Ayer declararon dos radicales como testigos de Gerardo Morales. Alejandro Nieva, que entonces era auditor de la AGN y Miguel Angel Giubergia, entonces diputado y ahora director del Ente Nacional de Telecomunicaciones. La manifestación del 16 de octubre de 2009 fue presentada por ambos como atentado e inscripta en un hecho de violencia. Giubergia reconoció además durante la audiencia haber dicho que Milagro Sala era una delincuente corrupta en una convención radical, dicho que sólo reconoció cuando la defensa logró obtener el acuerdo del Tribunal para que el funcionario admita su posición imparcial. Para entonces, había hablado Maria Graciela López, quien está acusada de haber impulsado el “ataque” desde el Centro de Profesionales de Ciencias Económicas por órdenes de Milagro Sala. Ella dijo que efectivamente estuvo ahí pero que no tiró huevos ni ordenó ningún daño ni ataque. Y luego de hablar de su propio recorrido político explicó que estaba allí para defender su primer trabajo digno en el marco de su cooperativa ante los ataques de Morales en la prensa hacia esos espacios. Y que a los 42 años es una persona suficientemente autónoma para decidir lo que hace. “Cuando Morales me vio, reaccionó y me dijo: ´a vos te manda Milagro Sala’, recordó. Con 42 años, yo no tendré estudios, pero mi formación política me permite tener la suficiente autonomía: tengo las facultades para saber qué hacer para defender mi plato de comida, no necesito que venga ni ella ni nade a decir qué puedo hacer. Y nunca le arrojé huevos a nadie”. Graciela militó en la Corriente Clasista y Combativa y fue dirigente del PCR entre 2003 y 2007. Recién a fines del año 2009 se sumó a la red de organizaciones barriales de la Tupac, meses después de aquella manifestación cuestionada.