Página/12 tiene motivos para festejar. A pesar de que ya es un lugar común decir que la industria periodística tiene los días contados y de que, lamentablemente, aun no es un lugar común señalar el intento gubernamental de poner fecha de vencimiento a los medios que no forman parte de su aparato de comunicación. La ofensiva contra todos los que se empecinan en ofrecer otra mirada, empezando por este diario, recorre distintos caminos: desde los ataques político-mediáticos a los esfuerzos poco disimulados de fomentar el ahogo financiero.
Aun en semejante contexto, Página/12 no solo festeja sus más de tres décadas de vida, sino también los planes y reformas internas que ha puesto en marcha y proyectan esa trayectoria hacia el futuro.
Hace poco más de un año, después del ingreso del Grupo Octubre, que encabeza Víctor Santa María y dirige Francisco Meritello, el diario encaró la reconversión de su presencia digital con el objetivo de transformar lo que era una versión en pantalla de la edición impresa en una verdadera página web que acompañe a toda hora a sus lectores en la difusión y análisis de las noticias.
Para conseguirlo se conformó un equipo digital propio, encabezado por Mariano Blejman, y doce meses después el diario se transformó en el cuarto portal informativo de la Argentina (dato auditado por Alexa). Expresado en números, la cantidad de usuarios únicos creció 111,25 por ciento (de 2,7 a 5,6 millones, de acuerdo a Google Analytics).
En paralelo, la radio AM750, también parte del Grupo Octubre, se convirtió en la de mayor crecimiento en el último año y ya ocupa el cuarto lugar en la audiencia, muy cerca de la segunda y la tercera. La consolidación mediática del Grupo se extiende a sus iniciativas en el mercado de revistas, que en algunos casos, como Caras y Caretas y Planeta Urbano, multiplicaron su llegada con la distribución junto al diario, y también en el de contenidos audiovisuales, un área que cada día queda más alejada de los intereses estatales y reclama el protagonismo de ofertas alternativas.
El balance muestra un camino de crecimiento pero, sobre todo, propone nuevos desafíos. La complejidad de la situación planteada por las políticas oficiales, sumada a la incertidumbre generada en toda la industria de la comunicación por las nuevas herramientas tecnológicas hasta ahora sin correlato con sus necesidades de financiamiento, obligan a no concentrarse en los logros alcanzados sino en la determinación de nuevos objetivos.
Para seguir compartiendo con sus lectores y la sociedad en su conjunto otra mirada sobre la realidad que nos conmueve, Página/12 necesita crecer: aprovechar la potencia de su periodismo en todos los formatos disponibles, establecer sinergias con los otros medios del Grupo Octubre, extender su alcance con herramientas audiovisuales. Y el camino para hacerlo es replantear sus estructuras, diseñadas solo para la edición impresa, hasta no hace mucho el único puente tendido hacia los lectores y la sociedad en su conjunto.
Los cambios empezaron esta semana en el equipo de Dirección, encabezado por Ernesto Tiffenberg, quien tomará a su cargo el proceso de reestructuración estratégica del diario, y Hugo Soriani, que estará al frente de la edición cotidiana. A ellos se sumarán Nora Veiras, como editora general, y Victoria Ginzberg, como secretaria de redacción. Santiago Rodríguez coordinará la página web. Todos ellos son antiguos y destacados tripulantes de la larga travesía de Página/12, como ya saben los lectores y referentes sociales y políticos que desde hace tanto la acompañan.
Así fortalecida, la Dirección del diario podrá diversificar atenciones y responsabilidades, otorgándole un lugar destacado al desarrollo futuro sin descuidar los lazos que día a día constituyen a Página/12 como expresión de un importante sector de la comunidad y un actor imprescindible en el debate mediático nacional e internacional.
Página/12 nació y se desarrolló lejos del lugar común, aunque siempre reclamó su lugar en la pelea por la construcción del sentido común de la sociedad que permitió su despegue y lo hizo propio una vez lanzado. Su experiencia podría servir para desmentir diariamente que la industria periodística tiene los días contados pero, ya se sabe, en Argentina nadie cree en desmentidas. Para eso están las realidades. Los treinta años que lo respaldan y la decisión de hacer lo necesario para participar, junto a todos los que creen que otro futuro es posible, de la construcción, por lo menos, de los próximos treinta.