A más de dos años del crimen del adolescente Brandon Cardozo, a manos de un agente policial durante una fiesta callejera de Año Nuevo, la querella pide que el uniformado sea condenado a la pena de prisión perpetua. Los abogados de la Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud subrayan que el policía cometió el hecho -en la zona de Centenario y Entre Ríos- con su arma reglamentaria, pese a estar fuera de servicio esa noche. La calificante penal se discutirá en la audiencia preliminar que esperan para febrero, ya que la fiscal Marisol Fabbro solicitó la pena de 24 años de prisión, por homicidio calificado por el uso de arma de fuego, sin el agravante de haber cometido el hecho siendo funcionario público. El abogado de los padres de la víctima, Salvador Vera, aseguró: "Actuó de manera temeraria. Aunque haya estado de franco, el estado policial es permanente. Sobre todo porque cometió el homicidio con su arma reglamentaria. Hay que evitar este accionar de violencia letal por parte de los agentes policiales, en situaciones en las que no está en riesgo su vida, como pasó en este caso". Esperan el juicio oral y público para antes de mediados de año.

Hace un mes, familiares y amigos del chico que jugaba al fútbol en la Liga Casildense, se concentraron en la puerta de Tribunales para reclamar que el acusado siga preso. La audiencia duró pocos minutos, ya que Fiscalía y defensa acordaron que el policía Emiliano G. (de la división Motorizada) siga preso hasta el debate oral.

En aquel momento, Fabbro informó que presentó la acusación para que se ponga fecha a la audiencia previa al juicio, que esperan para el mes que viene. En esa instancia, se discutirá la calificación legal contra el imputado, ya que Fiscalía y querella no están de acuerdo en delito a endilgar. Fabbro pidió 24 años de prisión, pero la solicitud fue criticada por los querellantes, Vera y Guillermo Campana. "Le imputa el homicidio agravado por el uso de arma, cuya escala penal va hasta los 33 años de prisión. Desde la querella consideramos que esta imputación no corresponde, sino la de homicidio calificado por la condición de policía del acusado y esto lo decimos porque no solo revestía la calidad de agente de policía, sino que actuó en condición de policía, ya que había un desorden, una especie de tumulto en la fiesta y él intervino como agente a los fines de disuadir el conflicto, como él mismo dijo. Lo hizo de una manera temeraria y grave: usando su arma de fuego y tirando hacia el público, a la altura del cuerpo, tal como manifiestan los testigos presenciales", lanzó Vera.

 

La madre de Brandon, Laura, se sintió "aliviada" al saber que el acusado seguirá preso hasta el debate.

 

En ese sentido, agregó: "Aunque haya estado franco de servicio, nosotros consideramos que el estado policial es permanente. Sobre todo porque comete el homicidio con su arma reglamentaria. Entendemos que la calificación debe ser más gravosa porque lo comete un agente policial. Este planteo tiene que ver con la idea de evitar el accionar de violencia letal por parte de los agentes policiales, en situaciones en las que no está en riesgo su vida, como pasó en este caso. El nunca se sintió amenazado, no había por qué usar el arma de fuego", lamentó el abogado. Y adelantó que la controversia en cuanto al pedido de pena "va a ser materia de discusión tanto en la audiencia preliminar como en el juicio oral".

Vera recordó que en diciembre pasado, la situación cautelar del imputado fue "prorrogada hasta abril" próximo. "Fue una prórroga extraordinaria porque se cumplieron dos años (desde que está detenido). A la mayor brevedad habrá que llamar a audiencia preliminar y ponerle fecha al juicio. Esperamos que esto suceda en la primera mitad del año; porque en la causa ya se agotaron todas las medidas para ir a juicio y complican directamente al imputado, sobre todo la evidencia balística", señaló.

Por aquellos días, la madre de Brandon, Laura, se manifestó "aliviada" al saber que el acusado seguirá preso hasta el debate. Su hijo fue asesinado el 1º de enero de 2016, alrededor de las dos de la madrugada. Estaba en una fiesta callejera para celebrar el Año Nuevo, con sus amigos y un primo. Entre la música fuerte y un incidente que provocó gritos, se oyeron disparos de arma de fuego. Emiliano Martín G., el agente que tenía 26 años, también estaba en la fiesta. Según los testigos, sacó su arma reglamentaria y apretó siete veces el gatillo. El dijo que fueron disparos al aire, para disuadir el tumulto y sindicó a otro joven agente, que es testigo en la causa, por el homicidio. A Brandon la bala le ingresó por el mentón y salió por la nuca. Llegó sin vida al hospital Roque Sáenz Peña.