Ocho personas murieron ayer en un ataque aéreo de la coalición internacional liderada por Estados Unidos contra el grupo Estado Islámico (EI), en un aparente “error”, que afectó a las fuerzas de seguridad iraquíes.

El incidente con fuego amigo suscitó críticas sobre la presencia militar estadounidense en Irak entre los responsables proiraníes en Bagdad.

“Ocho personas, entre ellas un miembro de alto rango de los servicios secretos, cinco policías y una mujer, murieron por un ataque estadounidense en el centro de la localidad de Al Bagdadi”, informó un responsable provincial, que pidió el anonimato. Entre las víctimas mortales se encuentra un oficial de la Inteligencia de la localidad de Al Bagdadi, el capitán Ahmad al Dalimi. “Parece que el ataque fue por error”, agregó respecto al incidente, ocurrido en el valle del Eufrates, cercano a la base aérea de Ain Al Asad, 250 km al oeste de la capital.

El bombardeo también dejó unos veinte heridos, entre los cuales figura el coronel Abdelsalam al Abidi, jefe de la policía de la localidad de Al Bagdadi, herido de gravedad, así como el alcalde y otros responsables locales, precisó la misma fuente.

Al Bagdadi está situada a 250 kilómetros al oeste de Bagdad, en la provincia sunnita de Al Anbar, donde se encontraban hasta hace poco los últimos bastiones del grupo yihadista Estado Islámico.

Esta localidad está cerca de la base de Ain Al Asad, donde están estacionados aviones estadounidenses de la coalición internacional liderada por Washington que apoya a las fuerzas iraquíes en su lucha contra el EI.

Los fallecidos viajaban en un convoy que había sido desplegado en apoyo a una operación matutina contra presuntos miembros del grupo EI en la zona.

A pesar de que el gobierno iraquí declaró la victoria sobre el EI el mes pasado, los yihadistas siguen activos de forma clandestina en varias regiones de Irak, especialmente en el valle del Eufrates y el vasto desierto al oeste. El ataque dirigido por Estados Unidos destruyó la mayor parte de los vehículos del convoy.

El Mando Conjunto de Operaciones (JOC) iraquí, que reúne a las fuerzas implicadas en la lucha anti-EI, publicó un comunicado detallando la operación de ayer a la madrugada, pero sin mencionar víctimas. El JOC dijo que había solicitado una operación de las fuerzas especiales en la localidad tras recibir información de inteligencia sobre “una reunión en Al Bagdadi en presencia del comandante terrorista Karim Al Sumarmad” y la activación de “una célula que se disponía a realizar operaciones contra las fuerzas de seguridad y los civiles”. Indicó que había pedido “apoyo aéreo de la coalición internacional”. “Cuando el terrorista fue detenido, y las tropas proseguían los registros, una granada fue lanzada desde una casa vecina”, agregó.

Al volver a su base, las fuerzas iraquíes se cruzaron con un convoy de coches que se dirigían hacia la casa sospechosa. Como ignoraban que se trataba de refuerzos de la policía y de efectivos adicionales de las fuerzas paramilitares Hashd al Shaabi, alertaron a la coalición, que efectuó un bombardeo, explicó el JOC, que lamentó la falta de coordinación. “Se abrió una investigación”, añadió.

El portavoz de la coalición, el coronel Ryan Dillon, dijo que el ataque se llevó a cabo a petición de las fuerzas iraquíes, que liderarán la investigación.

“Todo lo que hacemos en Irak es en apoyo de las fuerzas de seguridad iraquíes. Se nos solicitó apoyo y lo proporcionamos”, dijo Dillon.

Los líderes de las milicias proiraníes de las fuerzas Hashed no estaban convencidas con la explicación.

El líder de la milicia popular chiíta Moqtada Sadr, quien lideró repetidos alzamientos contra las tropas extranjeras tras la invasión de 2003, solicitó acción inmediata contra los responsables del ataque. “Las fuerzas de ocupación estadounidenses mostraron otra vez su tiranía y arrogancia al violar flagrantemente la independencia y soberanía del gobierno iraquí”, dijo en Twitter.

Por su parte, el comandante Qais al Jazali, de las fuerzas Hashed, tuiteó que el ataque “plantea graves y peligrosos interrogantes” relativos a “la presencia militar estadounidense en Irak”.

Por el momento, las autoridades iraquíes no se han pronunciado sobre lo ocurrido, como tampoco lo ha hecho la alianza estadounidense que opera contra los extremistas en suelo iraquí. 

Desde hace más de tres años una coalición liderada por Estados Unidos apoya al Ejército iraquí en su lucha contra la milicia terrorista Estado Islámico. El mes pasado el primer ministro Haider al Abadi proclamó la victoria sobre el EI en Irak.