Una combinación que funciona

Pablo Mehanna

Desde noviembre del año pasado, el clásico blanco minimal de Ninina se instaló en el también clásico blanco minimal del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, el MALBA. Luego de una importante obra, el restaurante quedó integrado al museo y allí ofrece, desde muy temprano, un menú tanto para aquellos que visitan el lugar como para los que quieren sentarse en un lindo espacio a comer bien. La cocina de Ninina se construye sobre el eje de lo saludable: productos orgánicos, de estación, sin conservantes y lo más naturales posibles. La propuesta es la misma que en sus otros dos locales, con especial cuidado en la selección y preparación del café que compran directo del productor, y un barista que lo prepara con esmero según cómo se lo prefiera, ya sea como espresso o bajo algún método de filtro, como en V60, Prensa Francesa o Chemex. La selección de tés e infusiones es tan meticulosa como la de café, con 15 variedades para elegir la preferida. 

Hay jugos y licuados de combinaciones originales, sabrosas y con un plus nutritivo (Ninina es por ejemplo de los pocos lugares en la ciudad que sirven leche de almendras). Es difícil elegir una sola torta de la carta: las opciones, más allá de gustos personales, son todas ricas y el chocolate suele ser el ingrediente estrella ($140, la porción). Entre las más tentadoras está la Lola Mora (delgadas capas de base de avellanas, mousse y ganache de chocolate amargo, moras y frambuesas, sin harina) y la Queen (Biscuit de chocolate, frambuesas, crema chantilly, merengue con nueces y chocolate, mousse de chocolate semiamargo y praliné de almendras). Los budines y el pan de banana son increíbles pero los scons de queso cheddar estacionado merecen ser probados ($90 cada uno). Hay brunch y meriendas para compartir y, de almuerzo, algunos platos calientes, variedad de ensaladas y hamburguesas, de carne vacuna, cordero, veganas y vegetarianas, cerveza Belsh y carta de vinos. De yapa, después o antes de la comida, un recorrido por el museo, porque además de la panza, siempre viene bien alimentar el alma.

Ninina queda en Av. Pres. Figueroa Alcorta 3415. Teléfono: 4806-4567. Horario de atención: de lunes a viernes, de 8 a 22; sábados y domingos, de 9 a 22. 


Espacio multitasking

Pablo Mehanna

Café, bar, salón de tatuajes, tienda de ropa y galería de arte, todo eso es Local, punto de encuentro para gente con onda donde, además de consumir un poco de arte en distintos formatos, también se puede tomar un buen café de especialidad (entre $40 y $100), preparado por las habilidosas manos del dueño de Alaska, la cafetería que recibe a quienes franquean la puerta de este espacio multitasking, en una Chemex, Hario o máquina espresso. Ya sea un cold brew (café frío infusionado durante horas) para combatir el calor; un latte o un ya conocido flat white, todo viene acompañado por la especialidad de la casa: un waffle recién hecho, esponjoso y con una leve capa crujiente, espolvoreado con azúcar impalpable y un toque de miel. Una pequeña maravilla que será muy bien recibida. Aquellos que busquen más algo más contundente, pueden agrandar el combo y jugársela por los waffles rellenos (desde $65) de Nutella; dulce de leche y banana o helado, todo vale. Estos también vienen con un toque de miel (que podría resultar excesivo pero a pedido del público, puede obviarse). 

También hay cookies, granolas y budines que varían todos los días, submarinos, smoothies y licuados de fruta natural. Los sábados, a la hora del brunch, los waffles salen salados (de zanahoria y espinaca, por ejemplo) con huevo frito, palta y tomates cherry y los bagels caseros vienen con carne braseada y pickles ($300 para uno, $500 para dos, con café y bebida). Los precios son tan amigables como el lugar que invita a entrar y, luego del tiempo dedicado a comer y beber, amerita un extenso recorrido por sus pisos. En la barra del fondo hay una carta de aperitivos, ideal para acompañar las tertulias artísticas, pasearse copa en mano y propiciar encuentros fortuitos. Queda claro que en este espacio la comida es un agregado a la propuesta principal. Pero esa comida cumple con calidad y buenas propuestas. Así, Alaska es un café itinerante que encontró en Local un lugar para quedarse y desplegar su oferta para alegría de los comensales.

Alaska Local Café queda en Gorriti 5045. Horario de atención: martes a sábado de 12 a 20; domingos a partir de las 14. 


Rincón del Delta 

Pablo Mehanna

Del otro lado del Puerto de Frutos, en el Tigre, en un lugar llamado Rincón de Milberg, Gustavo Porta convirtió su casa en una fundación, espacio de arte y centro cultural que bautizó como 9,37 Sudestada. Arquitecto de profesión, Porta trabajó durante años con el artista Carlos Páez Vilaró, cuyas obras suelen exhibirse en el lugar. Como buen arquitecto, todo el lugar está diseñado hasta el último detalle, desde la entrada, un tanto disimulada en el paisaje de la zona, hasta los salones que van mutando según las características de sus muestras. Asiduo visitante de museos en el mundo, entendió la importancia de contar con una buena cafetería, donde además de un espacio cómodo y bonito, se sirva un buen producto. Así, Coma, nombre con el que Porta bautizó el bar de 9,37 Sudestada, es uno de los mejores lugares para picar algo en el Tigre. Su carta es escueta pero precisa: buen café italiano Lavazza, té y panadería hecha en el día. El café Sudestada, un emblema del lugar, viene servido en vaso de submarino y se prepara con un shot de espresso, leche espumada, un poco de leche condensada y chocolate rallado ($76). Delicia. Al mediodía, sirven un brunch que varía diariamente, pero siempre elaborado con productos de estación: en invierno hay sopas y en verano sándwiches y ensaladas que pueden acompañarse con gaseosas, agua o cerveza (por lástima, no tienen carta de vinos). Las tortas tienen esa impronta de “hecho en casa” y parecen recién salidas del horno. Hay brownies ($68) y lemon pie ($72), nada complicado sino pastelería sencilla, rica y bien hecha, en un lugar que bien justifica la excursión al Tigre para aquellos que viven lejos de la zona. Y, para los que teman quedarse sin batería, hay muchos enchufes a lo largo de la barra donde cargar el teléfono mientras se deja registrado el momento Kodak (o, mejor dicho, momento Instagram, a tono con los tiempos que corren). Un buen refugio en ese rincón maravilloso que es el Tigre.

Coma (dentro de 9,37 Sudestada) queda en Aníbal González 937, Rincón de Milberg, Tigre. Teléfono: 4731-9140. Horario de atención: todos los días de 9 a 19; domingos y lunes, cerrado. Solo efectivo.