Después de las protestas de la comunidad científica en rechazo al ajuste que está aplicando el gobierno nacional, las autoridades del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) se sumaron al reclamo. El directorio del organismo difundió ayer una declaración donde advierte que las restricciones presupuestarias previstas para el año que viene “tendrán importantes consecuencias negativas en las políticas públicas del sector de Ciencia y Tecnología de nuestro país”. Salvo los funcionarios políticos designados por el gobierno de Mauricio Macri, ya se han manifestado contra el recorte actores de todos los niveles del sistema científico.
El malestar entre investigadores y becarios empezó a extenderse ni bien se conoció el proyecto de presupuesto 2017 confeccionado por el Poder Ejecutivo y luego aprobado por el Congreso. En 2016, el presupuesto para la función Ciencia y Técnica (CyT) fue de 24,89 mil millones de pesos. Para 2017, la cifra subirá a 31,72 mil millones, un incremento insuficiente para no perder frente a la inflación: para eso, serían necesarios unos 4 mil millones de pesos más. La función CyT cae, en términos de su participación en el PBI, del 1,53 al 1,34 por ciento. En particular, el Ministerio de Ciencia y la Agencia de Promoción Científica sufren un ajuste importante de recursos (superior al 50 por ciento), mientras que el Conicet es el único organismo del sector cuyo presupuesto no es recortado: crece un 3 por ciento en términos reales, lo que no alcanza para sostener el crecimiento que se venía desarrollando en la última década.
En ese contexto, el directorio del Conicet confirmó hace diez días que caerá en un 60 por ciento la cantidad de ingresos a la carrera del investigador (de 943 ingresantes este año a 385 el próximo, dejando afuera del sistema a más de mil postulantes) y, además, ante la escasez de recursos, dispuso que los científicos ya no podrán reunir subsidios del organismo y de la Agencia, lo que implicará la pérdida de fondos para muchos equipos. Ahí fue cuando estallaron las protestas, que anteayer incluyeron una toma simbólica del Ministerio de Ciencia y una manifestación de numerosas organizaciones de la comunidad científica y académica.
“Los integrantes del directorio del Conicet dejamos expresa constancia de nuestra profunda preocupación por las decisiones que nos vemos obligados a tomar a partir del presupuesto asignado a esta institución para el ejercicio 2017”, plantearon ayer los vicepresidentes del organismo, Miguel Ángel Laborde y Mirtha Flawiá, y los directores Dora Barrancos, Francisco Tamarit, Vicente Macagno, Carlos Van Gelderen y Tulio Del Bono. La declaración fue firmada por casi todas las autoridades del Conicet: sólo faltaron el presidente del organismo, Alejandro Ceccato –quien, en línea con el Gobierno, ha justificado el ajuste–, y el director Santiago Sacerdote.
“A nuestro entender –agregaron los firmantes de la declaración– estas medidas tendrán importantes consecuencias negativas en las políticas públicas del sector de Ciencia y Tecnología de nuestro país. En particular, la merma en la cantidad de personal incorporado al Conicet y la profundización de la desfinanciación de las actividades de promoción, afectan el cumplimiento de los objetivos que se habían fijado para el área, aún admitiendo que los mismos son perfectibles y de hecho requieren constante revisión y rectificación.” Los miembros del directorio aludieron allí a las metas previstas en el Plan Argentina Innovadora 2020, un programa aprobado por el Ministerio de Ciencia en 2013, con la firma del actual ministro, Lino Barañao, que establecía el propósito de elevar la planta de científicos argentinos a 10 mil en 2015 –que se cumplió– y de llegar a 15 mil en 2020; para eso, se necesitaba un crecimiento del 10 por ciento anual en la cantidad de ingresantes del Conicet hasta 2018, algo que se venía cumpliendo y ahora se interrumpió.
Los directores del Conicet concluyeron reafirmando su “compromiso en continuar bregando por una ampliación presupuestaria que nos permita retomar la senda de crecimiento de esta institución, para incrementar tanto la cantidad de investigadores, personal de apoyo, personal administrativo y becarios, como los fondos disponibles para financiar las actividades propias de la investigación científica y tecnológica”.