Desde Brasilia
“Tengo que decirle a la elite brasileña, esperen porque vamos a volver” avisó ayer Lula horas después que una cámara de apelaciones de la sureña Porto Alegre lo condenó en el contexto de un “pacto entre el Poder Judicial y los medios para acabar con el PT”.
“El pueblo fue condenado” denunció ante miles de seguidores en la Plaza da República, en el centro de San Pablo.
“Ellos pueden apresar a Lula pero no pueden apresar el sueño de libertad ni la esperanza”.
Vestía una remera negra y su voz sonaba cansada al pronunciar el tercer discurso en menos de 24 horas: el primero había sido el martes ante unas 70 mil personas en Porto Alegre y el segundo en la mañana de ayer en el Sindicato de Metalúrgicos de San Bernardo do Campo, en el cordón industrial paulista.
Según rumores no quiso permanecer en la capital “gaúcha” para evitar que los magistrados del (Tribunal Regional Federal 4)TRF-4 se sintieran presionados.
“Fui condenado por un maldito departamento que no tengo, ahora que me condenaron que me den el departamento”.
En tiempo record, menos de seis meses cuando lo habitual es demorar más de un año, el TRF-4 analizó y ratificó la sentencia de Sergio Moro. Para el magistrado de primera instancia de Curitiba y mentor de la causa Lava Jato, la constructora OAS coimeó al imputado con un inmueble en la popular ciudad balnearia de Guarujá.
Al caer la noche en San Pablo, el aspecto del ex presidente era el de un hombre dispuesto a seguir dando pelea: en esa misma plaza se realizaron las movilizaciones en demanda de “Elecciones Directas Ya” en los primeros años 80, que fueron los últimos de la dictadura.
No se puede descartar que la celeridad de los camaristas fue para anticipar la proscripción de un Lula al cual las encuestas sitúan como favorito a vencer en los comicios del 7 de octubre. Y si su curva de crecimiento sigue avanzando como en los últimos meses, podría ser electo sin necesidad de ir a un ballottage.
“Yo ya fui presidente, llevo años en la política pero ante esta provocación quiero volver a serlo”.
Antes de hacer uso de la palabra el hincha de Corinthians y ex tornero mecánico Lula observó con atención el discurso de un dirigente sindical.
“Con Lula ganamos uno a cero en las elecciones de 2002, dos cero en 2006, tres cero y cuatro cero con Dilma, ellos le tienen miedo del cinco cero que se viene este año en las elecciones, ellos le escapan a Lula como el diablo a la cruz”.
Los cánticos del público, donde había un importante número de sindicalistas, denotaban bronca contra “burgueses” y “patrones”.
Al contrario de lo que ocurría en la Plaza de la República, en la financiera Avenida Paulista se concentraba el Movimiento Brasil Libre (MBL) para festejar una eventual prisión del ex gobernante.
Tan exultantes como el ultraderechista MBL estaban los operadores de la Bolsa de Valores de San Pablo que cerró sus operaciones con un alza record del 3,72 %.
En la Plaza de la República había globos de la Central Unica de Trabajadores y banderas del PT superpuestas con las del MST.
Ante la agresión judicial, las fuerzas populares y progresistas archivaron sus disputas para agruparse y fortalecer el “Frente Brasil Popular” surgido antes del golpe contra Dilma Rousseff.
“Yo nunca mi hice ilusiones con el resultado de este juzgamiento” comentó al realizar un balance de un fallo sorprendentemente duro.
El TRF-4 de Porto Alegre exhibió su espíritu de cuerpo judicial al avalar la condena de Sergio Moro. Y no sólo eso. Podría afirmarse que los camaristas fueron más moristas que el propio Moro dado que aumentaron la condena inicial de 9 años y seis meses a 12 años y un mes. Lo hicieron pese a reconocer la inexistencia de pruebas materiales que demuestren que el líder del PT es el dueño del departamento.
El instructor el caso, Joao Pedro Gerban, planteó que no es necesario contar con una prueba contundente y basó parte de su voto en la confesión Leo Pinheiro, uno de los propietarios de la constructora OAS. El empresario delator fue premiado por el TRF-4 con la reducción de su condena gracias a lo cual cual puede recuperar la libertad.
Con esta resolución unánime se redujo el margen de maniobra de los abogados de Lula, quienes tendrán menos opciones para presentar apelaciones.
Si el resultado en el TRF-4 hubiera sido de 2 votos a 1 habría un menú más amplio de cuestionamientos.
Cuánto más se tarde en llegar al Supremo Tribunal Federal mejor para Lula y la presentación formal de su candidatura el 15 de agosto con vistas a las elecciones del 7 de octubre en las que se proyecta como favorito con una intención de votos cercana al 40 por ciento, más del doble de su principal perseguidor, el capitán retirado Jair Bolsonaro.
Suenan tambores de guerra política en un Brasil posdemocrático cuyo presidente, Michel Temer, dijo ayer en el Foro Económico de Davos que gobierna un país donde impera la “normalidad” institucional (ver página 12).
Con este fallo el TRF-4 anunció que buena parte de la corporación judicial hará lo que esté a su alcance para impedir la candidatura del jefe petista.
En sus discursos exaltantes de la moral y despreciativos hacia la política los camaristas no dejaron dudas sobre su determinación de actuar al margen de la ley para proscribir al favorito en las elecciones.
Cristiano Zanin, defensor de Lula, afirmó que la cámara portoalegrense “reforzó hoy que este proceso es parte de la guerra jurídica contra Lula para tornar inviable o perjudicar su actuación política....esta situación tiene un componente político muy fuerte”.
Zanin no descartó llevar la causa a una corte internacional durante una conferencia de prensa que ofreció junto al abogado australiano Joeffrey Robertson, que denunció los atropellos de Moro y las violaciones de las garantías de Lula ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
También estaba José Roberto Batocchio, otro integrante de la defensa, quien equiparó el “verde oliva” de los militares que gobernaron durante la dictadura con el “negro de las togas” de los magistrados que persiguen a Lula, y propuso que en Brasil se institucionalice el juicio a los magistrados, algo que ya ocurría en la Roma antigua, aseguró.