Subite al tren, que va a venir / Y hay que poner la cara al sol y sonreír / Y armarse alguna choza en un lugar feliz / Y resistir… Y resistir…, propone con irresistible optimismo “Marzo”, track 2 de Cría, último larga duración del quinteto Duratierra. Notable y sensible disco que oficia -en sí mismo- de refugio, amén de un cautivador repertorio que invita a la emoción genuina y acaba coronando al grupo como hacedor de una de las propuestas más interesantes de la música popular latinoamericana actual. Tras 13 años de trayectoria en los que han optado por el camino de la autogestión y la independencia. “Cuando trabajás desde el poder transformador de la emoción, allanás ese diálogo que es la música, lo desintoxicás de otras formas de lenguaje que a veces solo entorpecen ese vínculo tan especial y mágico que generan las canciones”, anota Micaela Vita, voz cantora de una banda integrada por Juan Pablo Saraco en guitarras, Nicolás Arroyo en percusión, batería y voces, Tomás Pagano en bajo eléctrico y Matías Zapata en teclados y acordeón.
“Me gusta pensar que nuestras canciones funcionan como un espacio de encuentro y de reparo, de sanación para los dolores que atravesamos hoy día como sociedad”, ofrece Vita sobre el manojo de 12 temas donde orgánicamente conviven chacarera y tarantela, rock y vals, jazz y cueca chilena, joropo, milonga, pop, funk… Y sobre el característico eclecticismo, apunta Micaela que “aceptarnos cabalmente como seres integrales, nacidos en una ciudad repleta de sonidos que son parte de nuestra identidad, nos ha permitido transitar un camino mucho más honesto”. ¿Dónde tengo las raíces? Si yo soy nieto de los emigrados / y latinoamericano… / Flores distintas pero un solo ramo, entona MV en “Pascual”, track que pone de manifiesto una búsqueda que cruza la obra toda: reflexionar sobre las raíces.
Sin más, que Cría cuente con el generoso aporte de numerosos colaboradores no hace sino resaltar la expresa intención de Duratierra de hablar de “una identidad plural y latinoamericana, de un movimiento que necesita de muchas voces para la contar la realidad actual”. Así, de Argentina, participaron Raly Barrionuevo, Nadia Larcher y Noelia Recalde; de Venezuela, el mandolinista Andrés Pérez Palmar; de Brasil, el acordeonista Joao Pedro Teixeira...
No es casual, por cierto, que considere Micaela a “Saravá” –track primero que inaugura Cría– “una suerte de manifiesto de la banda”, donde la tradición no desaparece: cobra nuevos bríos en flamantes composiciones. Vienen las canciones nuevas / llenas de canciones viejas, canta allí Vita, dedicando el exultante ¡saravá! (expresión brasilera de buen augurio) a los cantores que ponen el pecho / para cambiar un mundo que está hecho / a la medida de los capitales / que solo dejan en la Tierra males… “Si hacemos esta música es porque hubo artistas que enfrentaron situaciones históricas dificilísimas en este país, abriendo la huella por donde hoy tanto nosotros como tantísimos compañeros transitamos. Y lo hacemos hablando de temas que nos pertenecen a todos, gestando una suerte de tradición oral nueva”, cuenta la líder del quinteto Duratierra, que antaño integrase un reputado dúo con el reconocido bajista Willy González.
¿Una curiosidad de Cría? Además de composiciones propias, incluye flamante versión de “La llorona”, el imbatible son istmeño que... ¡ya habían versionado en su primer disco, Floralia, de 2010! ¿Por qué repetir en éste, su tercer LP? “La primera vez lo habíamos hecho muy mental (risas). Floralia es un disco muy cerebral, recontra de la cabeza. Para Cría, la replanteamos desde el acordeón de un modo mucho más llano, sin tanta rosca, y pasó a ser otra canción, totalmente distinta”. Y
Duratierra se presentará por primera vez en el Festival Nacional de Folklore de Cosquín el sábado 27 de enero, en una incitante fecha en la que también estarán Luciana Jury, José Luis Aguirre, Lisandro Aristimuño, entre otrxs.