Se trata de una película tan honda y sensible que es difícil no dejarse afectar por el retrato que propone. Es que La noche más fría se dedica a mostrar lo que no se quiere ver. En este caso, a partir de una noche en la vida de un hombre en situación de calle (un admirable Juan Palomino), que barre veredas por unos pesos, cuenta con amigos solidarios, y adorna su carrito con la foto de un niño, su hijo, al que espera reencontrar. Es un film hermoso, terrible. Es para celebrar que cine Arteón lo sume a la cartelera, en carácter de estreno, con proyecciones previstas para hoy y el martes próximo (ambos días, a las 18.30).
"No sólo me vinculo con gente que está en situación de calle desde hace muchos años, sino que también me despierta mucha curiosidad cómo reaccionamos, cómo puede ser que pases caminando, veas a alguien que no tiene para comer y sigas como si nada", le cuenta a Rosario/12 Cristian Tapia Marchiori, director de La noche más fría, su ópera prima. Aun cuando no se nombre la ciudad donde transcurre el relato, es en Pergamino donde la película tuvo locación preferencial, junto a algunos planos filmados en Rosario y en Buenos Aires. Algo que agrega cierta sensación de "no‑lugar" al drama que se plantea.
"Al escribir la historia, me dije que no podía hacerlo sin saber cómo es tener frío. Así que primero dormí en el patio de mi casa, con lo que tenía puesto. Fue una experiencia muy dura, pero me estaba faltando algo más, es decir, faltaba la mirada del otro. Así que, mientras trabajaba en una película en Capital, le pedí a una familia en situación de calle si no me dejaba compartir con ellos una noche. El frío de la no mirada, de cómo el otro te ignora, es más doloroso que el frío de la noche", explica Marchiori.
‑-A Palomino se lo nota afectado por el personaje, ¿cómo fue, en ese sentido, el trabajo con el actor?
-‑Juan es un tipazo, un gran actor. Construimos al personaje desde el mismo lugar. Lo único que tuve que hacer fue compartirle mi experiencia, leerle el guión y contarle por qué el personaje actuaba así. Lo analizamos juntos y él lo llevó al cuerpo enseguida. La película es un protagónico absoluto, duro, difícil para un actor que no tenía días ni horas de descanso. Tuvo una demanda física fuerte. Nunca dudamos de que lo tenía que hacer él. Cuando llegó el momento de filmar, la verdad es que no necesitamos ni ensayarlo, el tipo ya era el protagonista.
‑-Pienso en coincidencias nada casuales, era el actor con quien debías trabajar.
-‑Esa serie de casualidades sucedió con Juan y con muchos técnicos, a quienes el guión los tocaba de la misma manera en que lo hacía conmigo. Nos pasó con gente, con vecinos de Pergamino. Había quienes sentían de qué iba la historia y se acercaban para ver si necesitábamos algo, porque querían colaborar, querían ser parte de lo que se estaba contando. De igual manera nos pasó con el músico, Emilio Kauderer, que vive en Los Angeles y ha trabajado en películas grandes. Cuando vio la película me dijo 'a mí me tocó, la quiero hacer, por más que no esté en los presupuestos a los que estamos acostumbrados'. Así sucedió con un montón de técnicos, que a lo largo del rodaje me mandaban mails, me compartían verbalmente su experiencia de lo que habían sentido y hacia dónde los había llevado tal o cual escena. Lo cual es muy lindo.
‑-Cuando Palomino camina por la calle, en ciertos planos uno ve las reacciones reales de la gente.
‑-En una escena que filmamos en Avenida Libertador, estábamos con la cámara muy lejos de Palomino, y un auto le tocaba bocina para que se corriera, para que liberara el carril. Incluso le han dicho algo, nos contó. En las escenas donde rodábamos en teleobjetivo desde la vereda de enfrente se veía también esto: la mirada de reojo, para luego ignorar y seguir caminando.
En cuanto al momento que atraviesa el cine y el país, La noche más fría inevitablemente toca una fibra íntima, bien social. "Sentimos que no hemos tenido las posibilidad que tal vez la película se merecía. No está bien entrar a lamentarse, pero haciendo un balance, en otro contexto pensamos que hubiese sido mejor, me refiero a otro contexto a nivel país, político y social, y también del cine nacional. Estamos en un momento muy complicado, muchas personas de mi edad, incluso yo, estamos viendo la posibilidad de irnos a otro país. La película tuvo un lanzamiento un poco más chico de lo que podría haber sido, sin embargo la gente responde muy bien. Nos han mandado cartas escritas, mensajes por Facebook. Es muy lindo cómo queda instalada la película en quien la ve y cómo reacciona, porque es una película que emociona y que, como dice Juan (Palomino), hace sentir. El espectador se va sí o sí con algo. Incluso hay gente que luego de ver la película se ha decidido a ayudar a quien está en situación de calle. Yo pensaba ‑menos mal que no soy productor‑ que si una o dos personas al ver la película empiezan a colaborar, los millones de pesos invertidos están salvados".