El gobernador Miguel Lifschitz visitó ayer a la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, con el ánimo de cerrar la violenta escena de enero en Rosario -con casi un asesinato por día en las primeras dos semanas- y presentarse juntos y en armonía en la lucha contra el delito común y el narcomenudeo, después de la detención del prófugo Alan Funes, en el fonavi de Callao al 3900, a manos de fuerzas federales y provinciales. Bullrich y su par santafesino, Maximiliano Pullaro, taparon este rebrote de violencia urbana remarcando la baja de homicidios que hubo en 2017, y se prometieron mejorar. Pero antes, Bullrich avisó que pedirá a los jueces y fiscales federales en Santa Fe que sean más ágiles a la hora de investigar causas de narcotráfico. En este mandoble al Poder Judicial, la letra pareció autoría de Pullaro.
Bullrich recibió a los santafesinos con su gabinete ministerial, y lo primero que quiso destacar es que el año pasado la cantidad de homicidios en la provincia mermó 28,2 por ciento (17,4% en Rosario), lo que consideró como "una de las tasas más bajas del siglo". Y de tanto entusiasmo llegó a inferir: "Esto es dependiente de la situación económica, que cuando hay crecimiento económico hay menos delitos".
La ministra atendió a Lifschitz y comitiva luego de la captura del joven que había violado el régimen de prisión domiciliaria y a quien involucran en cuatro de los últimos crímenes ocurridos en la ciudad. Analizaron informes de inteligencia sobre el estado de situación en la zona sur rosarina, acordaron realizar un planteo a la Justicia federal y renovar el convenio con la Agencia Nacional de Materiales Controlados (Anmac) para intentar disminuir algún ápice la inabarcable circulación de armas de fuego ilegales en la población civil. Bullrich repara sobremanera en la preeminencia de pistolas y revólveres como herramientas de matar en Rosario: aquí, el 75 por ciento de los homicidios se da por armas de fuego, 15 puntos por encima de la media nacional.
Bullrich aseguró que el "comando unificado" de ambos equipos de Seguridad percibió la escalada sangrienta de las últimas semanas -sin embargo, ocurrió de todos modos y con crímenes en cadena y relacionados entre sí- y lo atribuyó al "incremento de bandas de familia, más ligadas al robo que al narcotráfico". "A partir de eso decidimos medidas que tienen que ver con una mejor información criminal en los puntos calientes, el anticipo a situaciones de conflicto y mover las fuerzas federales y provinciales de manera más dinámica", autoevaluó.
Lo que a la ministra no le conforma -y a Pullaro tampoco- es el desempeño judicial. "Hay una relación directa entre lugares de narcomenudeo y homicidios. Así que pediremos una reunión con la Justicia federal de Santa Fe para tener una respuesta más rápida, para desarmar los bunkers, que los tenemos geo referenciados, sabemos donde están pero necesitamos rapidez, porque si no trabajamos rápido se nos van y cuando vamos a allanar no encontramos nada", reprochó. No obstante, citó números sobre decomiso de droga: que el secuestro de marihuana en Santa Fe aumentó en esta gestión 16142%, y el de cocaína aumentó 982%. "Por eso se dan estos picos de violencia: se incauta más, hay menos disponibilidad, entonces las bandas disputan con mayor violencia la venta de la droga que queda disponible", relacionó Bullrich.
La ministra ponderó la resolución que dispone imputarle a involucrados en causas de narcotráfico los costos de la investigación criminal que motiven, y anticipó estar trabajando sobre un proyecto de ley de extinción de dominio, para desapoderar bienes a personas condenadas por tráfico de estupefacientes.
"Vamos a recuperar y seguir con esta tarea de mejorar la seguridad en Santa Fe y que no se vuelva a descontrolar", culminó.
El ministro Pullaro declaró en el mismo sentido y valoró la coordinación entre ambos niveles de gobierno. "Desde la primera reunión del Consejo de Seguridad Interior entendimos que teníamos que colaborar para pelear contra la inseguridad que tenemos en Argentina", dijo. Muy atrás quedaron los desencuentros con Bullrich y Eugenio Burzaco por ver quién se arrogaba la persecución y captura de los prófugos hermanos Lanatta y Christian Schillacci, y por el envío de gendarmes a reforzar la seguridad en la provincia.
Pullaro recalcó eso de "los índices de homicidios más bajos del siglo" en 2017 y se animó a aseverar que tiene "controlado el robo calificado (SIC)", en alusión a las entraderas, una modalidad delictiva que hizo mella entre 2015 y 2016.
Delante de la ministra de Cambiemos, el ministro de Lifschitz criticó la gestión kirchnerista en seguridad interior. Así recordó los envíos de federales por parte del ex subsecretario de Seguridad, Sergio Berni: "Tuvimos operativos grandilocuentes en otros momentos, pero poco efectivos", analizó.