El Parlamento catalán tiene previsto elegir hoy al próximo presidente de la región española en medio de suspenso e incertidumbre: el único candidato, el independentista Carles Puigdemont, podría intentar asistir al pleno bajo el riesgo de ser detenido, ante la prohibición del Tribunal Constitucional de que sea investido de forma “virtual”.
A horas de la sesión plenaria, que comenzaría a las 15 (las 11 de Argentina), no está claro si se celebrará o se suspenderá, y tampoco si Puigdemont será el candidato o a último momento surgirá un “plan B”.
El rumbo de los acontecimientos podría cambiar de forma vertiginosa, ya que está condicionado a las negociaciones “contrarreloj” que se están produciendo entre las fuerzas independentistas que obtuvieron mayoría absoluta en las elecciones catalanas del 21 de diciembre último, y que, hasta ahora, respaldaron a Puigdemont como único candidato.
El líder secesionista, destituido hace tres meses por el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, por haber impulsado una declaración unilateral de independencia, pretendía ser investido de forma “virtual” desde Bruselas, Bélgica, adonde se refugió después de que la Justicia española lo imputó por rebelión, sedición y malversación.
Sin embargo, el gobierno español, que intenta bloquear su designación a toda costa, logró que el Tribunal Constitucional prohibiera que la sesión de investidura se hiciera sin su presencia. “Un señor fugado de la Justicia, que ha pretendido unilateralmente liquidar la soberanía nacional y unidad nacional, evidentemente no puede ser presidente de nada; mientras yo sea presidente voy a cumplir con mi obligación de mantener la unidad nacional”, dijo ayer Rajoy en una entrevista con la radio Cope.
En respuesta al intento del Ejecutivo de vetar la designación de Puigdemont, el Tribunal Constitucional estableció que el pleno de investidura se debía suspender en caso de que el candidato no se presente personalmente en la cámara y, para ello, advirtió que debía pedir autorización al Tribunal Supremo español, que mantiene una orden de detención en su contra en territorio español.
En la víspera de la investidura, el letrado de Puigdemont, Jaume Alonso Cuevillas, aseguró que el líder secesionista “tiene la valentía suficiente para presentarse, dejarse encarcelar y hacer reventar la cafetera de presión en la que vivimos”. “No tendrían que detenerle porque tiene inmunidad parlamentaria. Es diputado. Por tanto, no puede ser detenido”, dijo el abogado. El letrado prácticamente descartó, al considerar “lejana”, la posibilidad de que Puigdemont pida permiso al Tribunal Supremo para que le permita asistir a la sesión parlamentaria de investidura, evitando así su detención.
El juez del Supremo Pablo Llanera, quien lleva la causa contra los independentistas, rechazó ayer la excarcelación del ex vicepresidente Oriol Junqueras y el diputado electo Jordi Sánchez, para asistir a la sesión de investidura ante el riesgo de reiteración delictiva.
En su resolución, el magistrado reiteró que la Mesa del Parlamento -órgano que preside la cámara- podía establecer los mecanismos necesarios para que puedan delegar su voto a fin de que, de esa forma, no se vea alternada de la mayoría parlamentaria.
El camino a la investidura de Puigdemont está plagado de obstáculos, pero, aún así, el líder se muestra dispuesto a seguir adelante. Mientras mantiene la incógnita en torno a si se presentará o no, Puigdemont pidió ayer en una carta “amparo” al presidente del parlamento catalán, el también independentista Roger Torrent, para que la sesión de celebre y pueda ser elegido, algo que no parece estar al alcance de sus manos. En su solicitud, sobre la que Torrent no se pronunció, el político secesionista pidió hacer caso omiso al Tribunal Constitucional, y garantizar su inmunidad.
Con la intensión de incrementar todo el misterio que rodea su investidura, Puigdemont publicó ayer a la tarde en su cuenta de Instagram una foto de una de las calles que rodea el parque de la Ciudadela de Barcelona, donde está situado el Parlamento catalán, junto con un mensaje que reivindica el regreso al poder de los secesionistas.
“A 24 horas de la investidura”, escribió el candidato, junto con un lema en defensa de la República catalana.
En caso de que los independentistas desafíen al Tribunal Constitucional y Puigdemont fuese elegido como jefe del gobierno catalán sin estar en el hemiciclo, se abrirá un nuevo capítulo de confrontación, ya que su elección sería impugnada. Aunque los independentistas cerraron filas en torno al máximo líder, algunas voces ya apuntan a la necesidad de que Puigdemont sea “sacrificado”, como el diputado de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en el Congreso español, Joan Tardá.
En este contexto de máxima presión e incertidumbre, todavía hay margen para que se produzca un giro de 180 grados, ya que el plazo para lograr un acuerdo y superar la investidura en segunda votación vence el viernes.
En tanto, la policía catalana blindó las inmediaciones del parlamento catalán ante la convocatoria de una movilización “masiva” del independentismo en defensa de la candidatura de Puigdemont.