Los últimos tres años fueron los más calurosos del planeta desde que la temperatura se registra. La estadística surge de un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), dependiente de Naciones Unidas, y establece que la temperatura mundial promedio de 2017 (14,76 grados centígrados) superó en 1,1 grados a la de la era preindustrial, con lo que se convirtió en el segundo año más cálido de la historia (después de 2016). Pero aún hay más. “Aparte de las temperaturas en aumento, estamos siendo testigos de un incremento de fenómenos meteorológicos más extremos con repercusiones socioeconómicas enormes”, indicó Omar Baddour, científico principal de la OMM.
Los estudios científicos pusieron (una vez más) en evidencia a las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien había señalado, en reiteradas oportunidades, que el cambio climático era un “invento” de China para sacar una ventaja económica. De acuerdo a los datos revelados de la Organización Mundial Meteorológica, los años 2015, 2016 y 2017 fueron los más calurosos desde 1880 –año que se empezó a medir la temperatura mundial– “en una clara continuidad del cambio climático a largo plazo, causado por el aumento de las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero”, señalaron en el documento presentado. Es decir, ningún cuento chino.
Si bien el año más caluroso sigue siendo 2016, que registró 1,2 grados por encima de la etapa preindustrial, el último año –con una temperatura que superó 1,1 grados al período mencionado– fue el más sofocante de la historia si no se tiene en cuenta el fenómeno climático denominado El Niño, el cual puede provocar un aumento de las temperaturas anuales mundiales ni tampoco el de La Niña, que trae aparejado un descenso de la temperatura. El informe subraya que “el intenso episodio de El Niño contribuyó a que se registraran temperaturas sin precedentes en 2016. Por el contrario, 2017 comenzó con un episodio de La Niña muy débil y terminó con uno débil”.
Estos datos revelados por la OMM no son buen augurio para el Acuerdo de París, firmado en diciembre de 2015 por 196 países, aunque el año pasado Estados Unidos retiró su firma. El primer objetivo redactado en el tratado internacional es contener el aumento de la temperatura “muy por debajo de los dos grados” respecto a la era preindustrial y “de seguir esforzándose por limitar este aumento a 1,5 grados”. En el acuerdo, la primera revisión obligatoria está prevista para 2025, aunque en base a las últimas estadísticas climáticas, los especialistas aseguraron que “(el 2025) es una fecha muy tardía para poder respetar la meta de los dos grados”.
La Organización Meteorológica Mundial, financiada por la ONU, reunió los datos de seis agencias (entre ellas, la Nasa y el Servicio Meteorológico de Japón) para determinar la temperatura mundial promedio del 2017. Y el resultado arrojado fue una media de 14,76 grados, lo que significa 0,46 grado centígrado más caluroso que el clima promedio que hubo entre 1981-2010. El Ártico, como la región norte de China, Rusia y Estados Unidos, y el océano Pacífico fueron las tres zonas que presentaron mayores aumentos en la temperatura en relación con el ciclo 1981-2010. También en el último año, la costa del Río de la Plata, tanto en Argentina como en Uruguay, mutó a una zona más calurosa que en período mencionado. En cambio, entre las pocas áreas que se “enfriaron”, los mayores cambios tuvieron lugar en la Antártida (incluido el Sector Antártico Argentino), el sur de África y la costa este de Canadá y Estados Unidos.
“La tendencia de la temperatura a largo plazo es mucho más importante que la temperatura de cada año, y esa tendencia es al alza”, reflexionó el secretario general de la OMM, Petteri Tallas, y agregó que “de los 18 años más cálidos de los que se tienen datos, 17 se han registrado en este siglo y el grado de calentamiento de los tres últimos años ha sido excepcional”. “El calor en el Ártico ha sido especialmente intenso, lo que tendrá repercusiones profundas y duraderas en el nivel del mar y en las características meteorológicas de otras partes del mundo”, completó.
Pero las temperaturas son, apenas, una pequeña parte de los cambios climáticos. Crecidas, sequías, ciclones y heladas son otros de los fenómenos que se sienten cada vez más en el planeta, de acuerdo al informe de la OMM. Y en ese sentido, Baddour, científico principal de esta organización mundial, explicó su más inmediata consecuencia: “El deterioro socioeconómico de la población”.