Desde hace un par de años, el Movimiento Sindical Rosarino plantea la construcción de un frente "antimodelo". Alberto Botto, secretario general del poderoso Sindicato Luz y Fuerza es uno de sus principales referentes. En este diálogo con Rosario/12 propone ampliar la construcción hacia diferentes sectores de la vida política y social con la premisa fundamental de "defender los intereses de la mayorías". En ese sentido, espera que se obre con "gran generosidad" y vaticina que si no hay una oposición unida va a ganar Cambiemos en Santa Fe "y la vamos a pasar muy mal todos".
‑- Hace dos semanas, el diputado provincial Rubén Galassi, del Frente Progresista, planteo que actualmente ya no hay navegación a dos aguas, es decir, se está con el macrismo o en contra, y que ya no hay una tercera vía como en su momento se vivió en esta provincia con las elecciones "a tercios". ¿Qué opina de esto?
‑- Está clara cuál es la estrategia del gobierno nacional, que necesita una oposición dividida. Nosotros tenemos una mirada coincidente con la de Galassi. Podríamos decir que los gremios fuimos unos precursores en eso, puntualmente con el Movimiento Sindical Rosarino, porque hace aproximadamente un año hicimos un acto en Luz y Fuerza donde lanzamos lo que se llamó un "Frente Antimodelo", que consistió en convocar a todos los sectores que pensáramos parecido. No solamente sectores políticos sino también provenientes del trabajo, estudiantiles, de productores, industriales, y todos aquellos que pertenecemos al segmento que en definitiva apuesta al crecimiento del país. La convocatoria fue amplia y creo que la mirada en ese sentido fue coincidente. Seguimos pensando que la salida acá es frentista.
-‑ Si bien el Movimiento Sindical Rosarino tiene su autonomía y una posición propia, tiene una pertenencia política mayoritaria a una estructura partidaria que es el peronismo. En ese sentido, ¿cómo se inserta el peronismo en esto que ustedes están proponiendo?
‑- Nosotros somos en primer lugar trabajadores que representamos y defendemos los intereses de otros trabajadores. Consideramos que todos aquellos que nos identifiquemos en contra del modelo neoliberal tenemos que estar presentes, ninguno es prescindible. A partir de ahí, y con mucha generosidad de parte de la dirigencia política, que no es fácil de conseguir, pretendemos construir alternativas, ir viendo quiénes son los mejores candidatos, y de esa manera empezar a ponerle un freno a las políticas de ajuste, porque esto se va profundizando día a día y en poco tiempo vamos a ver las consecuencias de las medidas que se tomaron en los últimos meses, fundamentalmente con todo lo que tiene que ver con las reformas, que en realidad fueron ajustes claros hacia los sectores nacionales y populares.
‑- En el caso del Sindicato de Luz y Fuerza, el Frente Progresista, que es gobierno en Santa Fe es "la patronal" para los empleados de la EPE y también con el tema de las tarifas pueden surgir contradicciones...
‑- Si analizamos las políticas que han tenido desde el gobierno de la provincia de Santa Fe hacia los trabajadores, no han sido muy diferentes a las que tuvo el anterior gobierno nacional. Hemos tenido paritarias que superaban el monto de la inflación, por eso para nosotros la inflación no era un problema en ese caso porque nos sentábamos a discutir y aumentábamos el poder adquisitivo de los salarios. Desde el 2015 en adelante esto no ocurrió, porque la primera medida que toma el gobierno de Cambiemos fue la salida del cepo, lo que significó una devaluación del 40% que no se recuperó nunca más. Las siguientes paritarias llegaron a un 25% en un contexto donde el dólar había superado los $16. Entonces, si uno compara el 15% que propuso en un primer momento el ex ministro Prat Gay para avanzar sobre las paritarias, contra ese 25% escalonado que se logró durante el primer año de Cambiemos con un dólar más alto, terminaba siendo más favorable el escenario de Prat Gay. En definitiva, se terminó perdiendo enormemente durante el primer año, el año pasado tampoco se cubrieron las expectativas. Este año ya le quieren poner techo a las paritarias, por lo tanto seguimos perdiendo poder adquisitivo. Esta situación se refleja claramente en el mercado de consumo interno. En Rosario, estamos viendo el cierre de negocios y de algunas pymes, industrias en crisis porque no venden.
‑- ¿Y los aumentos de tarifas de la EPE?
-- Puntualmente en el caso que nos compete a nosotros y que podemos hablar con mayor claridad, el gran impacto que ha tenido las tarifas fue la quita de subsidios que fue transferido a los usuarios, y en la que la gran perjudicada fue la industria nacional y después, obviamente, la calidad de vida del resto de la gente. Un ejemplo de esto es que en diciembre de 2015 el megavatio costaba $31 para el sector residencial de consumo medio; hoy ese megavatio cuesta $864 y a partir del 1º de febrero va a valer $1077. Hoy la producción de un megavatio cuesta $1392, que es lo que está pagando la industria desde el 1º de diciembre, cuando en el mismo mes de 2015 costaba $100. Es decir que por la quita de subsidios, la industria está pagando 1292% de aumento por la energía. Para terminar con la política de sinceramiento que está planteando el gobierno nacional, que es la quita de subsidios, y para alcanzar de esa manera al "subsidio cero" como tiene hoy la industria, falta llegar desde 1077 a 1392 pesos, pero si hay aumento de combustible ese valor va a aumentar, si hay paritaria ese valor de producción del megavatio va a aumentar, o sea que todavía falta un salto importante que va a ir en desmedro de la calidad de vida de los argentinos.
En Santa Fe, creo que el gobierno provincial a través de la EPE fue más que medido y aumentó por debajo de los niveles de inflación. Otra cuestión que no hay que soslayar es que desde el 2008 la empresa provincial invirtió cerca de 9.000 millones de pesos tanto en mantenimiento como en obras, que hoy se está reflejando en una mejora en la calidad del servicio. Por otro lado, la EPE nunca recibió subsidios al valor agregado de distribución, a diferencia de Edenor y Edesur en Buenos Aires, que sí los recibieron, primero del gobierno kirchnerista y ahora de la actual gestión. Además, otro de los mitos que hay que desterrar definitivamente es que la nuestra es la energía más cara del país.
‑- Parte de la estrategia de Cambiemos es demonizar al sindicalismo, como si todos estuvieran asociados a la corrupción. ¿Cómo impacta esta situación sobre el Movimiento Sindical Rosarino?
‑- En nuestra institución, nosotros rendimos exámenes todos los días frente a nuestros trabajadores, con quienes estamos en contacto constantemente y hacemos evaluación de la gestión y los compañeros son los que deciden las continuidades o no en los cargos. Yo fui 20 años Secretario Gremial, siendo elegido religiosamente cada dos años. Desde el 1º de mayo de 2015 soy Secretario General y próximamente tendré que revalidar el cargo.
‑- Pero con esa relación y ese nivel de representatividad, ¿cómo viven ustedes lo que está pasando con el gremialismo a nivel nacional?
‑- Obviamente hay compañeros que equivocaron su camino y tendrán que rendir cuentas pero estoy convencido de que son los menos. Justamente la mayoría de los dirigentes gremiales estamos sufriendo esta situación. Sin embargo, actualmente todo aquel que se opone a este modelo es demonizado; mientras que con aquellos que tienen una mirada confluyente, el gobierno va a ser indulgente, siempre y cuando les sirva, porque actualmente hay sindicalistas de mucho renombre a nivel nacional que le están pegando al gobierno porque están siendo imputados en determinadas causas. En ese sentido, quiero aclarar que no solo no defendemos la corrupción, sino que sería bueno marcar diferencias, cada uno que demuestre sus pergaminos.
Hace poco se puso en duda la democracia interna de los sindicatos, y hasta hubo una legisladora de Cambiemos que lanzó una propuesta de democratización de los gremios. Por eso, simplemente lo que decimos es que hay que preocuparse más por defender la República, la institucionalidad del país, la independencia de los poderes, que vemos que se están vulnerando notablemente en Argentina, antes que preocuparse por los gremios, porque nosotros todos los días rendimos cuentas ante los compañeros y estamos diariamente cara a cara con ellos. Somos un sindicato base, por lo que tenemos un contacto que no da margen para error y mucho menos para la mentira.
‑- ¿Cómo imaginas el 2019 desde el punto de vista de la construcción política?
‑- Desde los sectores del trabajo esperamos que nuestra dirigencia política y quienes toman las principales decisiones sean respetuosos del voto popular, que honren el mandato que justamente les dio el pueblo argentino y que dejen de lado las diferencias. Hay un sector, un tercio de la sociedad, que no mira como miramos nosotros y es totalmente válido en democracia, pero todos aquellos que hoy nos necesitamos mutuamente, si no tenemos esa grandeza que nos está exigiendo el presente, la vamos a pasar mal. Por eso, creo que hoy la historia nos pone en un lugar donde no podemos esquivarle a la situación, tenemos que dejar de lado los intereses sectoriales y particulares, y empezar a tener una mirada coincidente, pensando principalmente en las grandes mayorías populares que son las que están sufriendo las consecuencias de este modelos económico y político.