El sector de biocombustibles figura entre los escasos e hipotéticos ganadores que arrojaría la firma de un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE). Sin embargo, los beneficios no están garantizados. A pesar de las concesiones realizadas al bloque europeo en materia de regulaciones, compras gubernamentales y patentes, los países sudamericanos no lograron que la UE garantice la apertura de mercados como los de biocombustibles y carnes. De hecho, la Comisión Europea definirá el próximo miércoles si comienza una nueva investigación sobre la magnitud de los subsidios que reciben los exportadores argentinos de biodiesel. Si los europeos avanzan por ese camino, el potencial incremento de las exportaciones de ese producto al mercado europeo podría verse bloqueado por la suba de los aranceles.
No es la primera vez que la UE intenta restringir el ingreso de biodiesel nacional. El último reclamo iniciado ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) terminó dándole la razón a la Argentina. A partir del año pasado, España, Holanda y Malta adquirieron biodiesel local por unas 560 mil toneladas. Las empresas del sector pretenden aumentar las exportaciones al bloque europeo en 2018, aunque la investigación europea pone en riesgo esa posibilidad. El reclamo de los industriales europeos es una copia de la presentación escrita por las empresas norteamericanas ante la Secretaria de Comercio de los Estados Unidos a fines del año pasado, que terminó en una fuerte suba de aranceles.