26.5 millones de mujeres indígenas habitan Latinoamérica y el Caribe en unos 826 territorios. Ellas y sus hijas son promotoras de las economías diversas y ecosustentables de sus pueblos. Sin embargo sufren triple discriminación “por ser mujeres, pobres y por su condición, lo que impacta en toda sus vidas convirtiéndolas en las mayores víctimas de las desigualdades”, reconoció José Graciano Da Silva, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en México, durante el foro “Empoderar a las mujeres indígenas para erradicar el hambre y la malnutrición en América Latina y el Caribe”, en el que participaron 13 países de la región. “Los pueblos indígenas y muy en especial las mujeres –dijo–, siguen enfrentando una discriminación estructural que conlleva altos índices de pobreza, bajo acceso a la salud, desnutrición crónica, alta mortalidad infantil, baja alfabetización y oportunidades de participación y representación política limitadas”.