El objetivo central del Gobierno es restaurar el poder de las clases dominantes. Restaurar implica volver a una situación original donde los dueños de la Argentina hacían y deshacían según su antojo patronal. Para el macrismo las normas y organizaciones que protegen la vida del trabajador, su jornada laboral, su derecho a vacaciones o su jubilación digna son trabas burocráticas que atentan contra la libertad empresarial y la lluvia de inversiones. En esa promesa de asegurar a los ricos la libertad de su riqueza y a los pobres su destino de pobreza sigue resumiéndose lo esencial de este neoliberalismo.
¿Por qué el Gobierno Nacional redobló el ataque a los sindicatos? Porque en dos años de permanentes intentos por alinearlos, extorsionarlos o destruirlos no obtuvo todos los resultados deseados para lograr sus objetivos.
A pesar de que se ha instalado la idea de que el macrismo avanza invicto en su batalla contra los derechos laborales y las organizaciones gremiales no ha logrado todo lo que se propuso. Por eso el Gobierno ha multiplicado su agresión a las organizaciones gremial utilizando todas las vías posibles. Ya en octubre de 2017 denunciamos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que “los despidos injustificados de referentes y activistas, la estigmatización pública de los dirigentes sindicales y la persecución penal por el ejercicio del derecho de huelga son cuestiones que se repiten en cada rincón de nuestro país”. La denuncia detalla casos como Pepsico, Atucha, Perfil, Diario Uno, metrodelegados, docentes, estatales de Río Negro, entre muchos otros y las amenazas a Roberto Baradel y su familia -que está semana se reiteraron con la nefasta indiferencia del Poder Judicial y del gobierno nacional-. También se enumeran los ataques a los abogados laboralistas, al fuero laboral y particularmente a los Jueces que cuando se pronuncian a favor de los sindicatos, como en el fallo sobre la paritaria de los bancarios, son perseguidos y amenazados con juicios políticos.
La desesperación con la que el gobierno ha relanzado las campañas antisindicales muestra que la organización y la lucha tienen más sentido y eficacia de lo que a veces somos capaces de reconocer. Por ejemplo en el 2017 el Gobierno lanzó su “Plan Maestro” con el que pretendía mediante un proyecto de Ley convertir la educación en una mercancía, la histórica Marcha Federal Educativa hizo que el Gobierno postergara la idea luego de su pomposo lanzamiento. Otro fracaso del Gobierno fue el intento de quebrar en 2017 la lucha de los docentes de la Provincia de Buenos Aires y particularmente del Suteba. No sólo no logró doblegar a los trabajadores en sus demandas salariales sino que fue derrotado en su estrategia de demonización de los dirigentes a partir del contundente triunfo electoral de la lista encabezada por Roberto Baradel. También la conducción nacional de la Ctera fue legitimada por el voto libre y directo de sus afiliados.
Otro limite social que debió afrontar el Gobierno de Macri fue el paso atrás en el intento de aplicar el 2x1 en las sentencias a criminales de lesa humanidad. Las multitudes en la calle y la irreemplazable labor de los organismos de DDHH fueron los responsables de proteger la memoria, la verdad y la justicia.
Por último, las jornadas del lucha del 14 y 18 de diciembre contra el ajuste previsional y laboral también pusieron límites para los objetivos del gobierno. En el caso de la embestida contra los derechos previsionales, aunque logró la sanción de la ley, pagó por ello uno de los mayores costos políticos de su gestión. Las mismas encuestas que encarga el oficialismo le indican que la inmensa mayoría la población la rechaza y la considera perjudicial para los jubilados. En relación al proyecto de precarización laboral, el Presidente tuvo que guardar en un cajón su convocatoria a sesiones extraordinarias y se le dificulta garantizar su tratamiento legislativo.
Por estas y tantas otras luchas es que el gobierno no ha logrado avanzar con todos los ajustes que se propone. Lo que confirma una vez más que luchar tiene sentido.
* Secretario General de UTE y secretario gremial de Ctera.