Las terminales automotrices anticipan para el año próximo una producción nacional de vehículos de 565 mil unidades, un 20 por ciento más que la de 2017, mientras que las exportaciones podrían alcanzar las 300 mil, 43 por ciento más, según informó ayer la Comisión Directiva de la Asociación de Fábricas de Automotores. Las cifras están lejos de la meta de millón de unidades, que el Gobierno contempla alcanzar en cinco años. De hecho, están todavía fuera de carrera y no lograrán recuperar el terreno perdido en los últimos dos años.
Las estimaciones de Adefa se basan en el nivel de ventas del sector el año pasado y las expectativas para éste (945.000). Con la reforma impositiva los autos de media y alta gama se venderán este año con descuentos de hasta 10 por ciento al público, que beneficiará la comercialización de importados, mientras que la contracara continúa siendo la destrucción de empleo. En los últimos dos años las terminales, el último eslabón de la cadena, redujo en la misma proporción (casi un 10 por ciento) sus plantillas de trabajadores. Se perdieron 2104 empleos en fábricas.
“Alcanzamos este acuerdo estratégico que tiene dos metas fundamentales: lograr producir un millón de automóviles y no solo cuidar la familia de trabajadores de esta industria, que es tan importante, sino hacerla crecer en más de 30.000 puestos de trabajo”, había anunciado el presidente Mauricio Macri. Lejos de avanzar en ese objetivo que trazaron en conjunto el equipo económico y las terminales automotrices, la situación actual del sector es la de un esquema de sustitución de importaciones a la inversa. La producción retrocede a cada paso en que avanzan las ventas locales de vehículos. “Vemos más ventas pero menos producción. Toda venta adicional del período 2016/2017 tiene su origen en el extranjero”, asegura el economista Hernán Letcher.
Según cifras de las concesionarias, las ventas pasaron de un promedio de entre 48.990 en 2014/2015 a 66.884 unidades en el bienio siguiente, un aumento del 36 por ciento (casi 18.000 unidades adicionales, unas 430.000 en dos años). El incremento de la demanda se explica por la agresiva campaña de descuentos y bonificaciones que impulsaron las marcas para sus productos importados. La rebaja impositiva incluida en la reforma fiscal alentará la venta de importados.
La reforma tributaria reducirá entre 7 y 8 por ciento el costo de los vehículos 0km de costo de fábrica de entre 380 mil y 800 mil (530 mil y 1,2 millones de pesos al público). Esto contempla unos 150 modelos, casi todos importados, como modelos tope de gama de Alfa Romeo, Audi, BMW, Chevrolet, Citroën, Ford (Kuga, S-Max y Mondeo), Honda, Hyundai, Jeep, Kia, Mercedes-Benz, MINI, Peugeot, Toyota, Renault Mégane RS, Volkswagen Golf GTI, New Beetle, Passat, Vento y Scirocco, y Volvo V40.
El ambicioso plan de un millón de unidades se presentó a partir de la promesa de un inversión de 5000 millones de dólares hasta el año próximo. Pero hasta el momento las inversiones se siguen dilatando, y las del año pasado se volvieron anunciar para el inicio de éste, y no todas están vinculadas con el desarrollo de proveedores.
Actualmente, son cuatro las provincias (Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Tucumán) las que reúnen las once terminales operativas, más de 500 autopartistas y el doble de concesionarios. Producen autos, pick ups, vehículos comerciales livianos y pesados, componentes de transmisión, caja y motores. Y hasta 2014 la industria registró varios récords de producción, exportación y ventas. La Argentina se posicionó así como el segundo en relevancia de la región y ocupa el puesto 24 a nivel mundial en cuanto a producción y comercialización. Sin embargo, hoy sólo se sostienen en niveles elevados de ventas, abastecidas por la oferta de importados.
“Nuestro país pasó de producir 46.812 vehículos mensuales en el promedio 2014-2015 a 39.372 en el bienio 2016-2017. Es decir, refleja una sustancial caída del 16 por ciento (7440 unidades menos, y 178.560 en dos años). A esto se suma que las exportaciones no lograron remontar: de 24.409 autos mensuales en 2014/2015 se redujo a 16.650 en 2016/2017 (en dos años 186.216 unidades menos)”, señala el informe de Letcher. El economista del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) señala que las ventas se sustentan en un aumento de la importación, que pasó de 27.674 unidades promedio en 2014/2015 a 44.356 unidades promedio en 2016/2017, un alza del 60 por ciento (en unidades implica un incremento mensual de 16.682 unidades y de 400.368 en dos años).
“La participación de las importaciones sobre las ventas totales al mercado interno se incrementó desde 54 a 66 entre los períodos comparados”, agrega el documento. “El resultado es que en el rubro de fabricación de vehículos se registran 30.805 trabajadores registrados al segundo trimestre de 2015. Dos años más tarde, al segundo trimestre 2017, la cantidad de empleo se redujo en 2104, a 28.701 trabajadores en el sector”, concluye el economista.