Todos los rubros industriales de bienes de consumo registraron el año pasado importaciones que crecieron más del 10 por ciento. Al mismo tiempo, se anotó un retroceso en la generación de empleo en esos rubros mientras que la producción tuvo un comportamiento dispar, analizó el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Avellaneda. En el resultado acumulado de los dos años de gestión de Cambiemos, la producción industrial se mantiene casi un 3 por ciento por debajo de 2015, al tiempo que la comparación en materia de creación de puestos de trabajo todavía arroja una merma de 20 mil puestos industriales registrados, según los últimos datos elaborados por el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).

El año pasado en relación al 2016 registró un incremento de las importaciones de vehículos y autopartes del orden del 80,8 por ciento, al tiempo que el avance de las compras externas de alimentos y bebidas fue del 28,1 por ciento. En maquinaria y partes, las importaciones subieron un 27,1 por ciento y en la industria textil el incremento llegó al 24,1 por ciento. Las importaciones de plástico y caucho crecieron anualmente un 17,2 por ciento y en calzado y marroquinería la suba se ubicó en el 13,9 por ciento.

En términos de generación de empleo, el panorama se vuelve negativo. El año pasado, la industria textil y del calzado retrocedió en ese indicador un 10 por ciento, seguido del tabaco (-3 por ciento), refinación de petróleo (-2,1), sustancias y productos químicos (-1,7) y la industria alimenticia (-1 por ciento). En dos años de gobierno de Cambiemos, el nivel de empleo formal en el sector textil cayó un 9 por ciento; un 5 por ciento en cuero y marroquinería y un 3 por ciento en petróleo, mientras alimentos y bebidas registró un alza del 1 por ciento. Ante las cifras de importaciones, el Gobierno argumenta que la base de comparación es baja.

La Undav realizó un detallado estudio de la producción industrial desagregada por productos. En el rubro de alimentos y bebidas, calculó que el sector oleaginoso cayó en diez meses de 2017 un 4,4 por ciento y el aceite de girasol aumentó un 18,1 por ciento. Las leches refrigeradas bajaron un 19,6 por ciento, al tiempo que la manteca y el yogurt lo hicieron en un 12,7 y 4,3 por ciento, respectivamente, el queso subió un 5,6 por ciento y la crema, un 17,9 por ciento. La producción de postres y dulce de leche cayó un 5,6 y 10,3 por ciento. Entre las bebidas, los licores finos bajaron un 19,2 por ciento; el fernet, un 5,9; el whisky, un 17,3; el vino, un 5,1 por ciento. Las gaseosas bajaron un 3 por ciento. En cambio, la producción de yerba mate subió un 3,1 por ciento.

En el sector químico, aumentó 11,2 por ciento la producción de jabones y detergentes y limpiadores lo hicieron en un 0,6 por ciento. En la producción de artículos para el hogar, varios sectores se recuperaron de la caída de 2016, aunque todavía la mayoría está por debajo de 2015. El caso más positivo es el de calefones, en donde la producción subió un 243 por ciento respecto de 2015. Esto puede explicarse por el incremento de la demanda de dichos productos como sustituto de los termotanques a gas ante el elevado incremento de las tarifas de este recurso energético. En relación a 2016, subió un 35,7 por ciento la producción de freezers, mientras que avanzó un 15,5 por ciento la fabricación de heladeras y un 18,3 por ciento las cocinas. En cambio, continuaron en rojo hornos y anafes (-1,9 por ciento), acondicionadores de aire (-12,5) y calefones (-1,4).

Los productos electrónicos están dentro de los que más bajaron en el 2017, por las nuevas condiciones de mercado. En los primeros nueve meses, la producción de televisores cayó 9,2 por ciento; los reproductores de video mermaron en un 26,3 por ciento; equipos de audio en un 7,6 por ciento y cámaras fotográficas, un 82,2 por ciento. Los artículos más afectados por el combo de suba de importaciones y eliminación de facilidades fiscales fueron las notebooks, que se dejaron de producir.