“Publiqué un par de temas y lo detuve porque me puse a hacer otras cosas”, dice desde España la Mala Rodríguez, que había empezado en 2015 el proceso creativo de nuevas canciones, luego de su último trabajo. “Lo siento lejano y lo siento cerca porque para mí el tiempo es una ilusión”, dice la cantante respecto de aquel disco, Bruja, de 2013. Ya nuevamente en la senda de la composición y en soledad, la reina del rap flamenco recibió a “la musa”, tal como ella se refiere a la creatividad y el arte, una especie de hado que baja y la emplea de canal para comunicar lo que quiere expresar.
Luego de que la Mala interrumpiera la producción aquellas composiciones, comenzó de nuevo a explorar la creatividad para desarrollar el próximo trabajo. Las reuniones en Estados Unidos con productores la tienen ocupada antes de volver a reencontrarse con el público en Buenos Aires, el 21 de febrero. “Cuando estoy en medio de algo me parece un poco destripar algo; estoy preparando los nuevos temas, nuevos sencillos, estudiando distintas producciones y ahora mismo no sabría expresar a qué huele el pastel”, compara.
Algunas canciones de Bruja están aún vigentes para la cantante: “Hay palabras que puedo sentir en la barriga todavía. Y sin embargo otras no, otras desaparecen, con las vivencias, las experiencias de la vida. Algo que significó mucho, luego no significa nada”. El tema 33, en el que canta enojada, con la voz gastada, como si el hartazgo se hubiera apoderado de ella, sigue pintando de cuerpo entero lo que fluye: “Es muy yo. Como que de repente me transformo en un diablo absoluto y creo que esa rabia hay que dejarla ir porque contenerla a veces no trae buenos resultados. Hacer esta canción me vino muy bien”.
Y el tema Ella, ¿en qué te inspiraste para escribirlo?
–Ella habla de la educación de lo que enseñamos a diario. Es algo así como una especie de utopía, porque todos queremos ser buenos, todos queremos vivir en un mundo lindo para nuestros hijos pero luego los valores que realmente estamos viviendo y enseñando a todos los niños es distinto. Como la competitividad, la agresividad, toda la violencia. Y fue muy bonito poder tener en esta canción a Canserbero.
La cantante andaluza habla del legado para con los hijos y revela la importancia que otorga a la maternidad. Lejos de los conceptos de “maternidades edulcoradas”, la Mala dice: “Me da mucho coraje toda esta cosa pintada de rosa, no me gusta”. Prefiere hablar desde otro lugar, desde una visión no tan fantástica. “Bastante presión tenemos, ¿no?”, pregunta. Pero también se descubre como la heroína que tiene que ser fuerte para cuidar semejante tesoro. “Los hijos son la debilidad, te das cuenta de que tienes algo muy valioso en tu vida. A mí me hizo un cambio bastante grande el ser madre, porque me di cuenta de eso”, explica.
Desde los 16 años, la Mala le grita al mundo las verdades que la conmueven. Veintitrés años más tarde sigue buscando la manera correcta de decir esas cosas para compartir. Busca y encuentra melodías y palabras: “Hay veces que uno simplemente expresa lo que le viene al corazón, tampoco es que yo tenga mucho poder sobre lo que hago. La musa viene, tú eres el instrumento y las cosas salen; realmente no es que tenga mucho mérito yo cuando escribo”.
* Miércoles 21 de febrero a las 21 en Groove, Santa Fe 4389.