“Hacer pis sobre este anuncio puede cambiar tu vida”, asegura una de las más recientes publicidades del titán de muebles Ikea. Y no, no se trata de ningún eufemismo: pide, de hecho, que las mujeres meen sobre él. Más no fuera, las mujeres lectoras de la revista sueca Amelia, donde fue publicado a página completa las pasadas semanas, amén de promocionar –de manera peculiarísima– sus flamantes cunas, modelo Sundvik. Sucede que el mentado anuncio incluye una tira que es, en realidad, un modificado test de embarazo. Vertiendo cualquier damisela un poco de orina, se entera si está preñada de original modo: develándose sobre el papel ya no un simple “positivo” sino el valor promocional de la mentada cuna, a mitad de precio para quienes estén esperando un bebé. De aparecer en rojo “495 coronas suecas”, se desayunan no solo del descuento que les cabe sino que, en efecto, serán mamás. Las felicitaciones (por el descuento), a la orden del día. “Salvo contadas excepciones, cuando terminás de ver un capítulo de la serie Black Mirror te invade cierta sensación de alivio. Pensás que, al menos, todavía no se ha llegado a ese futuro distópico donde la tecnología se vuelve aterradora. Con esta publicidad de Ikea, sin embargo, nos acercamos a un futuro –por lo menos– inclasificable”, se inquieta la web Gizmodo. Y ahonda en cómo la campaña ha sido orquestada por la agencia local Åkestam Holst, con sede en Estocolmo, que trabajó durante 4 meses codo a codo con el laboratorio médico Mercene Labs, amén de replicar el test tradicional en una página de revista. Usando, para ello, “la experiencia de Mercene en el desarrollo de materiales de superficie activa para microfluidos y diagnósticos médicos”. Capitalizando además el evidente deseo de evidenciar su “genialidad” e ir más allá... A juzgar por las reacciones por el globo, sin embargo, el “más allá” acaso haya sido demasiado lejos.