El presidente electo de Chile, el conservador Sebastián Piñera, presentó ayer en la sede del Congreso Nacional, en Santiago, a quienes integrarán a partir del 11 de marzo próximo el gabinete de su segundo gobierno. Los nombramientos, especialmente en los ministerios de Educación y Desarrollo Social, generaron polémica en diversos sectores de la sociedad chilena.
El gabinete del político derechista estará compuesto por 16 hombres y 7 mujeres, de los cuales hay cinco ministros que ya formaron parte de su anterior mandato (2010-2014). Entre ellos, el neoliberal Felipe Larraín al frente del Ministerio de Hacienda. En Interior y Seguridad Pública, Andrés Chadwick, y Secretaría General de Gobierno (Portavoz) Cecilia Pérez, repiten el mismo cargo. También acompañarán por segunda vez a Piñera el canciller Roberto Ampuero, quien anteriormente fue ministro de Cultura, y el responsable de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, que fue ministro de Relaciones Exteriores y hace un año asumió como presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), la cúpula patronal chilena.
Moreno, quien reemplazará al actual ministro comunista Marcos Barraza, sostuvo que una de sus metas será lograr “un progreso económico” acompañado de “un progreso humano que ayude a la calidad de vida de las personas”.
“Hay que modernizar la democracia, nuestras instituciones, al Estado, para que esté al servicio de los ciudadanos”, afirmó s Piñera, el acaudalado empresario de 68 años, quien recalcó que el sello de su Administración será “el progreso social”.
La designación de Moreno no pasó desapercibida y el senador por el Partido Socialista, Alfonso de Urresti, dijo al respecto en su cuenta de Twitter: “Me parece un contrasentido que el líder del principal conglomerado empresarial del país, como es la CPC, se haga cargo de un ministerio que se encarga del desarrollo social de nuestro país”.
Sin embargo, la lluvia de críticas vino en torno al nombramiento de Gerardo Varela al frente del Ministerio de Educación. El abogado ha hecho discurrir sus opiniones liberales en los medios conservadores chilenos El Líbero y El Mercurio. “La educación, como lo salud y la seguridad, son tanto derechos como bienes económicos”, señaló el pasado 18 de agosto del 2017 en su columna en el portal El Líbero. “La educación escolar, además, es una obligación para los padres. Pero la educación es también un bien económico; desde luego se puede comprar (…)”. Además, agrega, la solución para la educación “no es la gratuidad ni la prohibición del lucro –y menos de la selección y el copago–, sino que el desafío es cómo seguir atrayendo inversiones, competencia y talento”. Con estos términos, hizo referencia a los cambios que hubo al respecto durante el gobierno de Bachelet. Uno de los puntos era la eliminación gradual del financiamiento compartido o “copago”, que es el monto adicional que pagan los padres en algunos colegios subvencionados.
En cuánto al Estado, continuó Varela, tiene la obligación de asegurar “un mínimo de calidad”, y otorgar “becas o préstamos a los que no tienen los medios”. Su crítica más dura al gobierno que termina el 11 de marzo se dirigió a las políticas universitarias:”Lo peor es lo que ha hecho este gobierno: negar a la educación su naturaleza de bien económico, limitar la autonomía universitaria, impedir su correcto financiamiento, desincentivar competencia y regalar plata a los universitarios, que serán los privilegiados de la sociedad”, aseveró en su columna el futuro ministro.
Con semejantes declaraciones, las reprobaciones no tardaron en llegar. La presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, Josefina Canales, declaró en Twitter: “Nos sorprende que nuevo ministro de Educación Gerardo Varela sea abogado especialista en fusión de empresas y que no tenga experiencia en temas educacionales. Es una mala señal si va a entender la educación como un bien de mercado”. Por su parte, el presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar, dijo en la misma red social que resulta imposible no quedar preocupados por el nombramiento del Ministro de Educación. Además, la diputada por el Partido Comunista Camila Vallejo, dijo estar sorprendida por la designación de Varela en la cartera de Educación, porque “defiende tajantemente la educación de mercado”. Y extendió su crítica a las demás áreas: “Es un gabinete profundamente conservador”, afirmó.
Cinco de los futuros ministros pertenecen a Renovación Nacional (RN), partido que representa a los sectores de la derecha tradicional chilena: el ex senador Alberto Espina (Defensa), la abogada Cecilia Pérez (Secretaría General de Gobierno), el abogado Nicolás Monckeberg (Trabajo y Previsión Social), el presidente del partido Cristián Monckeberg (Urbanismo y Vivienda) y el ex senador Baldo Prokurica (Minería).
Otros cuatro ministros vienen de las filas de la pinochetista Unión Demócrata Independiente (UDI): Andrés Chadwick (Interior y Seguridad Pública), el ex senador Hernán Larraín (Justicia y Derechos Humanos), el ex diputado Felipe Ward (Bienes Nacionales) e Isabel Pla (Mujer y Equidad de Género). Además, hay dos ministros vinculados a Evópoli, partido emergente identificado con la derecha más liberal, que son Gonzalo Blumel, (Secretaría General de la Presidencia) y Gloria Hutt (Transporte y Telecomunicaciones).