Durante una conferencia de prensa en el Palacio del Elíseo junto con su par Emmanuel Macron, el presidente Mauricio Macri insistió con la "gigantesca oportunidad" que significaría cerrar el acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europa, una obsesión del mandatario durante su gira europea. A pesar de que los principales medios franceses obviaron la reunión, Macron había advertido en la previa que velaría para que se respetaran "las líneas rojas" reclamadas por los sectores sensibles de la economía francesa.    

"El mundo nos exige desafíos para abrirnos y perder los miedos. Debemos competir y sumarnos a esta revolución tecnológica que nos invita a innovar todo el tiempo", subrayó Macri e insistió con que "el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur reafirmaría los vínculos entre las dos regiones". A pesar del entusiasmo, no hubo definiciones respecto del acuerdo que se continuará negociando la semana próxima en Bruselas.  

En medio de su arenga por el acuerdo con Europa, Macri evitó en la conferencia de hoy el eurocentrismo que desembuchó ayer en el Foro de Davos y modificó su mirada antropológica de América latina:  "La mayoría de los inmigrantes de nuestros países vienen de Europa. Este acuerdo nos permitiría dar un salto en la afinidad cultural”, dijo. 

La posibilidad de anunciar un pronto acuerdo entre los bloques económicos ya había sido puesta en duda por Macron antes del encuentro con Macri. El presidente francés, en una reunión que mantuvo ayer con sus compatriotas agricultores, señaló que un tratado de libre comercio "será un desafío, en particular para el sector bovino, porque permitirá la entrada de volúmenes" de carne que, según el Instituto de Ganadería de Francia, podría bajar un 10 por ciento los precios y poner en riesgo entre 25 mil y 30 mil empleos. 

Por eso, Macron se comprometió a no aceptar "acuerdos que favorezcan a un actor industrial o agrícola a miles de kilómetros, que tiene otro modelo social o un modelo medioambiental contrario a lo que nosotros exigimos a nuestros propios agricultores", y subrayó que el tratado "puede ser bueno si se respetan nuestras líneas rojas”.

A pesar del desencuentro, Macri le agradeció a Macron el apoyo de Francia para la incorporación de la Argentina a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), e invitó al presidente francés a la cumbre del G20 que este año se desarrollará en Buenos Aires. 

En su intervención, el presidente argentino, quien antes del encuentro con Macrón en el Eliseo había desayunado con el Movimiento de Empresas de Francia (Medef), entre quienes estaban los CEOs de Suez y Carrefour,  insistió en invitar a los empresarios galos a "sumarse al desarrollo de la Argentina" y calificó como "integración inteligente" la política de apertura económica que lleva adelante la Casa Rosada.
 

En el caso de Suez, Macri les adelantó la propuesta de cancelar con bonos los 400 millones de dólares el juicio que la firma francesa ganó ante el CIADI, tras haber perdido la concesión de Aguas Argentinas en 2006, debido a reiterados incumplimientos del contrato. Carrefour, por su parte, lejos de prometer inversiones que permitan “reducir la pobreza y permitir que mucha gante alcance sus sueños”, como el presidente sostuvo en la conferencia de prensa, despidió a 800 empleados entre 2016 y 2017 y prepara un plan de ajuste que podría dejar a otros 3 mil en la calle, según se filtró en varios medios esta semana, a causa de la reducción de las ventas.   

En el desayuno, Macri estuvo acompañado por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y volvió a ponderar "la potencialidad que tiene la Argentina" y destacó "el desarrollo del yacimiento de Vaca Muerta, donde hay una roca de enorme calidad para explotar". Entre las posibilidades que ofrece Vaca Muerta, Macri destacó el acuerdo de flexibilización laboral que el Gobierno alcanzó con el gremio petrolero, al que presentó como "un acuerdo de productividad con el gremio", que permitió "reducir los costos en un 50 por ciento".

En otro orden, Macri afirmó que la Argentina "espera ser una potencia en energías renovables, con los vientos de la Patagonia, y la energía solar en la zona norte del país" —días después de ser denunciado por favorecer el enriquecimiento del holding de la familia presidencial con la venta de tres proyectos de energía eólica—  y destacó que ya fueron lanzadas licitaciones para las líneas de transmisión.

El mandatario también convocó a los empresarios a explotar los 750 mil kilómetros cuadrados para desarrollar la actividad minera, con "enormes potencialidades", cuando volvieron a escucharse los rumores de modificar la Ley de Glaciares y luego de que en su paso por Rusia, el Gobierno firmara un memorando de explotación de uranio en Chubut, que fue rechazado por el gobierno provincial y que va a contra mano de la legislación local. 

En el encuentro con los empresarios también estuvieron presentes el canciller Jorge Faurie; el ministro de Agroindustria, Luis Etchevehere; el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi; y el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet. "Aquí vine con el gobernador Gustavo Bordet, de Entre Ríos, una provincia muy importante de la Argentina. Él es peronista y estamos trabajando juntos, de manera diferente a como se hacía antes", señaló el mandatario, quien insistió en que se terminó con el "ciclo populista" y destacó que se lo hizo  "sin una crisis económica, con reglas democráticas. Eso nunca había pasado antes en la Argentina".

“Hemos regresado a un mundo que nos recibe con los brazos abiertos. Queremos una inserción inteligente. Nuestras relaciones de intercambio deben transformarse en oportunidades concretas para nuestros dos países”, repitió Macri en el Eliseo junto a Macron antes de terminar su gira con una lujosa cena en un restaurante parisino.