La compra de dólares para atesoramiento fue el elemento principal de la salida de divisas en 2017. El balance cambiario que entregó ayer el Banco Central indica que el año pasado se registraron compras de moneda extranjera por 47.931 millones de dólares brutos y 22.148 millones en términos netos, es decir, descontando las ventas de billetes en el mercado interno. El documento precisa que en diciembre se perdieron 5515 millones de dólares brutos por compras del sector privado y la fuga fue de 2737 millones en números netos. Se trata de los niveles de fuga más elevados desde agosto de 2009, cuando estalló la crisis financiera internacional. El mes pasado hubo más de un millón de personas (1.040.000) que compraron dólares, cuando en meses anteriores la cantidad de clientes era cercana a los 800.000. El 96 por ciento de los que compraron fueron clientes minoristas.
El desequilibrio estructural de la economía sigue avanzando a pasos acelerados. El Central publicó ayer el balance cambiario de diciembre, en el que se muestra un fuerte aumento de la fuga de capitales por ahorro, pero también del rojo del turismo, de la salida de divisas por giro de utilidades y la falta de inversiones extranjeras directas, que se ubican en niveles idénticos a los registrados hasta 2015. El desajuste de las cuentas externas acumulado el año pasado compromete, según economistas, las posibilidades de crecer en el mediano y lago plazo.
El documento de la autoridad monetaria reflejó una fuerte pérdida de divisas por efecto de la cuenta turismo. El mes pasado se anotó un rojo en este sector de 824 millones de dólares en términos netos, mientras que la pérdida bruta fue de 1030 millones. A lo largo del año se registró un déficit de 10.662 millones de dólares en términos netos y de 12.663 millones brutos. Para 2018 se espera que el desequilibrio de este sector continúe incrementándose. En playas de Uruguay, Brasil y Chile adelantan que esta temporada alcanzarán record de turismo argentino. Los precios en dólares en el exterior de ir comer afuera, hotelería y otras salidas de esparcimiento son hasta un 40 por ciento menores en relación con los valores locales y compensan el costo del pasaje.
El informe de balance cambiario del Central registró además una fuerte pérdida de dólares en actividades claves para la economía local. Se anotó una pérdida de 887 millones de dólares en el sector automotor en diciembre, mientras que el rojo del comercio fue de 482 millones, seguidos por maquinarias y equipos (463 millones), transporte (364 millones) e industria química, caucho y plástico (306 millones). En contraste, una de las actividades con superávit fue el sector de oleaginosas y cereales, que marcó un saldo positivo de 1680 millones de pesos. Estos datos ponen en evidencia las consecuencias de la apertura comercial. La industria, por las importaciones, registra un nivel cada vez más deficitario, mientras que los sectores dedicados a la exportación de materias primas siguen siendo los únicos con saldo favorable de comercio. La economía se reprimariza, pierde empleo y capacidad de producir.
Las inversiones extranjeras directas sumaron 299 millones de dólares en diciembre y acumularon 2497 millones en el año. La cifra resulta muy baja cuando se la compara contra el ingreso de inversiones de portafolio, que en lugar de tener fines productivos se destina a comprar instrumentos financieros de corto plazo como las Lebac. Este rubro registró una entrada de 1208 millones de dólares el mes pasado y de 15.783 millones en el acumulado del 2017. Esto implica que el país registró la llegada de unas 6 veces más capitales para especular que para invertir en la economía real.
En lo que refiere al giro de utilidades, en diciembre las multinacionales enviaron a sus casas matrices 283 millones de dólares y acumularon envíos por 2125 millones en el año. Se trata de otra fuente de pérdida de divisas de la economía local, en la cual se observa una de las fugas de capitales más elevadas en 30 años. Esto se debe a las medidas de desregulación financiera que se tomaron a lo largo del año pasado, para permitirle a distintos sectores comprar moneda en forma ilimitada, entrar y sacar dólares del mercado interno sin tiempos prudenciales y autorizar a los exportadores a dejar de liquidar sus ventas en el país.
Por el momento este rojo externo se compensa con un fuerte ingreso de deuda externa, que supera los 30 mil millones de dólares. El punto que marcan los economistas de distintas corrientes es que estos niveles de endeudamiento no son sostenibles en el tiempo y en algún momento habrá una crisis por la imposibilidad de seguir sosteniendo la fuga. Los problemas estructurales de la economía, concentrados en el frente externo, no se han resulto e incluso se potenciaron. El ajuste sobre el tipo de cambio será el principal factor de corrección.