolar al joven Luke Skywalker por haber perdido a su mentor Obi Wan Kenobi.
Y aunque la Fuerza siempre ha sido fuerte en Leia, nunca más potente que en la última entrega, Star Wars: Los últimos Jedi (actualmente en cines), donde ya no es mero símbolo de la Resistencia: habiendo ascendido de aristócrata a generala, lidera la revolución. Sin la ayuda de su amorcito Han “Que en paz descanse” Solo. Ni de su hermano Luke, maestro jedi que colgó los guantes al no lograr encauzar a su sobrino Kylo Ren (el villanito emo y millennial que resuelve sus complejos -de Edipo- usando rojísimo sable de luz contra mamá y papá) tiempito atrás. Ojo, Leia no está sola: está espléndidamente acompañada por un batallón de mujeres fuertes y complejas, que han convertido al flamante film en “la más feminista de todas las películas de la saga”, conforme vitorean críticas a lo largo y ancho.
El 6 por ciento de antaño ha quedado lejos en la lejana galaxia: al menos la mitad de las líneas las dispensan aquí muchachas de diversas etnias y edades, luchando codo a codo con sus colegas varones para vencer a la Primera Orden, sucesor del Imperio Galáctico, cohorte de Darth Vader. “Esta película representa a las mujeres como multifacéticas, multigeneracionales, multirraciales, ocupando tanto posiciones de liderazgo como de aprendices”, se alegra la realizadora Annalise Ophelian, que actualmente prepara el documental Looking for Leia sobre el fandom femenino de Star Wars. Recalca además que el film incluye “la primera escena que verdaderamente pasa el Test de Bechdel”: “Hasta ahora, las heroínas de la saga estaban cinematográficamente aisladas; en esta última entrega trabajan en equipo, en puestos técnicos, aprendiendo los caminos de la Fuerza”.
Entre las muchas lecturas alrededor de Los últimos Jedi (y sí que hay en cantidad), hay una simpáticamente descarada del sitio Refinery29, que postula que el nuevo film ya no intenta satisfacer exclusivamente a la platea masculina, citando como evidencia su único momento de semi-desnudez: el de Kylo Ren (Adam Driver) sin remera, mostrando los pectorales laburados en toda su perspirada gloria. Mientras tanto, las minas todas con looks sensatos en plan de guerra, sin mostrar la piel. La contracara contemporánea de la infamemente célebre bikini dorada que debió lucir Leia (muy a pesar de Carrie Fisher) en los 80s, deviniendo máxima (y cosificada) fantasía de hordas y hordas de geeks.
Lloren, chicos
El cambio de paradigma, por supuesto, no ha sucedido sin que algunos muchachitos lloriqueen. Los últimos días, por caso, un grupo de fans orgullosamente machistas editó el film completito, amén de erradicar “la invasión femenina” (sic), y el tiro les salió por la culata: sin ellas, la trama no solo pierde minutos: pierde gracia y complejidad. Otros, pobres ilusos, siguen recolectando firmas en peticiones online para que Disney quite a la cinta del canon Star Wars. Ninguna gracia les ha hecho ver a ¡tantas! mujeres en roles de mando. Tampoco que el héroe Luke (Mark Hamill) haya sido “reducido a un ermitaño incierto y paranoico”, de capa caída, abiertamente desencantado con el rol de los Jedi en el eterno versus Bien contra Mal. Acaso se hayan disgustado además por cierto mensaje “populista” de la cinta, que aboga por la democratización de la Fuerza para que triunfe el lado luminoso, subrayando que no es necesario contar con estatus o linaje para marcar la diferencia…
“En el año en que hemos visto repetidos intentos por silenciar a tantísimas mujeres, desde senadoras hasta víctimas de abuso, Los últimos Jedi refleja el cambio cultural de nuestra época”, apunta el Washington Post, resaltando que la multiplicidad de voces femeninas no tiene precedentes en este universo fantástico sci-fi. Cierto es que, desde la trilogía original, lento y pausado se han ido incluyendo nuevos nombres, como los de Padmé Amidala (Natalie Portman) y Jyn Erso (Felicity Jones), contundentes protagonistas en sus correspondientes films. Pero con Los últimos Jedi, Disney, LucasFilm y el director y guionista Rian Johnson ofrecen ¡cantidad! de heroínas (y antiheroínas) que reciben destacado spotlight, diversificando un universo que, hasta ahora, continuaba siendo predominantemente masculino.
Sin más preámbulos, hete aquí una pequeña lista de algunas aguerridas mujeres de Star Wars: Los últimos Jedi, que ponen de relieve que ellas pueden comandar con coraje, inteligencia y compasión.
Generala Leia Organa: Paciente y amorosa líder de la Resistencia, avanza embiste tras embiste la inquebrantable Leia, buscando que la chispa de la esperanza no se apague, demostrando que tan fuerte es la Fuerza en ella que ni la ingravidez espacial le hace mella. Y aunque todo sugiere en la cinta que la próxima y última peli de esta trilogía terminaría por coronarla como icono total, la temprana muerte de Carrie Fisher –y la decisión de la producción de no reconstruir a su personaje digitalmente– han zanjado cualquier esperanza. Los últimos Jedi, empero, es un dignísimo adiós para la amada generala, que pasa su brillante antorcha a la superpoderosa Rey.
Rey: Mientras Leia resiste, Rey (Daisy Ridley) persiste como última esperanza del legado Jedi, intentando que el reticente maestro Luke la ayude a encontrar su lugar en la épica intergaláctica. Hija de “nadies”, lucha contra sus raíces chatarreras y busca aprender a manejar sus habilidades sin par. En paralelo, tienta a Kylo Ren para que se pase al lado luminoso; y él hace lo propio con el lado oscuro. Entre dires y diretes, florece la tironeada damisela estelar.
Vicealmirante Holdo: A las diosas, muchas gracias por Laura Dern en la piel de quien sucede a Leia en la línea de comando durante Los últimos Jedi, y toma las riendas de la operación cuando la generala tiene un no tan pequeño percance. Conforme se explica en la cinta, Holdo ha ascendido en su carrera a fuerza de experiencia y múltiples chapas en batalla; así y todo, debe lidiar con los desaires del piloto Poe Dameron, que desconfía de su capacidad y liderazgo. La brillante estratega hace caso omiso al mansplaining del muchacho, que entorpece la misión al organizar un motín contra la vicealmirante. Solo el sacrificio sin pompas del abnegado personaje de Dern logra que el chico recule y entienda que los verdaderos héroes (heroína, en este caso) no andan pavoneando sus plumas.
Rose Tico: “Si alguien ve esta película y piensa que es poco realista que muestre a tantas mujeres fuertes, le recomiendo que salga a la calle y mire a su alrededor”, sugiere Kelly Marie Tran, primera actriz asiático-americana en tener rol notorio en la saga. Como la simpática Rose, mecánica de naves espaciales, termina involucrada en dificilísima aventura, contagiando su insólito arrojo e inalterable fe en la causa al héroe Finn. De orígenes humildes, Tico no se achica ni tiene pelos en la lengua al declamar que no es la violencia sino la unidad lo que hace a la fuerza. Denuncia además las inequidades de clase y confía que la rebelión traerá justicia, paz e igualdad.
Paige Tico: Hermana de Rose, esta artillera -interpretada por la vietnamita Veronica Ngo- no necesita demasiados minutos en pantalla para convertirse en mítica combatiente. Será su magnánimo sacrificio inicial, amén de derribar el megaship Dreadnaught de la malvada Orden, el que desencadene la seguidilla de eventos que modela la trama, y a los personajes principales de la película.
Capitana Phasma: Una de las más sonadas decepciones del film es cuán poco le ha permitido abrir las siniestras alas a esta anhelada villana, primera de peso para el lado oscuro, a quien la altísima Gwendoline Christie le puso el cuerpo y la armadura. Sirviendo bajo las órdenes del Líder Supremo Snoke junto al ejecutor Kylo y el General Hux, su única contribución para apagar la chispa de la Resistencia es apuntar su implacable puño contra el rebelde Finn, stormtrooper arrepentido, que aunque encantador, no le llega ni a la cintura.
Teniente Connix: Los dos rodetitos de la joven rebelde ofician de guiño al icónico look de la princesa Leia en la saga original, y muestran el vivo legado de Fisher en su hija, Billie Lourd, fichada para el rol. Aunque sin destaque especial, Connix contribuye en tareas clave –por caso, evacuar la nave principal frente al inminente ataque del team Dark Side– y hasta se da el lujito de sumarse momentáneamente a la insurrección de Poe.
Maz Kanata: Pirata humanoide interpretada por Lupita Nyong’o, la inquieta y temeraria Maz ha vivido más de mil años y ciertamente conoce y es sensible a la Fuerza. Es quien ha resguardado el sable de luz de Luke, y quien se lo entrega a Rey en el film anterior, de 2015. Se sabe que tiene habilidades especiales, y hay quienes presumen que pudo haber sido una Jedi, o acaso una Sith que abandonó el lado oscuro. En Los últimos Jedi solo aparece unos segundos, pero contribuye con datos precisos para ayudar a la Resistencia. Y lo hace mientras libra una batallita contra soldados del lado oscuro, tamaña es su entereza y voluntad.
Menciones destacadas para la comandante D’Acy (Amanda Lawrence), la piloto Tallie (Hermione Corfield) y las caretakers: suerte de monjitas alienígenas, de la especie Lanai, que cuidan la antiquísima Isla Jedi del planeta Ahch-To con devoción total.