“Mucho antes de que Instagram se convirtiera en fuente de inspiración para que damiselas considerasen qué nuevos cortes de pelo les gustaría emular, cientos de años de bellas artes hicieron un sólido trabajo pintando maravillosas melenas que una hubiera deseado llevar”, advierte el sitio BuzzFed al presentar –y enfáticamente recomendar– la cuenta de Instagram The Hair Historian (en criollo, “La historiadora del cabello”). Cuenta que, como su nombre bien indica, repasa siglos de historia del arte, deteniéndose –zoom mediante– en peinados de siglos pasados, eternizados a través de pinturas (también esculturas, ilustraciones y fotografías) de las más diversas épocas. “Con este proyecto de documentación, reúno a mis tres grandes amores: el pelo, el arte y la historia, buscando además iluminar y entretener a estilistas de todo el mundo”, explica la diseñadora brit Rachael Gibson, especialista en mechas, editora de numerosas webs sobre la temática, responsable del proyecto en cuestión. Tan prendida al tópico (por hebillas, suponemos) que gusta bucear en galerías y museos para incluirlo todo: desde los largos cabellos de las muchachas prerrafaelistas hasta el moderno bob de mujeres de la era flapper, sin desatender modas georgianas, de regencia, victorianas, de los 60s, etcétera, conforme fueron eternizados rizos hipermarcados o trenzas kilométricas por pincel, cámara, cincel. En muchos casos, dejando asentados los más intrincados –y aristocráticos– hairstyles, dignos de suma paciencia. Y accesorios varios: lazos rojos de terciopelo, arreglos florales, vinchas con detalles de piedras preciosas, sombreritos cónicos, gomitas de pelo, bandanas, y así. “Combinando gloriosamente lo antiguo y lo nuevo, The Hair Historian demuestra que la pintura realmente fue el primer filtro de Snapchat”, concluye el mentado BuzzFed, e invita a innovar… mirando hacia atrás.
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