El cardenal estadounidense, Sean O’Malley, quien dirige la comisión vaticana de prevención de la pederastía, se mostró ayer comprensivo ante el enojo que despertó la defensa del Papa al obispo chileno de Osorno, Juan Barros. O’Malley indicó que desconoce el caso por lo que no quiso opinar sobre las palabras del sumo pontífice. “Lo que sí sé, sin embargo, es que el Papa reconoce plenamente los atroces fracasos de la Iglesia y su clero que abusó de los niños y el impacto devastador que esos crímenes han tenido sobre los sobrevivientes y sus seres queridos”, sostiene el cardenal en un comunicado donde ratifica además el compromiso del Papa en la lucha contra el abuso de menores.
“No hay una sola prueba en contra. Todo es calumnia, ¿está claro?”, dijo el Papa a la prensa chilena durante su visita el viernes a ese país. La frase generó malestar y reacciones adversas. “Es comprensible que las declaraciones fueran una fuente de gran dolor para los sobrevivientes de abusos sexuales”, afirmó O’Malley y consideró que las palabras que “transmiten el mensaje ‘si no se pueden probar tus afirmaciones, entonces no se creerán’, abandonan a quienes han sufrido violaciones criminales a su dignidad humana y relegan a los supervivientes a un exilio desacreditado”. Sin embargo, el arzobispo remarcó que acompañó al Papa en numerosas reuniones con sobrevivientes y que fue “testigo de su dolor al conocer la profundidad y amplitud de las heridas infligidas en aquellos que fueron abusados”.