Daniel Angelici pretende ser original y verle el lado bueno a la muy probable salida de Carlos Tevez hacia el fútbol chino. Dijo que “Boca podría desembarcar en ese mercado” y “pondré al departamento de marketing del club en marcha para desarrollar algo en China”. Ya imagina negocios a partir de la pérdida deportiva que se avecina. No es un adelantado en la materia. Su mentor, Mauricio Macri, ya había incursionado en el gigante asiático cuando conducía la misma institución.

Esta remake china de Angelici, montada en la oferta exorbitante que recibió el ídolo boquense, se potencia con la dimensión futbolística de Tevez y lo que ella representa. Aquella primera experiencia de Boca en China fue muchísimo menos trascendente. Pero las dos tienen algo en común: la idea de que el fútbol es un gran negocio para ser tan solo un deporte. Aunque se trate del más popular de todos. En febrero del 2001, el vicepresidente 1° Pedro Pompilio y el secretario Luis Buzio firmaron un contrato con el chino Yi Zhou para que un combinado de jugadores amateurs disputara un partido amistoso en China entre el 19 y el 28 de mayo de aquel año. Boca, a cambio, recibiría la suma de 90 mil dólares en concepto de cachet. Además, según el punto 6º del contrato, el club aceptaba pagarle al intermediario Sergio Greco, apoderado por entonces de la compañía Sport World International, el 20 por ciento de lo que recaudara Boca por haber intervenido en la operación. Otro dato: ACE SA, una empresa inventada por Macri para venderle jugadores al fútbol chino –y que era financiada por su comisión directiva—, transfirió a ese mercado al delantero Alfredo Moreno. En ese negocio hubo un intercambio. Yao Li y Guoxu Li vinieron a probarse a Boca a principios del 2004. De modo que Angelici no es el pionero de esa política hacia China. Ni siquiera el presidente argentino. Es su padre, Franco Macri. La inminente partida de Tevez amplificará su fortuna y le permitirá cobrar a Boca una suma de ocho dígitos en dólares como resarcimiento. El club Shanghai Shenhua, propiedad del grupo inmobiliario chino Greenland, le dará la bienvenida. Angelici ya comenzó a pagar el costo político de su salida. El hermano menor del ídolo, Diego, cuestionó en Twitter a la comisión directiva. Y las redes sociales son un termómetro de ese sentimiento de bronca hacia el presidente que se imagina haciendo más negocios en China.

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