El papa Francisco recibió ayer, juntos y por separado, al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y al ex presidente y jefe de la oposición Álvaro Uribe. Sin embargo, su mediación no logró que ambos superaran sus diferencias en torno al proceso de paz con la guerrilla de las FARC.
Francisco se reunió primero con Santos y a continuación con Uribe. Finalmente recibió a ambos en una audiencia de unos 25 minutos, informaron medios italianos. El pontífice argentino recibió a Santos en la Sala del Tronetto y le dijo: “Bienvenido, es un placer reencontrarnos, es la tercera vez que nos vemos”. “Necesitamos su ayuda”, le dijo a su vez el presidente colombiano. Santos ofreció como regalo al papa el “balígrafo” (una bala convertida en bolígrafo) con el que se firmó el acuerdo de paz con el líder de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), Rodrigo Londoño. También le entregó una pequeña escultura de porcelana que representa una orquídea blanca. El mandatario explicó a Francisco que la orquídea es “la flor nacional de Colombia y un símbolo de la paz.
El pontífice, por su parte, le entregó un medallón con el ángel de la paz y tres libritos que presentó como sus escritos sobre ecología. Posiblemente se trata de la encíclica ecologista “Laudatio si” y de las exhortaciones apostólicas “Evangelii gaudium” y “Amoris laetitia”. Francisco reiteró que desea viajar a Colombia, pero sólo cuando el proceso de paz esté completo. El gobierno colombiano señaló en septiembre pasado que el papa Francisco había expresado a través de canales oficiales que visitaría el país cuando el acuerdo de paz estuviese blindado.
Al final del encuentro entre Francisco, Santos y Uribe, el presidente colombiano y el jefe de la oposición dieron declaraciones en las que ratificaron sus diferencias. Uribe manifestó que durante la reunión le dijo al papa que el gobierno colombiano pretende imponer un acuerdo con las FARC que se caracteriza por la “impunidad”. El ex mandatario, máximo líder del partido de derecha radical Centro Democrático, planteó incluso la posibilidad de introducir nuevos cambios en el acuerdo de paz. “Ojalá se permitieran modificaciones en esos puntos esenciales en los que hay desacuerdo, como fue la oferta inicial del gobierno”, dijo
Uribe. Asimismo, Uribe comentó que le dijo a Francisco que es uno más de quienes rechazaron el primer acuerdo de paz en el plebiscito del 2 de octubre y que espera que el gobierno y las FARC “aflojen un poquito”.
Por su parte, Santos dijo que le agradeció al papa el respaldo que leha dado al proceso de paz y por haber facilitado la reunión con su antecesor. “Le dije al ex presidente Uribe que estamos siempre dispuestos a seguir dialogando, a entrar en un acuerdo sobre cómo se va a implementar este acuerdo de paz. De parte del gobierno hay toda la apertura para que logremos acuerdo en ese propósito. Ahí hay una oportunidad para demostrar que podemos ponernos de acuerdo sobre cosas importantes para el país”, dijo Santos. No obstante, el jefe de Estado hizo énfasis en que los acuerdos ya están firmados y en proceso de implementación, descartando la posibilidad de que se introduzcan nuevas modificaciones. “La división y la polarización a nadie le conviene y qué mejor que encontrar un tema como la paz, el más importante de todos, para hacer coincidir nuestros puntos de vista”, dijo el gobernante.
Santos y Londoño firmaron un acuerdo de paz el 26 de septiembre, tras cuatro años de negociaciones en La Habana, pero el pacto quedó sin efecto al ser rechazado en el plebiscito por una estrecha mayoría de votantes. El gobierno inició entonces consultas con el Centro Democrático de Uribe, el único partido que hizo campaña para que el acuerdo fuera rechazado en el plebiscito, y convenció a las FARC para que aceptasen reabrir las negociaciones para modificar el acuerdo. Los promotores del voto por el NO en el plebiscito presentaron propuestas de modificaciones en 57 ejes temáticos, las cuales fueron aceptadas en su gran mayoría por las FARC. El único punto que se rechazó fue una exigencia de la derecha radical de que los ex guerrilleros no pudiesen participar en política.
El segundo acuerdo fue firmado nuevamente por Santos y Londoño el 24 de noviembre y a la semana siguiente fue refrendado por el Congreso, pues el Gobierno consideró que otro plebiscito sería inconveniente. Aunque el acuerdo fue modificado con muchas de sus propuestas, el Centro Democrático siguió insistiendo en su oposición al pacto de paz y se abstuvo de participar en las votaciones de refrendación en el Congreso. Las FARC tienen plazo hasta los últimos días de este año para que sus cerca de 5.800 miembros se concentren en 27 sectores para iniciar el proceso de desmovilización y desarme, el punto final de 52 años de confrontación con el Estado colombiano.