Logrando que sus modelos pasen desapercibidos, ha conseguido destacarse el fotógrafo inglés Joseph Ford, ducho en el arte del camuflaje. Camuflaje sin pretensiones bélicas o de supervivencia, dicho sea de paso, apenas un fútil gesto creativo: el de fusionar a personas con el entorno urbano sin ayudarse de programas de edición, utilizando como única herramienta sweaters tejidos a mano que emulan los patrones de distintos puntos de la ciudad. “Tus ojos no te engañan: estas personas se han fundido con el ambiente sin manipulación digital”, se entusiasma el sitio arty DesignBoom al referirse a Knitted Camouflage, la serie en cuestión, obra y gracia del susodicho Ford y su compañera de aventura: Nina Dodd, también conocida como The Duke of Woollington, experta tejedora que ha puesto sus agujas a disposición para lograr el camuflado de jóvenes viajando en colectivo, echados en una pista de atletismo, sentados en la escalinata de un complejo de cines, entre otras ordinarias situaciones. “Me encanta el desafío de encontrar locaciones gráficas, elegir personas que encajen bien allí, y trabajar luego con las habilidades de Nina para mezclarlas de la manera más fluida posible”, cuenta el ocurrente Joseph, oriundo de Brighton. Por lo demás, aunque muchos destacan al simpático perrito como modelo para el aplauso, con su chalequito verde-arbusto, otros se inclinan por otras participaciones estelares de la colección: la del reconocido artista urbano Monsier Chat, por caso, que se funde con unos de sus famosos gatos graffiteados usando una prenda en símil tono; o la de las gemelas Monette y Mady Malroux, célebres por cosechar el look “gotas de agua” por las callecitas de París.