El próximo sábado, la Academia de Cine de España entregará los Premios Goya y Lucrecia Martel compite en el rubro Mejor Película Iberoamericana por su último film, Zama, basado en la novela homónima de Antonio Di Benedetto. Algo que caracteriza a la cineasta salteña es no hacer concesiones, así que muestra una genuina sorpresa por la excelente acogida a Zama: “Me parece un milagro que conecte con el público”, aseguró en una entrevista en España. “Para llegar al Goya te eligen tus compañeros, eso ya es un premio, que ellos consideren que, de todo lo que se hizo, es lo tuyo lo que merece la pena, es un honor y después venir acá y que te consideren para el premio doble honor. Es una fiesta”. Sin embargo, no podrá estar en la gala de la 32º edición de los Goya. Tenía un compromiso previo y fiel a su carácter lo mantiene y, aunque le gustaría mucho ganar el premio, se siente más que satisfecha por la trayectoria que ha llevado hasta ahora esta adaptación. Respecto al trabajo con el libro de Di Benedetto, dijo: “Si vos construís algo que no está basado en el argumento, todo lo que hacés lo haces a través de pequeños detalles, eso te obliga a ser detallista, es difícil que vaya a aparecer en el set algo que yo no sepa”, explicó. “Es indudable que nunca una película de presupuesto restringido va a tener el acceso a la exposición pública que significa un festival. Si no pasas por un festival es difícil que tengas esa repercusión poniendo plata en prensa”, reflexionó también Martel.
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