Cualquiera que salga a pasear por Barrio Alberdi (ex Pueblo Alberdi) a la altura de bulevar Rondeau al 2100, si anda por la manzana delimitada por calles Warnes, Darragueira, Freire y Perdriel se encontrará con una callecita arbolada: el Pasaje Escultor Blotta.
Hasta 1978, era el Pasaje Mercado. El nombre cambió dos años después del fallecimiento del escultor, del que se cumplen hoy 42 años. Una magnífica muestra de su obra es el Monumento a Alberdi erigido en la plaza de ese nombre, a dos cuadras y media de esa callecita. Otras son el Beethoven del Parque Independencia y su bellísima Ansia de luz, que fue premiada en el Salón de Otoño de 1922. Su nombre adquirió triste fama por el robo de dos obras suyas de la Biblioteca Argentina en 2016, con paradero aún desconocido. Recordar hoy a Blotta es pensarlo como una estrella en la constelación del modernismo sudamericano, donde el puerto de Rosario fue un nodo clave.
La investigadora Amalia Ruiz Díaz, en la introducción a su monografía sobre el pintor paraguayo Modesto Delgado Rodas (1880‑1963), destaca "la gran amistad que unió a Don Modesto con el escultor Erminio Blotta". En Rosario, Blotta era amigo del pintor César Caggiano. Como en las Vidas Paralelas de Plutarco, 1913 es el año en que a los tres jóvenes, cuyos recursos propios no les alcanzaban para el viaje a Europa que era la formación obligada para todo artista sudamericano antes de la Primera Guerra Mundial, se les ofrece una beca con el aval de los respectivos presidentes nacionales: Roque Sáenz Peña y Eligio Ayala. Caggiano y Delgado Rodas concretan sus viajes pero a Blotta se le extravía esa posibilidad en un inextricable laberinto de vericuetos burocráticos. Inaugura en cambio, junto a sus colegas, una forma de autogestión artística que cada generación de gestores independientes rosarinos va a repetir de entonces en más.
En la introducción de su entrevista al escultor publicada en la revista Cinema el 7 de enero de 1933, escribe Osvaldo Vargas Molteni: "Erminio Blotta fue el primero que organizó en Rosario, allá por 1913, una exposición de arte nacional, ayudado por un grupo de varios artistas". En un testimonio que le publicaron dos medios, ironiza Blotta y enumera: "Me permito recordar los viajes en segunda clase, pues no había tercera, que hicimos a Buenos Aires en el invierno de 1913, para traer personalmente las obras que nos confiaran los amigos Thibon de Libian, Walter de Navazio, Ramón Silva, Delucchi, Daneri, Nicolás Lamanna y Luis Falcini". En su tesis de doctorado "Augusto Schiavoni: obra y fortuna crítica de un artista fuera de lugar", Sabina Florio detalla que en 1913 tuvo lugar además el Petit Salon, "el primer salón de arte nacional no oficial". El título de Petit Salon (pequeño salón, en francés) juega seguramente con el hecho de que, como cuenta Pablo Montini en un trabajo publicado en 2009, "Entre los primeros actos dedicados a las artes plásticas organizados por El Círculo en el mes de agosto de 1913 se inauguró el Primer Salón de Bellas Artes con motivo de la visita del Presidente de la Nación Roque Sáenz Peña". Todo parece indicar que el Petit Salon fue aquel organizado por los artistas, los que traían las obras en tren.
Antes de ser escultor, Blotta fue obrero ferroviario, por los tiempos en que el sindicato de ese gremio era anarquista y le decían La Fraternidad. Su tarea, según le contó a Luis Ernesto Aguirre Sotomayor en su vejez, era tapar la boca del horno con un material en que empezó a modelar figuras. El tren era vital para la economía y el anarquismo para la cultura. Contó hace poco su hija Beatriz Carmen que su padre les leía a sus compañeros de trabajo, que eran analfabetos.
El escultor Arnoldo Gualino dice haber oído de su propio padre un relato de Blotta según el cual "una chispa" del horno en el que trabajaba fue la causa de su parcial ceguera. Cabe sospechar una inflamación del nervio óptico. Y pudo haber sido una recidiva de esa inflamación, no una esquirla del Alberdi mencionado al comienzo de esta nota (como le contó a Sotomayor), la causa del famoso "accidente" por el cual durante la inauguración de aquel monumento su autor se hallaba en Paraguay, "enfermo y casi ciego", según una noticia repetida en dos medios de la época. Blotta le cuenta a Sotomayor que fue atendido por el eminente oftalmólogo Pedro Lagleyze (quien dejó de tratar pacientes en 1916) y que cuando fue a Paraguay se encontró con un anciano de barba blanca que tenía dos hijos artistas. Uno estaba de viaje y el otro en su casa, en Villeta. Salvador Delgado Rodas, hermano de Modesto, era escultor. En Buenos Aires, donde vivió, Modesto obtuvo una nada modesta Medalla de Bronce por su obra Partida de dados en una exposición que la fuente paraguaya consultada consigna erróneamente como "del Centenario de la Independencia Argentina (1910)". De esa fecha existiría un retrato de Blotta por el pintor. Montevideo fue otra ciudad frecuentada por ambos artistas.
En un artículo publicado en el diario La Nación en 1925 con motivo del Bicentenario de la fundación de Rosario, y al que se considera el primer texto de historia del arte rosarino, Blotta dice que "la célula que dio origen al movimiento artístico más serio de Rosario" fue la academia de Bellas Artes de Mateo Casella. Pero hubo otra, apunta Florio en su tesis: "giraba en torno a Alfredo Valenti". Florio subraya un pasaje de la nota de 1925 donde Blotta califica a Valenti o Alfredo Chiabra, o Atalaya, como "jefe espiritual" de quienes se encontraban y comunicaban, según Blotta, "desde las redacciones de los periódicos" y "en los pequeños cenáculos de café".
A partir de Isidoro Slullitel, Florio apunta una lista de los habitués del Jofré y del Social: los pintores Demetrio Antoniadis, Manuel Ferrer Dodero, Juan Ignacio Marín Torrejón, Manuel Musto, Luis Ouvrard y César Caggiano; los grabadores Gustavo Cochet y Santiago Minturn Zerva, y otros. Dos exposiciones en el Museo Castagnino reconstruyeron esa ebullición. Entre centenarios (2010), con curaduría de Pablo Montini y María de la Paz López Carvajal, abarcó el período 1910 a 1925. En Pensar la región (2017), Florio y sus colegas indagan entre otras la biografía de César Caggiano, quien viajaba a Paraguay.
Otra conexión es con el poeta murciano Vicente Medina, editor de la revista Letras y quien contra su voluntad yace en el cementerio La Piedad y no en su terruño; en una foto del archivo Blotta, Medina posa en la casona de su finca de Hume con un boceto de Ansia de Luz.
El investigador independiente Luis Blotta, nieto del escultor, ha publicado en Wikilibros un "Catálogo de obras de Erminio Blotta".