La obligada reaparición del veterano líder de Camioneros Hugo Moyano en las lides sindicales, acompañado desde su costado derecho por el gastronómico Luis Barrionuevo, generó un cimbronazo en la Confederación General del Trabajo y que representa un virtual tiro de gracia al triunvirato. El quiebre puede llegar a producirse si el próximo jueves el secretario gremial y también camionero, Pablo Moyano, logra implementar el plenario de regionales y sindicatos de la central obrera que convocó sin el consentimiento de la actual conducción para “ultimar detalles” de la movilización que anunciaron para el 22 de febrero próximo. La novedad puso al sector de “los gordos”, donde milita el triunviro Héctor Daer, en pie de guerra. “Esta es la fractura”, aseguran desde este sector y juran que cuentan con el respaldo de los independientes para hacerse valer. Pero no son los únicos actores en esta compulsa porque hay un tercer grupo liderado por la UOM y la Unión Ferroviaria al que se suma un sector de la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) que quiere hacer valer su peso y espacio para incluso conducir la CGT.
En rigor, el apriete judicial contra los Moyano tiene mucho de operación político-mediática. Pero en estos últimos dos años hay demasiadas pruebas de que eso no es un impedimento para detener a dirigentes que no comulgan (o se alejaron) con el gobierno de Cambiemos. Y tal vez por ello la familia camionera reapareció y no sólo desde lo mediático. Pablo participó de la reunión del PJ bonaerense y ahora aspira a sumar a la CGT en su confrontación. En ese marco, llamó a un plenario de regionales a pesar de que según el estatuto de la central obrera esa potestad no está entre sus facultades como secretario gremial. En 2017 Pablo hizo lo mismo poco antes de la movilización del 22 de agosto. En esa oportunidad el Consejo Directivo desconoció aquella convocatoria y el plenario estuvo acotado prácticamente al sindicato de Camioneros con el aporte de gremios aliados como los Aeronavegantes, Seguros y Panaderos más algunos referentes del interior bonaerense como Necochea, entre otros.
El llamado al encuentro del primero de febrero tiene otra particularidad y es que será conducido, así reza la convocatoria, por Moyano padre y Barrionuevo, a la sazón los padrinos políticos de los triunviros Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña respectivamente. Más allá de si la reunión se concreta, si tiene o no éxito, lo cierto es que deja a estos dos últimos triunviros totalmente desdibujados y sin siquiera un poder simbólico. Esto es lo llevó a que los gordos consideraran que el formato de conducción tripartita “ya pasó a mejor vida”. Lo que no está claro es si lo que viene será la unidad.
En principio, los sindicatos enrolados en “los gordos” que respaldan a Daer se reunirán también esta semana aunque no en formato de plenario. Sus integrantes juran que del cónclave también participarán los independientes Andrés Rodríguez (UPCN) y Gerardo Martínez (Uocra). Consideran que la maniobra de los Moyano no sólo le quita vida al triunvirato sino que además su presencia junto a Barrionuevo representa un verdadero retroceso porque “se parecen más a un tren fantasma que una alternativa combativa”, dijeron y reconocieron que la unidad, como concepto político-sindical está “atravesando un momento difícil”. Más allá de la comparación buena o mala, lo real es que el moyanismo está generando un polo de atracción donde están confluyendo algunos sindicatos que forman parte de la Corriente Federal y que tienen una mayor identificación (o dependencia) con el kirchnerismo.
Los gordos e independientes recelan de Moyano y confían en que los gremios que se aglutinan alrededor del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) se les acerquen fruto de su distancia con los camioneros. Pero este grupo donde el taxista Omar Viviani y Sergio Sasia (Unión Ferroviaria) eran los principales referentes no pasa por su mejor momento. La ausencia del taxista en los días aciagos de la reforma previsional fracturó este conglomerado. Es poco probable que Viviani migre al moyanismo ya que viejas e irresueltas disputas los tienen alejados. En tanto Sasia está en conversaciones con otro grupo que está avanzando en su conformación donde aparece la Unión Obrera Metalúrgica, algunos sindicatos que todavía integran el actual Consejo Directivo más otros gremios que permanecen en la Corriente Federal. Por caso, varios dirigentes de este sector participarán de un encuentro que se realizará en Catamarca el 16 de febrero próximo y que organiza la CGT de esa provincia que conduce Leonardo Burgos (sanidad). Podría decirse que será una mini cumbre donde están invitadas varias regionales de la CGT que en estos dos últimos años fueron normalizadas por el entonces secretario de Interior de la central obrera, Francisco “Barba” Gutiérrez. El metalúrgico será parte de esa reunión junto a Sasia, Guillermo Moser (Luz y Fuerza) y Pablo Biró (Pilotos), entre otros. Varios de los participantes consideran a Sasia como el indicado para conducir la futura CGT.
De a poco se acomodan las fichas y de acuerdo a como van ubicándose es arriesgado afirmar que triunfará la unidad. En la historia de la CGT siempre hubo sectores que estuvieron al margen o incluso armaron otra CGT como aquella “de los argentinos”. Es factible que ayude la unidad del peronismo. Sin embargo, tienen tiempos diferentes, sobre todo ante las políticas que lleva adelante el gobierno de Cambiemos, que buscan recortar o anular derechos laborales. Esto le impone una urgencia y velocidad de respuesta mayor al sindicalismo.