Luego de que el músico Roberto Pettinato afirmara en entrevistas con Perfil e Infobae que “el acoso sucede porque la otra persona tarda mucho tiempo en decirte que no quiere coger con vos”, mujeres que trabajaron con él en distintos medios de comunicación contaron públicamente escenas y situaciones de acoso a que las sometió. “Esto lo dice Pettinato; el tipo q, siendo el conductor de un pgm, tira la boca, la lengua, te agarra fuerte de los brazos, si te descuidas se baja los pantalones. Y algunos compañeros y jefes cuando te quejas, te dicen ‘vos sos mas viva que él, no le des bola’. ASCO”, tuiteó inicialmente la locutora Mariana de Iraola, quien compartió aire con él en la radio Rock & Pop y detalló que “”el trabajo de la locutora/ columnista...depende mucho de que el señor conductor quiera darte espacio para que hagas lo tuyo. El aire es tu trabajo. Las veces q lo pude ubicar, después no me dejaba hablar”. “Ojalá nos hubieran avisado antes a las chicas de Rock and Pop, así nos evitábamos los comentarios groseros (al aire y fuera), los manotazos a esquivar, los besos en el cuello a evadir y todo eso jamás consensuado o requerido”, contó poco después, en la misma red social, la periodista Fiorella Sargenti.
A esas palabras se sumaron luego las de Josefina Pouso, quien compartió aire televisivo con Pettinato hasta que, según explicó, por su presión debió dejar su lugar de panelista en el programa Un mundo perfecto, y la guionista Flora Alkorta, quien tuiteó “yo no puedo creer, con toda la info que manejamos las mujeres de los medios (y en este caso puntual, lo he visto yo misma porque laburé años en TyC cuando estaba él), se atreva a meterse en este camino”.
Ayer, mientras se multiplicaban los testimonios sobre el trato de él hacia sus compañeras de trabajo y de que, además, asegurara que todos los varones comparten con sus amigos videos y fotos íntimas de sus parejas sin que ellas lo sepan, Pettinato esbozó un pedido de disculpas. “Justo lo hablé con mi novia, que es joven por suerte, y ella me alertó: ‘Te van a matar, la palabra no es acoso’ y a partir de ahí comenzó todo un debate sobre esa palabra. Pedí (al periodista de Perfil) que lo aclare porque no quería terminar en medio de un quilombo. Yo considero que las mujeres tienen que vivir, no hay que matarlas, no hay que pegarles. Las feministas están muy bien, pero no la gestapo feminista. No entremos en la locura de que todo el mundo acusa a todo el mundo porque yo empiezo a acusar a Guido Kaczka de maltratar animales”, abundó.
Sin embargo, las acusaciones fueron bastante más amplias. La locutora De Iraola contó que, en Rock & Pop, “el tipo venía como figura convocante. Ya se había dado el gusto de despreciar a dos compañeras de mesa. Yo ‘me lo iba a poder bancar x mi personalidad’. Con esa premisa, sentí aún más presión de TENER QUE SOPORTAR. Pero no siempre lo soportaba”. Por su parte, Sargento explicó: “Cuando frente a estos casos algunos dicen ‘por qué no hablaron antes?’ suele ser porque como nadie reacciona, una tiene miedo de que la echen, ser la conflictiva, etc, lo naturaliza. En el caso de comentarios totalmente desubicados al aire, pocos oyentes lo señalaban, incluso”.
Pouso contó que no fue una decisión libre dejar el programa en el que trabajaba con Pettinato. “No la pasé bien y me tuve que ir. Duré tres meses en un programa y tuve que seguir un juego que no me gustó seguir”, en referencia a que el músico, que conducía el envío, insistía en no llamarla por su nombre sino “Piernas” y le enviaba “una sarta de mensajes locos” para recriminarle una entrevista que ella había concedido a una revista. “Yo hablé en su momento y no me creyeron”, añadió Pouso.