Por sexto año consecutivo, Timbre 4 logra que Buenos Aires se transforme en el epicentro de un encuentro teatral que combina arte, autogestión y multiculturalidad en una misma agenda. Se trata del Festival Temporada Alta, que se desarrollará desde el 1 al 11 de febrero con una oferta diversa de espectáculos provenientes de España, México, Perú, Uruguay, Chile, Francia, Brasil y la Argentina.
Considerado como uno de los festivales de artes escénicas más importantes de España, Temporada Alta se celebra en las ciudades catalanas de Girona y Salt durante los meses de octubre, noviembre y diciembre. Nacido en 1992 con el objetivo de difundir obras catalanas, con el tiempo incorporó títulos de otras regiones españolas e incluso de otros países, y en ese marco la sala fundada por Claudio Tolcachir en el corazón de Boedo viajó con sus obras y selló el lazo que promovió la creación de la edición local que se repite cada verano desde 2013. Posteriormente, la experiencia también comenzó a replicarse en Montevideo y en Lima.
“El Festival Temporada Alta fue uno de los primeros lugares donde fuimos con las obras de Claudio La omisión de la familia Coleman, Tercer cuerpo y El viento en un violín, y se generó un muy buen vínculo con los organizadores. La idea de recibir a las compañías catalanas en Buenos Aires surgió como una forma de poder devolver todo el amor y el espacio que nos habían dado a nosotros”, revela Maxime Seugé, productor de Timbre 4. Por su parte, Narcís Puig, productor del festival español, ratifica las palabras de su colega argentino y asegura que la propuesta de importar parte de la programación del evento se dio de forma natural. “No- sotros ya teníamos una relación continua con Claudio Tolcachir y con los productores, y hablando por Skype de posibles obras argentinas que podíamos hacer en el festival, ellos plantearon: ‘¿Y por qué siempre hacéis obras argentinas en Girona? ¿Por qué no hacemos obras catalanas en Timbre 4?’ Así empezó todo, y así ha continuado por las ganas de hacer cosas juntos”, recuerda.
Pero tal como ocurrió con el formato español, lo que inicialmente se propuso como una plataforma de difusión del teatro catalán fue ampliando la oferta hasta una escala internacional que en la actualidad incluye variadas propuestas de distintos países de Latinoamérica y en esta edición suma también a Francia. “La incorporación de nuevos países se fue dando en base al crecimiento natural del festival y siguiendo nuestra forma de crecer orgánicamente de adentro hacia afuera, en la medida de lo posible. Los artistas de otros países desean venir y eso se suma a nuestra posibilidad de recibirlos consiguiendo recursos. Ese crecimiento es el que marca la subsistencia del proyecto”, señala al respecto Jonathan Zak, productor de Timbre 4.
“El festival no se pone límites. Queremos mostrar obras contemporáneas, independientes, que tengan unas condiciones de trabajo y producción similares a las nuestras, y si son de países distintos es mejor aun. Este año apareció la posibilidad de trabajar con la Embajada de Francia y entonces sumamos ese país. El festival tiene un núcleo de obras catalanas y una tendencia iberoamericana, pero la idea es que sea un referente del teatro independiente más allá de las fronteras”, añade Seugé.
Con un número cada vez mayor de puestas exitosas que renuevan temporadas y agotan entradas, el teatro independiente se ha consolidado como un competidor fuerte para la cartelera del circuito comercial en tiempos de bolsillos ajustados. Conocedor de esta situación, Puig advierte algún punto de contacto con lo que ocurre del otro lado del Atlántico. “Desde nuestra crisis, en la última década hubo una expansión de compañías y de nombres de jóvenes muy interesantes, que comenzaron a producir de manera independiente –cuenta–. En este sentido, nuestro caso puede ser comparable con el de la Argentina; pero a nivel de volumen, de número de producciones y de teatros, la realidad en Barcelona, que es el centro de teatro de Cataluña, es distinta y no tan intensa como lo es en Buenos Aires. El fenómeno de teatro independiente en la Argentina, sobre todo el bonaerense, es muy único, por volumen, por calidad, por el tiempo que ya lleva en expansión y porque sigue generando nuevos nombres que se incorporan a los grandes nombres del teatro internacional.”
En su sexta edición, el “festival de verano”, como lo definen sus hacedores, promete continuar con el espíritu teatrero con el que se constituyó en cita ineludible. “La repercusión es fantástica. Trabajamos con un altísimo nivel de ocupación y es una fiesta donde se generan un intercambio, un aprendizaje y un momento de creatividad compartida que es aprovechado por la comunidad artística y por la ciudad”, asegura Zak.
Dentro de la programación, se destaca la semana catalana, conformada por tres producciones y el torneo de dramaturgia (ver recuadro). Indomador es el título de la primera de las propuestas, una obra de teatro físico del artista catalán Quim Girón que combina circo, danza y música. Siguiendo la línea de lo no convencional, otro de los títulos que podrán verse será Pluja, una obra de Marc Angelet dispuesta para un público reducido, y que mezcla en escena la música de la pianista y compositora Clara Peya y el teatro de marionetas de Guillem Albà. La grilla catalana se completa con Psicosis de las 4.48, un unipersonal escrito por la autora británica Sarah Kane y protagonizado por Anna Alarcón. “Es una obra intimista, cercana y profundamente humana. Es un ritual donde el público entra en la mente de la protagonista y viaja por lugares poéticos donde ella se encuentra pero que, en realidad, son sitios universales a mayor o menor escala; la historia es un grito desesperado para encontrar la calma, para vivir en paz y para compartir el amor”, anticipa la actriz catalana, quien actuará por segunda vez en el festival.
Por su parte, desde Badajoz, llega el estreno mundial de Ramón no es nombre para un gato blanco, con dramaturgia e interpretación de José Antonio Lucia, quien participó en la última edición de TABA 2017 con la aclamada Alacrán o la ceremonia. Su nuevo espectáculo relata una historia de contrasentidos grotescos que se desarrolla en una clínica clandestina. Finalmente, la sección europea se complementa con el debut de una propuesta francesa: Reparar a los vivos, adaptación de la novela de Maylis de Kerangal, por Emmanuel Noblet, donde se aborda la temática del trasplante de órganos.
El menú teatral se enriquece, a su vez, especialmente con una variada oferta de contenidos y formatos provenientes de países latinoamericanos. Desde Uruguay llega Sólo una actriz de teatro, uno de los platos fuertes del festival. Escrita por Gabriel Calderón y dirigida por Levón, la pieza está interpretada por la reconocida actriz uruguaya Estela Medina, quien rinde tributo a la actriz española Margarita Xirgu, exiliada en Uruguay durante la dictadura franquista, de quien fue discípula la protagonista, lo que le agrega a su trabajo actoral una dimensión personal y emotiva. De larga trayectoria, la actriz más premiada del teatro uruguayo define como “un honor inmenso y un acto de lealtad” la posibilidad de homenajear a quien fuera su maestra. “En mi país somos proclives al olvido y siempre fue mi sueño realizar un tributo a la actriz que encarnó Salomé, de Oscar Wilde, en 1910, en el escenario del Teatro Romea, y estrenó las obras de Federico García Lorca al mismo tiempo que como directora propagó las obras de Valle-Inclán dándole a sus palabras divinas la voz de una mujer de teatro. Xirgu fue una mujer comprometida que sembró en varias generaciones de Chile y Uruguay las semillas del arte teatral”, revela Medina.
Desde Perú vendrá Savia, un texto de Luis Alberto León, versionado y dirigido por Chela De Ferrari, fundadora y directora artística del Teatro La Plaza. Segunda parte de una trilogía que narra tres momentos críticos de la historia de Perú, relata la historia de abusos y explotación de los indígenas amazónicos por parte de empresarios caucheros en la era de la explotación del caucho.
Por su parte, Chile llega con dos propuestas. Con dirección de Rodrigo Soto, y escrita por Gerardo Oettinger, se presentará Pompeya, con una historia protagonizada por un grupo de travestis que entran en conflicto tras la desaparición de una de sus integrantes. “La travesti es una excusa para hablar de un Chile que trata a su gente como inmigrante en su propia tierra. En este sentido, las temáticas tratadas en la puesta en escena tienen que ver mucho con Latinoamérica. La obra recoge testimonios de travestis argentinas, y por eso quisimos presentarla en la Argentina y sentimos que Timbre 4 era el lugar más apropiado. Tenemos mucha ansiedad de ver qué sucede y como resuena la puesta en el público argentino. Creemos que es muy importante convivir nuestra obra con otros públicos y otros artistas del festival. Al mismo tiempo, ver distintos lenguajes, musicalidades, colores y texturas nos permeabiliza a estar más cercanos a las problemáticas de cada país”, explica Soto. Por otro lado, podrá verse Yo maté a Pinochet, un monólogo de teatro político escrito e interpretado por Cristian Flores, quien se pone en la piel de Manolo, un excombatiente de un grupo revolucionario quien, a contramano de la historia oficial, confiesa haber asesinado al dictador chileno.
México también estará representado por dos trabajos de la compañía Vaca 35 Teatro en Grupo, que viene recorriendo festivales a nivel mundial con sus creaciones: Lo único que necesita una gran actriz es una gran obra y las ganas de triunfar, versión a partir de Las criadas de Jean Genet –obra emblemática del grupo, que en sus más de 250 representaciones se presentó en España, Cuba y México– y Ese recuerdo ya nadie te lo puede quitar, creación teatral inspirada en Tres hermanas, de Antón Chéjov. También país debutante en Temporada Alta, Brasil desembarca a través de la Compañía Periplo con Celebración de la realidad, dirigida por John Mowat, que trae a la escena cuentos de El Libro de los abrazos, de Eduardo Galeano, e invita a reflexionar y cuestionar sobre la participación de cada uno en la construcción de la Historia.
Para cerrar la nutrida agenda, y en calidad de representante local, el grupo Teatro del Bardo, de Paraná (Entre Ríos), se presenta con El cruce, adaptación del cuento homónimo del escritor misionero Sebastián Borkoski y relatos de Horacio Quiroga, que dirige Gabriela Trevisani y cuenta una historia protagonizada por tres hermanos. “La acción dramática de El cruce se construye y se apoya en la labor actoral. El material que los actores han producido, inspirados en los relatos, los personajes literarios y sus relaciones han sido cruzados con otros textos –canciones, sonidos, coreografías, acrobacias–, y de ese cruce nace un universo particular donde conviven la literatura, la música, la danza y el teatro para lograr contar una historia épica a través de un devenir de microrrelatos propios de nuestro territorio”, definen Trevisani y Juan Kohner, actor de la puesta, y agregan: “Participar de un festival internacional de estas características, en general, abre puertas a otros circuitos y eso nos entusiasma, pero nuestra mayor expectativa se centra siempre en poder compartir nuestro trabajo con otros públicos y ver cuáles son las resonancias”.
* Las funciones (y otras actividades) se realizan en todas las salas del teatro, de Boedo 640 y México 3554. La información sobre días y horarios de cada espectáculo se encuentra en la página de la sala: www.timbre4.com