Estudiantes dio vuelta anoche su partido frente a Independiente, al que terminó venciendo por 2-1 en Avellaneda, con goles de Iván Gómez y Juan Otero. Para los locales, había abierto la cuenta Gigliotti.
Jugando la pelota en campo rival, con un buen trabajo de su poblado mediocampo, Independiente fue claro dominador de las acciones del primer tiempo frente a un Estudiantes que no lograba conectar sus líneas como para acercarse al arco de Campaña. Sin embargo, el Rojo no conseguía plasmar esa ventaja en el marcador. Así vio pasar ocho situaciones claras de gol, contra cuatro de los platenses, que sumaban cuando aprovechaban los espacios que el Rojo descubría en su ambición ofensiva.
Andújar le tapó un buen zurdazo a Gigliotti y luego un envío de Leandro Fernández. Para el Pincha, la más clara había sido una contra de Gastón Giménez, luego de interceptar un mal pase de Domingo hacía atrás. Pero, molestado por Silva, su remate terminó contra el travesaño.
Pese al susto, Independiente volvió a la carga con un tiro libre de Fernández, que se desvió en la barrera y pasó cerca. Tuvo el Rojo otras dos chances más o menos claras dentro del área rival, pero no pudo definirlas.
Recién sobre el final de la primera parte, con Chapu Braña como motor principal, Estudiantes logró emparejar el trámite. Iván Gómez le dio trabajo a Campaña y Otero Tovar tuvo un par de chances pero le faltó frialdad en el último toque. Era apenas un aviso del partido de lo que se iba a ver en la segunda parte.
Tras un centro de Bustos, a los 50, Gigliotti concretó, de cabeza, el gol que el Rojo había insinuado toda la noche. Pero no le alcanzó, porque Estudiantes volvió a mostrar que estaba vivo con un disparo de Dubarbier y, a los 59, tras un centro suyo, Iván Gómez anotó, también de cabeza, el 1-1. Estaba para cualquiera, pero fue Estudiantes el que terminó inclinando la cancha a su favor cuando, a los 71, Campaña se equivocó con los pies, Otero le robó el pase y terminó definiendo ante la desesperación del arquero para poner el 2-1.
La expulsión de Campi por doble amarilla, le dio ánimo a los dirigidos por Holan para lanzarse nuevamente al ataque en busca del empate. Pero aún en inferioridad numérica, el equipo de Lucas Bernardi aguantó las embestidas y siguió complicándolo, con algún que otro contraataque sin demasiada convicción.