En su segunda jornada en el Foro Económico Mundial en Davos, el presidente Mauricio Macri habló frente a funcionarios del resto del mundo y ratificó sus principales pilares políticos-económicos, entre ellos la apertura comercial y el paquete de ajustes bautizado “reformismo permanente”. Para defender el acercamiento del Mercosur con la Unión Europea hacia un acuerdo de libre comercio sostuvo que sería "natural" porque en la región " todos somos descendientes de europeos".
“Yo creo que la asociación entre el Mercosur y la Unión Europea es natural porque en Sudamérica todos somos descendientes de europeos", expresó Macri y volvió a minimizar la existencia de los pueblos originarios y de los habitantes descendientes de migrantes de distintas regiones del mundo. Ya lo había hecho el año pasado, cuando en medio de los festejos por el Bicentenario de la Independencia lanzó: "Somos todos hijos de europeos en América Latina, principalmente. Creo que es natural que trabajemos juntos”.
En sus intervenciones en Davos el mandatario reafirmó también el rol de agroexportador al que pretende llevar a la Argentina, que según planteó “dejó atrás su experimento populista” y entró en "una nueva fase". Aseguró que el sector alimentario argentino "está presente en todo el mundo" y reiteró que el país podría alimentar "a más de 400 millones de personas". En esa línea, invitó a los presentes en la cumbre al stand del país para probar "vinos y bananas".
Macri también repitió su libreto y reiteró que "ningún otro país tiene mayor potencial que Argentina", en cuanto a energía solar, reservas de hidrocarburos y energías no convencionales, pero también en lo que hace "al talento" de su pueblo y a la "iniciativa empresarial". "La economía está cobrando auge, la inflación alcanzó el menor nivel en una década, los salarios se han recuperado, y la pobreza y el desempleo se han reducido", afirmó Macri en el Foro.
Sostuvo que el país va "bien encaminado" para ser un "interlocutor mundial", tras haber "aprendido mucho" de las experiencias pasadas. Además, remarcó que en el país se logró un "consenso político en torno a una agenda de reforma permanente", con lo cual dejó atrás "su experimento populista". Opinó también sobre la situación en Venezuela: dijo no ser "nada optimista" por considerar que "no es una democracia".
En una conferencia de prensa tras su intervención, Macri dijo estar “muy satisfecho” con su visita a Davos, e hizo mención al sector empresarial que se acercó a la comitiva oficial. “La comunidad empresarial que vino está entusiasmada con los nuevos jugadores, listos para ser parte de estas licitaciones público-privadas para hacer caminos, puertos, agua… Más de 15 millones de empresas, todas muy importantes, anunciaron que van a desembarcar en la Argentina”, sostuvo hacia el final del encuentro en referencia a la “lluvia de inversiones”, la promesa de campaña que por ahora fue apenas una llovizna.