El cambio de las metas de inflación para 2018 marcó un antes y un después en la visión del mercado sobre las políticas del Banco Central. Pocos consideran ahora que el directorio del organismo tenga una amplia capacidad de decisión. Pero el Central no se rinde y en su blog “Ideas de peso” publicó la semana pasada un artículo para argumentar que aún maneja las políticas cambiaria y monetaria. El documento se concentró en analizar las intervenciones sobre el mercado cambiario del año pasado para asegura que el organismo a cargo de Federico Sturzenegger, más allá de algunas ventas de divisas puntuales para frenar una suba puntual del dólar, mantiene un esquema de tipo de cambio flexible, en el que la cotización del dólar la define el mercado. Entre los operadores de la city ya miran al Central con ternura. Lo consideran un chico caprichoso que sigue hablando sólo en su mundo de fantasías.
La autoridad monetaria explicó que las operaciones cambiarias en las que participa (como la de agosto del año pasado cuando intervino justo antes de las elecciones PASO) no alteran la idea de un tipo de cambio flexible sino que la refuerzan. Agregó que la entidad se guarda bajo esta propuesta de política monetaria de metas de inflación “la facultad de operar esporádicamente en el mercado de cambios para administrar el perfil de su hoja de balance o prevenir dinámicas disruptivas del tipo de cambio nominal ante shocks internos y externos”.
El organismo detalló que las intervenciones cambiarias se hacen en forma activa y en forma pasiva. “Las primeras se realizan con entidades financieras a través del Siopel y buscan reducir la volatilidad excesiva del tipo de cambio. Las segundas se concretan en forma directa con el Tesoro por fuera de la rueda Siopel, con el objetivo de incrementar las reservas internacionales de la entidad (comprando los dólares que ingresan por la deuda)”. Se concentró además en aclarar que todo se hace en forma transparente para incrementar la confianza del mercado en la entidad. “Vale destacar que conforme la política de transparencia del BCRA, que tiene como objetivo fortalecer su credibilidad ante los agentes económicos, ambos tipos de operaciones son informadas al mercado”, indicó. Pero para los analistas de la city el problema de credibilidad no es si informa o no sus operaciones; el punto central es que nadie cree que el nivel de tipo de cambio siga siendo una política definida por el Central.
La idea que circula en el mercado es que el equipo económico se decidió a subir nuevamente la paridad cambiaria para intentar contener los problemas cada vez más alarmante sobre la cuenta corriente. Se está esperando que pasen los primeros meses del año. El timming no es bueno para hacer ahora la corrección del dólar. Se están actualizando los combustibles, tarifas, transportes y otros servicios. Falta a cerrar las primeras negociaciones paritarias. Un avance del dólar en este momento sería echar más leña al fuego. Pero el tipo de cambio a 25 pesos para la segunda parte del año es una cifra cada vez más aceptada entre consultores cercanos del área económica. Dicen que sería un empujón para economías regionales, moderaría algo la fuga de capitales y mejoraría un poco los resultados de la cuenta turismo. Sigue sin resolverse, de todas formas, la tensión monetaria. En 2018 una emisión de base monetaria del 20 por ciento, según economistas del mercado, implica terminar el año con un stock de Lebac de casi 2 billones de pesos.