"Hace unos años que vivo en Funes y de forma natural nos hemos juntamos para estas fechas a tocar con amigos de una manera informal, cada uno haciendo lo que tiene ganas y colaborando con lo que puede", le dice Claudio Cardone a Rosario/12. El músico rosarino hace referencia al Día Nacional del Músico y a la fecha que lo significa, 23 de enero, natalicio de Luis Alberto Spinetta, de quien Cardone fuera tecladista y arreglador.
Así es cómo nació "Funes celebra la obra de Luis Alberto Spinetta", con la novedad de que el Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe, a través de su programa Espacio Santafesino, ha declarado de interés regional esta celebración. Hoy a las 21, Cardone reunirá consigo los talentos de Dhani Ferrón, Guillermo Arrom, Mario Laurino, Tutu Rufus, Gustavo Marozzi, Martín Valci, Armando Sabia, y Fabián Gallardo. El concierto tendrá lugar en la Esquina de la Música (Rotonda de la Estación Ferroviaria), con entrada libre y gratuita.
"Siempre tuve en mente hacer algo con un poco más de infraestructura, para lo cual se necesitan medios. Así que me anoté en Espacio Santafesino, y me adjudicaron uno de los subsidios. Fue como una pequeña ayuda para poder hacer esto así, por primera vez. Va a ser algo bastante novedoso en la región, por así decir, poder juntar a gente que reside en la zona con músicos de Buenos Aires, que han estado junto a Luis. Es una alegría inmensa, porque me junto a tocar con amigos, con gente valiosa, todos admiradores de Luis. La finalidad es celebrar la música, darle un interés al arte de Luis y sobre todo que la gente que está muy ávida pueda tener un espectáculo con una serie de recursos que no son tan fáciles de lograr", agrega Cardone, quien aclara que "también había invitado a Catalina Torres, que venía celebrando la música de Spinetta antes de que la conociera, pero no va a poder estar".
‑-Si bien el espíritu de Spinetta congrega, aquí sos vos quien lo consigue. Tal vez te ponga incómodo que te lo señale.
‑-Me ponen incómodo otras cosas, como las acusaciones que hubo respecto del espectáculo de mañana, totalmente infundadas (se refiere a El Marcapiel y las críticas sobre la ausencia de participación femenina). Te darás cuenta que tanto mi caso como el de mucha gente allegada a Luis, lo somos también de la familia, y nada de lo que hagamos jamás va a estar contradiciendo los sentimientos y pensamientos de la familia, que es lo que importa. Pero amén de eso hay algo paralelo que sucede con cualquier músico que deja esta plano, por así decirlo, y es que la música se sigue tocando. Entiendo que la finalidad del compositor y del autor es esa, que la gente siga cantando y tocando su música, es un ida y vuelta continuo o no tendría sentido. Me parece que ahora, al estar un tiempo en esta zona, luego de veintipico de años de vivir en Buenos Aires, me encontré con muchos músicos que admiran su música. Juntarme con ellos es un placer, de eso se trata un poco esto.
-‑Debe ser difícil trasladarlo en palabras, pero cómo era Spinetta para vos.
‑-El otro día leía algo de su mejor amigo, Eduardo Martí, decía que Luis era una persona con muchísima energía, extraordinaria. Las dos o tres primeras veces que lo vi, sin tratarlo, te llevabas la impresión de que era una persona como cualquier otra, porque uno endiosa o no sé qué, como si se tratara de un androide o alguien de otro planeta. Pero era una persona como vos, como yo, como cualquiera, pero con toda esa energía muy particular. Dante, su hijo, dice que lo que ha hecho con su obra es lo que un mago. La combinación, la alquimia que tienen la música y su lírica, es propia de una persona que llega a un punto casi místico. Pero también, para todas las personas que lo llegaron a conocer de cerca, era alguien que llegaba a su casa y tomaba mate, le encantaba charlar, estar con su familia, una persona común y corriente, pero sí con una cultura extraordinaria y una pasión por lo que hacía que era fuera de lo común. Lo que sí lo diferenciaba de casi la mayoría de los artistas es que era una persona totalmente inclaudicable en su manera de pensar, intransigente en cuanto a una serie de cosas, y nunca renunció a esa postura.
‑-¿Cómo era la tarea puertas adentro? Me refiero al trabajo de hacer música.
‑-Lo que pasa es que cada ocasión, cada disco, fue particular; nunca usaba la misma metodología. En Fuego gris, él hizo casi todo: las máquinas de ritmo, guitarra, bajo, pero me llamó y grabé tres o cuatro temas; mientras grababa era como armar cualquier otra cosa: "vamos por este lado o por este otro". Y después ha habido casos como en el disco Los ojos, en una etapa donde reingresé en su banda de manera fija, luego de tocar con Fito unos años. Me pidió que arregle los temas Ekhate y No me alcanza. Recuerdo como si fuese ahora, cuando le pregunté qué era lo que quería desde los teclados en rasgos generales, para ver para dónde arrancar; y me dijo que hubiese una paleta de colores muy grande. Por otro lado, Un mañana y Pan fueron dos discos ensayados, nos juntábamos regulamente todos las semanas y él nos pasaba los temas. Los íbamos amasando entre todos y se llegaba a la instancia de grabación cuando estaba casi todo armado. El investigaba en los estilos musicales y la metodología de trabajo iba variando, pero me doy cuenta de que lo tenía todo en su cabeza. Además, Luis no leía ni escribía música, todo era pasado verbalmente y tocando. La música siempre fue así con él, jamás se escribió nada, ni un cifrado, él te tocaba el tema y vos ibas siguiéndolo. Era una persona totalmente autodidacta.